El pasado jueves 27 de octubre, el mandatario colombiano Gustavo Petro ordenó el cierre de los pasos irregulares, conocidos como trochas, en la frontera con Venezuela.
La intención del presidente del vecino país es evitar el contrabando y la corrupción de funcionarios de ambos países y así poder reactivar el comercio, debido a que, después de un mes, la reapertura de la frontera no ha tenido el impacto económico esperado.
Como respuesta, Freddy Bernal, gobernador del estado Táchira, afirmó que desde el lado de Venezuela han desplegados 2.000 funcionarios de seguridad para luchar contra este flagelo, al tiempo que señaló que Colombia no tiene control de su frontera.
Seguidamente, indicó que hará todo lo posible para coordinar las autoridades colombianas y venezolanas, porque el «problema» de la frontera debe ser manejado por ambos países.
Asimismo, recomendó hacer una reunión binacional donde participen las autoridades regionales, militares y policiales del departamento de Norte de Santander y el estado Táchira, que permita «una articulación».
“Desde una semana antes de abrir la frontera, Venezuela ejerció una presión sobre las trochas y la estamos ejerciendo. Hasta este momento se han incautado más de 150 toneladas de alimentos, con respectivos detenidos», dijo Bernal.