En las últimas semanas hemos vivido momentos muy difíciles. Las lluvias han causado múltiples estragos, los suelos están saturados, hemos presenciado deslizamientos, desbordamientos de quebradas y ríos, como la fuerza del agua ha arrastrado todo a su paso, acabando así con vidas, vehículos, viviendas, y dejando solo miedo, desesperación y una profunda tristeza. Las imágenes e historias de las víctimas son devastadoras y no podemos ni siquiera imaginar el indescriptible dolor que atraviesan. Hoy no hay palabras que compensen tanto dolor.
Estos días no solo han desnudado la realidad sobre la falta de prevención y planes correctivos para reducir este tipo de catástrofes, sino también la crisis de servicios públicos que nos han obligado a vivir como nación. Apenas inician las lluvias, comienzan también los bajones o apagones, se caen las redes telefónicas y las vías se vuelven intransitables debido a su mal estado, a los drenajes tapados o a la caída de árboles.
Es muy injusto que tantas personas tengan que perderlo todo, incluso la vida, por una mala gestión política que durante años no ha sido capaz de garantizar bienestar a la población, de desarrollar planes que mejoren la economía, vialidad, que nos hagan sentir protegidos y seguros. Mientras siga lloviendo seguirá aumentando el riesgo de que ocurra un nuevo desastre.
En estos momentos urge la evacuación de las personas que viven en zonas de riesgo y la creación de albergues para las víctimas. Pero lo más importante es que se logre la implementación de políticas públicas eficientes y coherentes con la realidad nacional, que permitan prevenir que volvamos a vivir días tan amargos como estos.
Duele cada pérdida. Los venezolanos, siempre solidarios, hemos respondido de diversas maneras. Sin embargo, hoy debemos unirnos más que nunca para ayudar a los más necesitados y seguir exigiendo a las autoridades que tomen las decisiones correctas para evitar que la situación empeore. Están en riesgo millones de vidas.
Los venezolanos merecemos un cambio político que nos regrese a la democracia, volver a contar con instituciones sólidas e independientes que trabajen en beneficio de todos. Necesitamos planificación y que se garantice la reconstrucción del país. Sin un cambio político no podremos contar con garantías por parte del Estado y seguiremos viviendo en la constante zozobra de que las lluvias u otros fenómenos naturales pueden causar grandes daños.
Stalin González