Tras la misa solemne celebrada en la Catedral Metropolitana de Barquisimeto por el centenario del nacimiento de Carlos Andrés Pérez, dos veces Presidente de la República, el acto central con tal motivo tuvo lugar, pasadas las once de la mañana de este jueves 27 de octubre, en la sede de la seccional regional de Acción Democrática en resistencia, cuya salutación correspondió a la doctora Sobella Mejías, secretaria general en el estado Lara.
El moderador del acto fue el licenciado Luis Gerardo Oropeza, presidente de la Asociación Ciudadana para el Cambio (Agrupa), quien invitó a la doctora Sobella Mejías para que expresara sus palabras de bienvenida a los asistentes.
La política no es para cobardes
Carlos Andrés Pérez vivió y murió entre sus principios y conceptos democráticos, afirmó la lideresa ante una concurrida asistencia, en la cual se encontraba el vicepresidente nacional del partido fundado por Rómulo Betancourt, abogado Edgar Zambrano; dirigentes de la Plataforma Unitaria Democrática, Frente Amplio Venezuela Libre y todos los integrantes del Comité Ejecutivo Seccional de AD, así como militantes y simpatizantes de esa organización política.
La Venezuela de nuestros tiempos, asienta su saber político en dos resplandecientes crisoles: la democracia y el partido del pueblo, prosiguió. Entre estas partituras, aunado a variedad de colores y formas de pensar, nació al país nacional, el hombre de Rubio, empinado hacia lo más alto del acontecer político, al fragor de sendas campañas electorales exitosas y vibrantes, cumbres en la vida de un venezolano, donde hoy no es imaginable ser merecedor de aquella confabulada muerte política.
Los pueblos cuentan su historia y en ella, sus hombres llenan páginas de controversia, contradicciones, lamentos y pesares.
Hoy, jueves 27 del mes 10 del año 2022, exactamente cien años antes nació un compañero, guía, líder, para los corazones adecos. Llegaba la energía con su pasión. Nacía un conductor carismático sin fronteras. Ese hombre, Carlos Andrés Pérez, no merecía esa muerte política.
Desde esta casa del pueblo, expresó la doctora Mejías, sin complejos, a viva voz, con la frente en alto, mirando los ojos de la democracia, sentenciamos: Carlos Andrés Pérez, siempre Presidente, somos y seremos sus leales adecos. La política no es para cobardes
Cabe mencionar que fueron proyectados dos videos con expresiones del doctor Eduardo Fernández, presidente del Instituto de Formación Política IFEDEC; y de Antonio Ledezma, exalcalde metropolitano de Caracas.
La política impide que nos matemos
El licenciado Alfredo Álvarez, egresado de la Universidad del Zulia en 1984, quien fuera periodista en la fuente política de El Nacional, exjefe de redacción de EL IMPULSO, asesor e investigador de comunicación social, dictó la conferencia El desagravio a Carlos Andrés Pérez, iniciando sus palabras con la frase del desaparecido periodista Simón Alberto Consalvi: La historia es la mejor arma contra el olvido.
Explicó que el desagravio es la reparación de una ofensa :Una legítima respuesta ante una acción por lo general inmerecida, un reparo mediante una satisfacción que puede ser jurídica o económica. El acto o hecho en hacer enmienda implica la intención de restaurar las cosas a su condición de normalidad y pureza, a cómo estaban antes de que algo malo fuese hecho. Un desagravio se aplica generalmente a recompensar por las pérdidas sufridas o los daños causados por una mala acción moral.
En el caso singular que nos ocupa en este día—una tarea a mi juicio sin término de resolución por lo pronto—es la satisfacción que se ofrece como un acto de exclusivo orden político.
Sabemos por dolorosa experiencia, que allí donde impera la injusticia y no hay desagravio, surgirá entonces una cultura de la venganza. Igual que la parodia de freír las cabezas de miles de militantes adecos, en una insondable paila de aceite hirviente.
Los venezolanos hemos perdido un relato común que nos conecta con el pasado reciente. Un relato compartido, un lenguaje común. No se trata de poseer una visión única de lo acontecido, y que por fortuna nos negamos a ello.
En esa tarea se emplean los jóvenes historiadores en sus arduas rutinas de recolección e interpretación de datos, auxiliados por la competencia de los periodistas.
Los ciudadanos de esta parte del siglo 21 requerimos de una gramática concertada mediante la cual las distintas interpretaciones de nuestro acontecer puedan contraponerse, vencerse, y de ser posible coexistir.
El poder, el drama eterno de la humanidad, no está hecho únicamente de palabras, de promesas, de futuros épicos, ni de heroísmo trasplantado.
En una auténtica democracia el poder significa tener opciones, decidir entre varias alternativas y ser dueño de seguir a cualquiera de ellas.
Nuestra más valiosa opción de validar la ruta de la salida política, por ser la cierta posibilidad de que los contrarios sobrevivan a sus diferencias, sin desdecirse, ni negarse.
La política impide que nos matemos por obra de nuestras diferencias. Más precisamente la política, es una forma particular de afrontar aquellos conflictos que deben resolverse democráticamente. Debemos entender y asumir, que para nosotros la política es inevitable. También es necesaria porque consiste precisamente en un campo discursivo diseñado para el tratamiento del conflicto y la distribución del poder.
La política es renuncia a la sumisión y la fuerza, propone un compromiso ético de búsqueda de la convivencia en libertad y justicia. La baja confianza interpersonal liquida la democracia. A su amparo se ganará un discurso, más propenso a colgar emociones y aceptar un cuerpo de ilusiones muy alejado de la realidad.
Hay ciertamente un desencanto y un alejamiento por la política y por sus acciones fundamentales, un evento que le da entrada y oxígeno al discurso corrosivo de la antipolítica y las formas de gobierno marcadas por un populismo extremo.
Hay un deterioro absoluto en nuestras condiciones de vida a extremos de calamidad, que para muchos de los nuestros, comer de la basura es un logro diario, y morir de mengua en un hospital por falta de medicinas, es un hecho banal y cotidiano.
Las cifra que dan cuenta de la salud económica de Venezuela son un agujero negro. Somos algo menos que menesterosos. La pobreza de solemnidad es un status que abandonamos hace rato, para sumergirnos en la profundidad de la mitológica gloria de la Revolución Bolivariana. Hoy en día no somos pobres, somos miserables.
Es necesario, yo diría de vital importancia, hacer de la política nuestra tabla de salvación para garantizar la paz democrática y de esta manera cerrar las puertas a los demonios del estallido social, la guerra civil y las intervenciones extranjeras. Es la única salida que nos queda sugerida en este océano de imprecisiones en que se nos convirtió la vida ciudadana, para poder salvarnos como sociedad. Advierto que es una necesidad urgente de resolver, porque en ausencia de la política sólo impera lo autocrático, un detalle muy conveniente para los que ahora se dicen ser el poder en Venezuela.
En este convulso tiempo, la urgencia más notable de la democracia, es que se nos presenta urgida de demócratas, que la defiendan con el suficiente vigor cívico y la preserven para el conveniente disfrute de las próximas generaciones. En este contexto hay que situar la crisis de la democracia en Venezuela y el resto de América Latina, en un espacio que no implica procesos de rupturas catastróficas, pero manifiestas debilidades estructurales y riesgos representados por el insurgente caudillismo, corporativismo, autoritarismo o cooptación de las instituciones. Además del PIB, padecemos de un déficit de demócratas y en consecuencia de democracia.
Sin ciudadanos libres y autónomos, no es posible hablar de democracia, ni de política. Tenemos además una muy lamentable aversión contra la democracia dado que, a lo largo de nuestra vida republicana, se cuentan 178 golpes de estado contra los variados intentos de establecer entre nosotros una sociedad democrática, abierta, plural y tolerante.
Toda concentración de poder debe ser vista como un golpe de estado, y las improvisadas mutaciones constitucionales, como una nueva suerte de oprobio institucional
Nuestra democracia lo que requiere y de manera urgente es una alta dosis de confianza, planteó Álvarez. Confianza en su liderazgo para poder sortear los miles de obstáculos que el pensamiento totalitario trata de imponernos. Confianza en sus instituciones, en los árbitros que las misma organizaciones proponen para dirimir las todas aquellas cosas que no nos resulten afines.
Alfredo Álvarez al final de su exposición se refirió a Carlos Andrés Pérez y su tragedia política, la cual, dijo, constituye una inflexión grave en la historia de nuestros héroes civiles. A partir de su arbitraria e ilegal defenestración se inicia un proceso de imprecisos y oscuros gestos políticos que nos han colocado en una crítica situación.
CAP y la política social
La clausura del acto estuvo a cargo de la profesora María Lourdes Ríos Carmona de Chiossone, conocida por todos en el ambiente artístico, político, social y comunitario como Yuyita, presidenta de la Comisión Regional para tal celebración.
El moderador resaltó sus actividades en la música, la pastoral católica, de los Derechos Humanos, de la preservación histórica de Barquisimeto y también de la política como fuente y apasionada militante de Acción Democrática.
La profesora Yuyita de Chiossone, viuda del doctor Pablo Chiossone, quien fuera juez superior penal del estado y decano de Derecho de la Universidad Fermín Toro, nació en Caracas y a la muerte de su señora madre, Yuya Carmona, fue criada por su abuela Francisca Figueroa, esposa de don Federico Carmona, fundador de El Impulso, quien la incentivó en la cultura. Es profesora de piano y sus profesores fueron Juan Bautista Plaza y Vicente Emilio Sojo. Fue secretaria general de gobierno y directora de Educación en Lara, entre otras funciones cumplidas. Y preside, desde 1984, el Banco de Sillas de Ruedas (Bandesir), que ha atendido a miles de personas discapacitadas para movilizarse. Sus cualidades fueron tomadas en cuenta para que en Lara coordinará los actos alusivos al centenario de Carlos Andrés Pérez.
Yuyita habló de la política social de Carlos Andrés Pérez, desde la entrega del vaso de leche a los escolares hasta el programa de becas Gran Mariscal de Ayacucho, que estuvo destinado a preparar a las nuevas generaciones en las más importantes universidades del mundo.
Mensaje de Eduardo Fernández
En este momento se está celebrando el centenario del nacimiento de un gran venezolano, Carlos Andrés Pérez Rodríguez, dos veces Presidente de la República.
Con motivo de ese centenario una amiga muy querida, muy respetada y muy admirada por mi, Yuyita de Chiossone, me ha pedido un testimonial y con mucho gusto lo ofrezco.
Quiero hablar concretamente del episodio ocurrido el 4 de febrero de 1992, cuando un grupo de oficiales, violando su juramento de sostener y defender la Constitución de la República intentaron derrocar al Presidente Pérez por la fuerza.
En ese momento yo que era el jefe de la oposición al gobierno del Presidente Pérez, secretario general del partido COPEI y había competido con Pérez elección presidencial, pero no tuve ninguna duda de que mi deber era salir a defender la Constitución, defender la democracia y defender el derecho del Presidente Pérez a completar su período constitucional.
Estuvimos juntos, coincidimos en Venevisión, él se dirigió al país en términos muy recios, muy firmes. Yo también me dirigí al país condenando enfáticamente aquella aventura irresponsable.
Esa noche pude apreciar el coraje, la firmeza y la reciedumbre de liderazgo de Carlos Andrés Pérez.
De modo que sumo mi testimonio y mi palabra a esta celebración del centenario del nacimiento de este gran venezolano y saludo a todos sus amigos, amigos, a todos sus partidarios y admiradores.
Ledezma defendió la obra de Pérez
El exalcalde Ledezma en su mensaje hizo mención a las campañas de descrédito que se le hicieron a Carlos Andrés Pérez y defendió su obra tanto en el primero como en el segundo gobierno.
Todos los asistentes al acto de La Pochocha se mostraron muy satisfechos del evento, que cierra un capítulo interesante en la seccional del partido blanco en Lara, según la propia expresión de la doctora Mejías.
