Familiares preocupados acudían este domingo a toda prisa a los hospitales en busca de sus seres queridos, mientras Corea del Sur lloraba al menos 153 muertos, la mayoría adolescentes o veinteañeros que se vieron atrapados y aplastados por una estampida en un estrecho callejón de un distrito de ocio de Seúl donde se había reunido una gran multitud para celebrar Halloween.
Los testigos dijeron que la oleada de gente en la zona de Itaewon provocó el sábado un caos “infernal” en el que la gente caía una sobre otra “como fichas de dominó”. Algunas personas sangraban por la nariz y la boca mientras recibían reanimación cardiopulmonar, según los testigos, mientras otras personas disfrazadas seguían cantando y bailando en la zona, posiblemente ignorantes de la gravedad del suceso.
“Todavía no puedo creer lo que ha ocurrido. Fue como un infierno”, dijo Kim Mi Sung, funcionaria de una organización sin fines de lucro que promociona el turismo en Itaewon.
Kim dijo haber intentado la reanimación cardiopulmonar en 10 personas inconscientes y que se había certificado la muerte de nueve de ellas en el lugar. Las 10 eran en su mayoría mujeres con disfraces de bruja y otros temas de Halloween.
Es el peor desastre registrado en el país en años. Para el domingo en la tarde, las autoridades habían confirmado 153 muertos y 133 heridos. El Ministerio del Interior indicó que la cifra de víctimas podría aumentar en 37 debido a que hay personas muy graves.
Noventa y siete de los muertos eran mujeres y 56 hombres. Más del 80% de los fallecidos tienen entre 20 y 30 años, y al menos cuatro eran adolescentes.
Al menos 20 de los muertos son extranjeros de China, Rusia, Irán y otros lugares. Hay un estadounidense entre los muertos, dijo el Ministerio del Interior en un comunicado.
Se estima que unas 100.000 personas se reunieron en Itaewon para las festividades de Halloween al aire libre más grandes del país desde que comenzó la pandemia. El gobierno ha aliviado las restricciones de COVID-19 en los últimos meses.
Los testigos dijeron que en las calles había tanta gente y vehículos que era prácticamente imposible que ambulancias y trabajadores de emergencias llegaran con rapidez al callejón cerca del Hotel Hamilton.
Para el sábado por la tarde, más de 2.600 personas habían llamado o visitado una oficina municipal cercana para reportar la desaparición de familiares y tratar de confirmar si estaban entre las víctimas del desastre, según el gobierno de Seúl.
Entre los muertos había 19 extranjeros, dijo Choi Seong-beom, responsable del departamento de bomberos del distrito de Yongsan, que incluye Itaewon. Al menos tres ciudadanos chinos murieron, según la agencia estatal de noticias Xinhua.
Los cuerpos de los muertos se trasladaron a 42 hospitales en Seúl y la cercana provincia de Gyeonggi, según el gobierno de la capital, que dijo que había dado instrucciones a los crematorios para que incinerasen más cuerpos por día dentro de los planes de apoyo para los funerales.
Unos 100 negocios en la zona del Hotel Hamilton aceptaron permanecer cerrados hasta el lunes para reducir el número de asistentes que pudieran salir a la calle durante el día de Halloween.
Aunque Halloween no es un feriado tradicional en Corea del Sur, donde los niños no suelen llamar a las casas para pedir dulces, sí es una celebración popular entre los adultos jóvenes y las fiestas de disfraces en bares y clubes se han multiplicado en los últimos años.
El presidente Yoon Suk Yeol declaró el domingo una semana de luto nacional y ordenó que las banderas de los edificios gubernamentales y las oficinas públicas ondearan a media asta. Durante un discurso televisado, Yoon dijo que apoyarán a las familias de las víctimas, incluidos los preparativos de su funeral, y en la atención de los heridos.
También pidió a los funcionarios que investiguen a fondo la causa del accidente y revisen la seguridad de otros grandes eventos culturales y de entretenimiento.