María Corina Machado, coordinadora nacional de “Vente Venezuela”, habló de la propuesta de su organización política para el país, señalando que buscan la “libertad y justicia” para los venezolanos.
“El socialismo se sostiene con la ignorancia y la pobreza. Vamos a poner orden, se va a acabar el caos, nosotros le ofrecemos a cada venezolano que va a tener plata en el bolsillo, no regalada sino ganada y el compromiso de unificar a cada familia”, expresó durante una actividad en el estado Carabobo.
Sobre este tema y la desdicha que vivimos los venezolanos con el llamado socialismo del siglo XXI nos hemos enrolado hoy aquí.
El socialismo es una doctrina política y económica que propugna la propiedad y administración de los medios de producción por parte de las clases trabajadoras con el fin de lograr una organización en la cual exista una igualdad política, social y económica de todas las personas.
El 2 de febrero de 1999 Hugo Chávez Frías tomó juramento como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y cambió la tradicional fórmula de «Patria o Muerte» por «Patria, socialismo o muerte».
Fue un demagogo con una terrible sed de poder que condujo a las pobres, analfabetas e ignorantes masas venezolanas por donde le dio la gana.
La mención al socialismo en el acto de la jura presidencial, el uso de la palabra «S» en las instituciones del Estado, el anuncio de la creación de un nuevo Partido, el “Socialista Unificado de Venezuela” y la reforma constitucional asomaba sus peores miedos.
El capitalismo está prácticamente abolido en Venezuela por una revolución socialista. Lo que en las páginas de sus periódicos se traduce en el siguiente poder psicológico: No hay revolución en Venezuela. Hay sólo un pastor espabilado conduciendo un rebaño de ovejas en busca de pelea.
El capitalismo en Venezuela terminó convertido en un capitalismo de bodega. La llamada «Revolución Bolivariana» se ha promovido desde hace dos décadas como un ejemplo de Socialismo del Siglo XXI.
Al gobierno de Nicolás Maduro todavía se le denomina «socialista», a pesar de que, en la actualidad, Venezuela se encuentra en medio de un proceso de transición a un capitalismo autoritario, descentralizado y violento. Proceso económico que no resolverá los grandes problemas del país, pero que nos debería hacer cambiar los términos de los debates que tenemos sobre Venezuela.
Según Leonardo Favio Osorio Bohórquez, de la Universidad del Zulia, el socialismo del siglo XXI en realidad mantiene los mismos principios clásicos del marxismo tradicional, el cual limita la acción del mercado y atenta contra la propiedad privada.
En el caso venezolano, dice, por medio de una política de controles, asfixias al mercado y expropiaciones de empresas, seguido de una serie de políticas sociales con fines clientelares, ha producido la consecuente debacle de la economía nacional con el fin de mantener a una cúpula en el poder.
Se concluye que la crisis actual es la consecuencia natural de una serie de políticas socialistas, siempre produciendo los mismos resultados de escasez, inflación, y amenaza la libertad de los individuos por los crecientes niveles de autoritarismo.
Se ha convertido más que en un sistema coherente de planteamientos científicos en una religión con promesa del paraíso en la tierra. Sin embargo, las realidades han sido bien diferentes a lo establecido dentro de esa ideología, define Osorio Bohórquez.
Abre los ojos
Como parte de su labor de compromiso social, AzabacheOnline ha desarrollado contenidos que buscan dejar aprendizaje genuino a la sociedad civil independientemente de la edad y su perfil político.
Su objetivo principal es que el Ciudadano entienda el contexto en cualquier etapa de su vida, conozca sus derechos y la capacidad de cambiar las cosas.
“Te lo digo o no te lo digo”, que se relaciona con el tema que nos ocupa, es alguno de sus contenidos que pretenden sembrar en la audiencia la inquietud por saber y entender mejor el ámbito que nos rodea, del cual echamos mano.
SIC: “Si todavía tienes duda de que tu país está transitando el mal llamado socialismo del siglo XXI o comunismo Castro chavista, existen varios síntomas que deberías conocer:
Lo primero que debes saber es que los venezolanos tampoco queríamos que lo que pasaba en Cuba nos podría llegar a pasar pero pasó.
Tenemos que estar muy alertas porque el modelo bolivariano Castro-Chavista-Madurista muta, se transforma adaptándose a la idiosincrasia de cada país.
Ya no usan la fuerza para tomar el poder porque dicen que se ve mal, pero sí para mantenerse. Ingresan al poder utilizando nuestras herramientas democráticas para luego manipularlas a favor del modelo.
Modifican la constitución, destruyen las instituciones y establecen el piso jurídico para convertir lo ilegal en legal y lo legal en ilegal. Destrucción económica, política, social, familiar, rural, destrucción del lenguaje, desacreditan su destino y menosprecian el esfuerzo del trabajo real, la preparación, la educación, que hacen creer que el espíritu no es importante, que ganarse las cosas con tu propio esfuerzo no tiene ningún sentido.
Trazan una línea para dividir a la población entre ricos y pobres e incentivan el odio entre clases. Siembran caos y división para poner a pelear sindicatos contra empresas, mujeres contra mujeres, mujeres contra hombres, hijos contra padres, alumnos contra profesores, civiles contra uniformados, capitales contra provincias, ciudades contra pueblos, marchas y contramarchas y hasta villanos contra carnívoros que entran al poder utilizando nuestras herramientas democráticas para luego manipularlas a favor del Castro-Chavismo-Madurismo.
Destruyen el aparato productivo, acosan a la empresa privada y expropian, establecen un control cambiario con distintos tipos que distorsionan completamente la economía.
Impregnan de ideología política a las instituciones que deberían ser imparciales, como la justicia, la policía, la educación, las fuerzas armadas, y hasta el Consejo Nacional electoral. Y cuando esos organismos no se alinean con su ideología, crean organismos paralelos, como embajadas, alcaldías, colectivos armados, milicianos y paramilitares, y para ello previamente desarman a la población para que nunca generen resistencia.
Y un buen día: ¡Sorpresa!, liberan a miles de presos de todo tipo, favor que será cobrado más adelante porque los utilizarán para defender a la revolución bolivariana y mantener a raya a la ciudadanía.
Les dan voz, voto y cargos públicos a militares en ejercicio destruyendo la institución y convirtiéndolos en opresores de la sociedad civil. Generan planes, bonos y tarjeta alimentaria como herramienta de control para la sociedad, y quien no se alinea a su ideología no come.
Estigmatizan a los empresarios, a los ricos, a los profesionales independientes, a todo aquel que se esfuerza por ganar su propio dinero. Crean un relato para hacerle creer a la gente que ellos no son responsables de ninguno de los problemas económicos y a la vez crean un enemigo interno como los empresarios, los productores independientes, los productores petroleros, los productores agrícolas ganaderos, y un enemigo externo: Generalmente el Fondo Monetario Internacional, los capitales golondrina, los invasores extranjeros y por supuesto, el imperio yanqui.
Y hablando de Estados Unidos vamos a romper un mito. Ha sido el principal socio comercial de Venezuela durante décadas. El único país que pagaba 30 millones de dólares diarios por la compra de petróleo.
Por si no queda claro, Estados Unidos nunca nos bloqueó y nunca se metió. Las últimas acciones están dirigidas únicamente a funcionarios corruptos del régimen y sus familias que casualmente tienen sus grandes fortunas en ese país.
Son expertos en propaganda política. Cuando ocurre algo importante generan desinformación con noticias bizarras, absurdas, ridículas, desenfocándonos de lo importante y enfocándonos en lo frívolo y relevante.
Para ello necesitan los medios de comunicación comprándolos, tomándolos y girando grandes pautas publicitarias. Incluso crean leyes de medios para imponer multas impagables. Por ejemplo, en Venezuela cerraron más de 3 mil quinientos medios de comunicación entre televisión, prensa, radio y medios digitales. Y cancelaron la transmisión de señales nacionales e internacionales de noticias.
Encuentran la manera de diluir la división de poderes y crean nuevos poderes alineados a su ideología. En Venezuela eliminaron la Corte Suprema de Justicia y la Cámara de Senadores. Instalaron un Tribunal Supremo de Justicia nombrando jueces a dedo poniendo un súper poder por encima de los demás. Y adivinen qué: Todos alineados con el régimen. Pero para sostener esta falsa democrática ante el mundo por más de 20 años se necesita un actor indispensable en el falso juego electoral. Gran parte de la oposición fusionada al régimen.
Además, el sistema se ha encargado de exportar la tecnología para el conteo y transmisión electrónica de votos a varios países del continente desde Canadá hasta la Patagonia.
En el exterior, como en un tablero de ajedrez colocan sus fichas estratégicamente en los diferentes organismos internacionales para que actúen a favor de ellos en caso de que lo necesiten.
Por eso es tan importante proteger las instituciones y cuidar la democracia, porque si la pierden, no habrá organismo internacional que pueda ayudarlos a rescatarla rápidamente.
En Venezuela no hay una dictadura. Hay una tiranía constitucional. En Venezuela no hay una crisis humanitaria, hay un genocidio. Es un Estado fallido. No son políticos que se corrompieron en el camino, son criminales que tomaron el poder. No es casualidad que en los países donde no se han podido instalar, generen caos, violencia y destrucción organizada. Tampoco es casualidad que los aliados y socios del régimen tirano venezolano viajen constantemente a Cuba para recibir directrices y seguir aplicando el plan en los diferentes países.
Sabiendo que las leyes nacionales e internacionales garantizan la soberanía y a la vez la impunidad, está claro que podríamos sacar al tirano más no a la tiranía. Una tiranía enquistada en el poder creando metástasis en todo el continente.
Estos son solo algunos de los síntomas pero hay muchos otros. Recuerda que se van adaptando a la idiosincrasia de cada país. Es bueno que te des cuenta de una vez que este tipo de regímenes primero te rompe las pìernas y después te da las muletas para que se lo agradezcas.
En ese contexto, cuando abras los ojos te darás cuenta que todos los problemas políticos, sociales, económicos de educación y salud, no son errores, todo está hecho a propósito. El compromiso ciudadano es vital. Si un país no tiene sus instituciones sólidas y fuertes, el socialismo del siglo XXI es un virus letal”.
¿Todavía defiendes al socialismo?
El socialismo es un proyecto que pretende con sus ideas alcanzar la igualdad, pero termina eliminando la libertad de los hombres. Si se lee con cuidado el capital o el manifiesto al partido comunista de Marx, realmente el socialismo promueve la expoliación de la propiedad privada, señala en un artículo Javier Biardeau, articulista de opinión.
“A pesar de los males causados a la humanidad por el socialismo, todavía hay quienes defienden esas ideas. En Venezuela se ha aplicado el del siglo XXI aparentemente como un modelo pensado para el beneficio de las mayorías, pero cuyas consecuencias han sido una terrible pobreza para sus ciudadanos”.
Las naciones siguen siendo presas de las ideas socialistas, sobre todo las del mundo subdesarrollado, deseosas de buscar salidas utópicas a su condición social. En el caso venezolano es evidente cómo esta Nación intentó aplicar el llamado socialismo del siglo XXI con resultados negativos para la sociedad.
Con sus particularidades, el socialismo venezolano ha causado la debacle de la economía nacional, de la misma manera como ocurrió con los experimentos precedentes.
Ideología o instrumento
El socialismo desde sus orígenes europeos, tanto en el plano teórico como el empírico, siempre ha probado su inviabilidad, teniendo resultados perniciosos para las mayorías.
Más que una ideología de la redención ha sido un instrumento para la dominación de las masas a través de su manipulación política.
La historia del socialismo en Venezuela es muy compleja; desde el principio fue percibida como una amenaza para la estabilidad de la Nación. Las ideas socialistas fueron prohibidas en Venezuela desde la época de Gómez, hasta que el Partido Comunista fue legalizado por el presidente Medina Angarita.
Orlando Peñaloza