Los líderes de la Unión Europea se reúnen este viernes para hacer balance de su respaldo a Ucrania luego de que su presidente, Volodymyr Zelenskyy, advirtió que Rusia está tratando de provocar un éxodo de refugiados al destruir la infraestructura energética de la devastada nación.
Tras casi ocho meses de guerra, Moscú ha aumentado sus ataques contra estaciones eléctricas, instalaciones hidráulicas y otra infraestructura clave con drones y misiles. Por su parte, la UE enfrenta las consecuencias dejar de consumir urgentemente gas y petróleo ruso mientras el conflicto armado eleva el precio de los combustibles y el nerviosismo de los mercados.
En un discurso por videoconferencia ante los líderes europeos reunidos en Bruselas el jueves, Zelenskyy indicó que los “ataques de los misiles de crucero rusos y de los drones de combate iraníes han destruido más de un tercio de nuestra infraestructura energética. Debido a esto, desafortunadamente no ya no podemos exportar electricidad para ayudarles a mantener la estabilidad”.
“Rusia provoca también una nueva ola de migración de ucranianos a los países de la UE» al atacar las fuentes de electricidad y calefacción “para que tantos ucranianos como sea posible se vayan a sus países”, agregó el mandatario.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha calificado los ataques rusos contra la infraestructura civil como “crímenes de guerra” y “actos de puro terror”.
Más de 4,3 millones de ciudadanos ucranianos se han registrado para recibir protección temporal en la UE, de los cuales casi un tercio están en Polonia.
En un borrador de la declaración final de la cumbre comunitaria, los líderes afirman que “estaremos con Ucrania todo el tiempo que sea necesario» con un respaldo político, militar y económico continuado.
El bloque de 27 naciones “reforzará su respuesta humanitaria, en especial para los preparativos de cara al invierno”, agregó el texto, visto por The Associated Press y que se espera que se adopte más tarde el viernes, aunque su redacción podría variar.
La UE está profundamente dividida sobre la gestión de los migrantes que llegan sin autorización, lo que provocó una de las mayores crisis políticas de su historia. Pero muchos de sus socios, especialmente en el centro y el este de Europa, han dejado de lado sus objeciones para recibir a los refugiados de la guerra ucraniana.