#OPINIÓN ¡Guaradas! #25Oct

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Buscando el origen del vocablo larense ¡ah mundo!, que hace referencia a la añoranza de personas que no están en su patio, me encontré con un glosario maravilloso de expresiones crepusculares que te invitan cada vez a ser más “guaro”.

Así como cada región tiene su nombre, costumbres y términos, Lara no se queda atrás y se identifica plenamente con algunos de estos.

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Si alguna vez fuera de tu ciudad has dicho “guaro”, que se originó por la especie de un loro pequeño que habitaba en la región caroreña; “naguará” que denota admiración, algo increíble o cierto, o “¡ah mundo Barquisimeto!” como añoranza de nuestro pueblo; si has escuchado o conoces la tradición de Richardi, fanático de las bebidas espirituosas; Isidra la “Veragacha” quien en su hombro derecho cargaba una “marusa” hecha con tripas de caucho llena de piedras, y en la otra la caña brava con que solía asustar a los muchachos cuando se mofaban de ella diciéndole: “Hay viene la “Veragacha”, que cuando se agacha, se le ve la cucaracha”, aunque a ninguno llegó a hacerle daño; Pablera un músico que vendía su arte, tocaba el cuatro y arrimaba el instrumento para que la gente colaborara, entre otros, pincelados por la musa de Juan Ramón Barrios.

Al igual que Hilarión y su cabo de tabaco de mecha; “El Pirrango” con su mano metida en la axila izquierda haciéndola sonar para acompañar su canto; Agapito, que no Gutiérrez, y su famosa lata; “El Caimán” con su inmensa boca llena de chimó; “El Gavilán”, “Guachirongo”, la “loca María”, hasta ese poeta de la pancarta que es Argenis Jiménez en su feroz y hermosa  lucha por la reivindicación, su vida, inmejorable testimonio de una vertical consecuencia con su verdad.

Si conociste al inefable “Pastelito”, hombre de verso fácil y doble sentido que entusiasmó a más de un aficionado al béisbol en el Estadio “Antonio Herrera Gutiérrez” con aquello de: “yo conozco un jonronero / que batea muy duro / cuando va para primera / aprieta muy duro el…pasteliiiiiito”.  

Si conociste a José Dámaso Quero, personaje de una condición especial quien todo lo vinculaba al béisbol, bautizado por la jerga criolla como “Cachito”; si alguna vez has dicho ¿“ya llegó ya”?, “vasié o sie cará”, “a guaro templa’o”, “ah, malhaya”, “adiú”, “firifirito”, “nojombre”, “a patica de mingo o ahí mismito”, de cajón eres larense y estas pasadito de años, si no, no naciste aquí,  eres bien “atarantado”, o te tragó el dialecto de Maduro.

El larense tiene un acento bien diferenciado y expresiones que poco se oyen en el resto del país. 

No hay cosa que motive más que la nostalgia. Un Barquisimeto que reposa en la memoria. 

Orlando Peñaloza

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