Las primarias previstas a desarrollarse por parte de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) pudiera terminar convirtiéndose en un proceso «chucuto» ante la falta de acuerdo por parte de los actores de la oposición venezolana, advirtió este jueves, Nicmer Evans, presidente nacional y precandidato presidencial del Movimiento Democracia e Inclusión (MDI).
Evans en gira por el Zulia, sostuvo una candente entrevista con el veterano periodista Rafael Galicia, conductor de «A ocho columnas», en la que dejó claro que hay circunstancias específicas que pueden alterar todo el proceso comicial, entre las que describió las amenazas del régimen de Maduro con el adelanto del proceso presidencial.
«El gobierno ha estado, en voz de (Nicolás) Maduro y de Diosdado Cabello, permanentemente hablando de la posibilidad de adelanto de elecciones presidenciales. Mientras que la Plataforma Unitaria está hablando de primarias para junio o julio de 2023″, reseñó.
Por otro lado, Evans ahondó en que -según dijo- hay candidatos a quienes no le interesa un proceso de primarias por el riesgo que supone la evidencia de la falta de popularidad entre los ciudadanos. A esto atribuyó el hecho de que un grupo procure imponer lo que citó como un «consenso nariceado».
Desestimando esto último, Evans reforzó que el proceso de primarias opositoras permitirá legitimar a un liderazgo que hoy no existe. Señaló que no pueden seguir actores políticos amarrados al resultado electoral de 2015.
Tras indicar que el MDI sigue apostando porque haya unas primarias, pese a las observaciones que han hecho públicas sobre el reglamento presentado por la Plataforma Unitaria, empezando por la falta de consulta pública más allá de los mismos partidos del denominado G4; el también politólogo dijo que no pueden seguir imponiendo obstáculos al proceso.
Reactivación del diálogo de México
Por otra parte, Evans se refirió a la eventual reanudación del diálogo entre la administración de Maduro y un ala de la oposición venezolana en México. Sobre este particular dijo que es un «fetiche» puesto que la realidad es que todo se decide entre Maduro y Washington.
«En pocas palabras, somos un virreinato que depende de la corona de EE.UU para tomar decisiones en nuestro país», añadió Evans. Asimismo cuestionó lo que, a su juicio, es un gran acto de cinismo de la administración de Miraflores de decirse antiimperialista pero anhelar sentar a Maduro con Joe Biden.