Giorgia Meloni conformó este viernes la nueva coalición gobernante para dar a Italia su primer gobierno de extrema derecha desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y el primero de su historia encabezado por una mujer.
Un funcionario de la presidencia anunció que Meloni y su gabinete prestarán juramento el sábado. Hermanos de Italia, un partido de origen neofascista, fue el más votado en la elección nacional del mes pasado.
Horas antes de la formación del nuevo gobierno, Meloni, una política de carrera de 45 años, dijo a la prensa que ella y sus aliados habían pedido unánimemente al presidente Sergio Mattarella el mandato para gobernar.
Obtener la jefatura del gobierno corona el notable ascenso, contra todo pronóstico, de Hermanos de Italia, el partido que Meloni cofundó en diciembre de 2012 y que, durante sus primeros años, fue considerado un movimiento marginal de la derecha.
“Hemos indicado que yo soy la persona que debería recibir la orden de formar el nuevo gobierno», declaró Meloni, flanqueada por sus dos principales —y en ocasiones problemáticos— aliados de derechas: Matteo Salvini y el ex primer ministro Silvio Berlusconi. “Estamos listos y queremos avanzar en el menor tiempo posible», agregó.
Meloni citó problemas urgentes “tanto a nivel nacional como internacional”, en una aparente referencia al alza de los precios de la energía que afecta a los hogares y a los negocios italianos y a la guerra en Ucrania, que ha dividido a los líderes de la Unión Europea en cuanto a la estrategia a seguir ante la preocupación por el suministro de gas durante el inminente invierno.
Berlusconi y Salvini guardaron silencio durante las breves declaraciones de Meloni a los reporteros, pero en un momento dado, Berlusconi alzó las cejas y miró por detrás de la cabeza de Meloni a su compañero, mientras ella continuaba con su discurso.
Los dos políticos son antiguos admiradores del presidente de Rusia, Vladimir Putin, pero Meloni ha respaldado claramente a Ucrania en su defensa contra la invasión rusa. Estas diferencias podrían suponer un desafío para la nueva coalición de gobierno.