Su color varía dependiendo la zona que habita, las más comunes son de tonalidades verde, oliva o café verdoso, normalmente con manchas verdes o cafés. Tiene la cabeza ancha y plana con pliegues de piel que corre detrás de cada ojo que llega a bordear el tímpano bordeándolo.
Los machos tienen el tímpano de mayor tamaño que el ojo. En las hembras son similares.
Puede verse en masas acuáticas permanentes y cuerpos de agua estancados con vegetación, como lagos, pantanos, charcos, oasis, márgenes de corrientes, zanjas de irrigación y lagos artificiales.
Se puede desarrollar en gran variedad de climas, desde lugares fríos y/o calientes, hasta subtropicales o de clima mediterráneo.
La Toro, es una exótica rana que llama la atención por su gran tamaño. Originaria de Estados Unidos, fue introducida en el resto del continente y en Europa con fines comerciales, pero, cuando es liberada en el medio ambiente, de manera intencional o accidental, forma poblaciones rápidamente y que por lo general son difíciles de erradicar.
Su rápido crecimiento poblacional es debido a que cuando larvas, emiten una sustancia muy tóxica, lo que la ayuda a no tener depredadores naturales, razón por la cual se encuentra entre los vertebrados invasores más perjudiciales.
Cuando adulta, alcanza medidas superiores a sus pares, y al ser omnívora (come de todo, desde vegetales hasta otros animales) representa un desequilibrio para ecosistemas con fauna de menor tamaño, incluso hay registros que puede llegar a practicar el canibalismo.
Es un huésped bastante adaptable, resiste bajas temperaturas y tiene una elevada flexibilidad en cuanto a sus requerimientos de hábitat y una notable capacidad de dispersión.
Para rematar su dominio invasivo, tiene la capacidad de transmitir virus mortales para otras especies de anfibios nativos que no tienen defensas naturales contra el patógeno, y es capaz de diseminarlos sin enfermarse.
Infografía: Omar David Suárez