Actualmente se pueden percibir juicios valorativos bien marcados alrededor de diferentes premisas que circulan en la colectividad como hechos ciertos, por ejemplo; en materia política se manejan nombres pertenecientes a personas militantes de la alternativa democrática los cuales son identificados por alguna descalificación repetida como cierta a través del entramado mediático del gobierno, cuyo fin es crear un clima capaz de generar emociones negativas en contra de quienes se perfilan como contrincantes. Por tal motivo las redes sociales hoy son tierra fértil para diferentes campañas creadas en tono manipulador con capacidad de presión ante los cuales o te sumas al ataque y eres miembro de una mayoría ganadora o simplemente nadar contra corriente y te colocas contrario a la verdad impuesta a golpes.
Dicha circunstancia no es espontánea, forma parte de una narrativa bien elaborada creada por los intereses gobernantes para desviar la atención en temas que le puedan afectar porque la narrativa dominante es un arma muy efectiva a la cual se le pueden sumar argumentos bien hilados que permitan ampliar su espectro de acción. Un caso reciente se dio en lo político con el tema electoral, ámbito de sumo cuidado para el sistema dominante quien desde hace años se reinventa para boicotear de forma tajante cualquier posible intento de participación masivo que lo exponga ante sus soportes de poder por lo que unas premisas que contribuyan a la desmovilización del voto serán fortalecidas en las sombras desde el sistema totalitario que se niega a su extinción.
Por tal motivo, el generar grandes expectativas con temas mediáticos sin capacidad real de afectación es parte de una estrategia bien definida por el gobierno fallido, quienes tienen agencias publicitarias creadoras de mentiras con el fin de darle sentido a temas tan básicos como el caso de Alex Saab, quien sería la ficha clave para una ruptura del sistema dominante, cuando en verdad es solo daño colateral tolerable para un sistema que funciona fuera de la legalidad y que solo sobrevive por el débil aval otorgado por la violencia legal del Estado, porque las bayonetas no soportan un aluvión de votos y mucho menos una ciudadanía decidida a retomar su rol para con lo público.
De igual forma, sentenciar sobre una realidad muy amplia como la humana es una tarea difícil porque lo que se percibe por los canales regulares siempre tendrá sesgos intencionales, ante lo cual queda como arma el criterio personal que es un acompañante natural de todos los individuos del entramado social; el mismo debe ser alimentado constantemente con la energía de los valores que nos definen como sociedad, ahí reside la fuerza necesaria para lograr romper las cadenas de mentiras que el ciudadano tolera por desconocimiento.
En resumen, ante un clima lleno de verdades a medias impuesto por las emociones del inmediatismo y el espectáculo debe resurgir un criterio mayoritario con la fuerza necesaria para deslegitimar argumentos sin fundamento que pueden descolocar estribillos negadores de la verdad como por ejemplo “vota, pero no eliges” cuyos efectos hoy en día traspasan las fronteras de Venezuela porque la migración surge como solución al problema visto de forma individual, ello sucede cuando los líderes con responsabilidad en lo colectivo son guiados por las tendencias expresadas en redes sociales. Realidad mágica que debe ser sustituida por una perspectiva racional que logre poner orden ante los intereses democráticos que son la mejor guía ante las decisiones con peso, de donde nacerá un mejor futuro.
Eduin Adjunta
@adjunta90