José Ignacio Alvarado presenta la muestra «La Kinestesia del alma«, curada por Daniel Briceño, compuesta por 53 piezas entre las que destacan esculturas, serigrafías y un penetrable, creadas entre 2020 y 2022, bajo variadas técnicas.
“En esta exposición usted es el creador de su momento, percibiendo junto a su alma los estímulos que le presento, convirtiéndolos en una emoción, que aunada al tiempo lo haga reaccionar para convertirla en un sentimiento permanente», expresó el artista.
El autor de la obra monumental La Concordia, nuevo icono cultural y artístico de la ciudad de Caracas, ubicada en la plaza Gran Colombia de la urbanización Campo Alegre del Municipio Chacao, presentará su más reciente trabajo en la sala más importante del país durante los próximos 3 meses, gracias a la colaboración del Ministerio del Poder Popular para la Cultura y de la Fundación Museos Nacionales presidida por Clemente Martínez
«La Kinestesia del alma» estará abierta para el disfrute del público desde el sábado 5 de noviembre en horarios comprendidos de 10:00 de la mañana a 4:00 de la tarde de martes a domingo, en la Galería de Arte Nacional, fundada en 1976, la cual reúne la colección de arte más significativa de Venezuela y está ubicada en Av. México, frente a Puente Brión entre La Candelaria y Parroquia San Agustín, Caracas.
José Ignacio Alvarado nace en Caracas, en 1951. Es arquitecto con más de 30 años de experiencia, esposo y padre de 6 hijos. A lo largo de su carrera ha incursionado en distintos campos, sin embargo, su rasgo principal ha sido el carácter social.
El intento por comprender su entorno ha sido una constante; gracias a ello desarrolló proyectos para instituciones benéficas de Síndrome de Down, planificó y rehabilitó barriadas populares, fue profesor de la Universidad de Los Andes, columnista del Diario Los Andes, y es autor del libro Arquitectura para todos (1984).
Avanzados los años, junto a su esposa, funda CIGA Arquitectos, dedicada a la creación de piezas de mobiliario únicas. Es así como se apropia de la técnica de la forja manual del metal a través del calor, experimenta con los colores, y más tarde en su obra logra proponer formas cautivadoras.
José Ignacio Alvarado, en su más reciente etapa como diseñador decide hacerse parte del mundo del arte a través de la escultura, como un medio de expresión sublime. Concibe sus piezas valiéndose de una cinta de metal que busca incorporar el espacio que la rodea a sí misma. El movimiento de la cinta en el espacio hace surgir la figura, que junto al color apela a los sentimientos del veedor para generar placer espiritual.
“A través de mi carrera como arquitecto sentí cumplir con la funcionalidad en las necesidades del hombre, pero a través de la vida he entendido que el hombre necesita también sentirse satisfecho espiritualmente, y esto no puede dejarse al azar, hay que buscarlo. A eso apuesto a través de mi obra», dijo el artista.
«Uso la cinta, el color y formas insinuantes, me valgo de la libertad de diseño que la experiencia me ha dado y de mi madurez como persona para inspirar en el veedor placer espiritual”, agregó.