Oleadas de drones suicidas cargados de explosivos golpearon este lunes la capital de Ucrania, provocaron incendios e hicieron que la gente corriera a los refugios una semana después de los ataques rusos más amplios contra Ucrania en meses.
Los ataques aéreos se habían convertido en una rareza en el centro de Kiev, y la concentración de drones sembró el pánico y puso a prueba los nervios de la gente. Uno de los dispositivos se estrelló contra un edificio residencial y mató a tres personas, según el número dos de la oficina del presidente, Kyrylo Tymoshenko. Entre los blancos también había instalaciones de energía.
Entre los artefactos empleados parecía haber modelos Shahed de fabricación iraní. Los ataques rusos anteriores contra la capital habían empleado principalmente misiles. El lunes se oían intensas rondas de disparos además del sonido de los drones en el cielo, al parecer de soldados que intentaban derribarlos. Otros corrían para ponerse a cubierto, aunque la vida cotidiana no tardó en reanudarse en un país que se ha acostumbrado a los ataques.
Entre temores a que esa clase de ataques a centros urbanos pudiera volverse más habitual tras casi ocho meses de guerra, rondas sucesivas de 28 drones golpearon la capital, indicó el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko. Cinco de ellos se estrellaron contra la propia ciudad, según el primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal.
Trece aeronaves o más fueron derribadas en la región, todas cuando volaban desde el sur, indicó un vocero de la fuerza aérea ucraniana, Yurii Ihnat.
Un ataque, al parecer dirigido contra la red de calefacción de la ciudad, impactó contra un centro de operaciones del sistema. Otro se estrelló contra un edificio residencial de cuatro plantas, abrió un gran agujero en la estructura y derribó al menos tres apartamentos uno sobre otro. Además de los tres muertos en el lugar, Tymoshenko dijo que 19 personas habían sido rescatadas de entre los escombros, cuatro de ellas heridas. Los rescatistas buscaban otras víctimas bajo una humareda gris.
Un fotógrafo de Associated Press que había salido a fotografiar escenas de la mañana en Kiev tomó una foto de uno de los drones, su forma triangular claramente visible contra el cielo azul.
“Toda la noche y toda la mañana, el enemigo aterroriza a la población civil”, dijo el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, en medios sociales. “Drones kamikaze y misiles atacan toda Ucrania”.
“El enemigo ataca nuestras ciudades, pero no nos quebrará”, escribió.
Los Shahed iraníes, que Rusia ha rebautizado como Geran-2, tiene una carga explosiva y pueden quedarse suspendidos en el aire sobre sus objetivos antes de lanzarse contra ellos. Pueden lanzarse en rápida sucesión desde plataformas.
Andrii Yermak, responsable de la oficina de Zelenskyy, también confirmó en medios sociales que se habían empleado drones Shahed en el ataque a Kiev. Irán ha negado haber proporcionado esas armas a Moscú, aunque el jefe de su Guardia Revolucionaria ha presumido de proporcionar armas a las mayores potencias del mundo, sin dar detalles.
Rusia también ha utilizado estas aeronaves en otros puntos de Ucrania en las últimas semanas para atacar centros urbanos e infraestructura como estaciones eléctricas. Son relativamente baratos y cuestan unos 20.000 dólares.
Su empleo en enjambre supone un desafío para las defensas antiaéreas rusas, dijo Ihnat, el vocero de la fuerza aérea. Los países occidentales han prometido reforzar las defensas ucranianas con sistemas que puedan derribar drones, pero buena parte de esos equipos aún no ha llegado, y en algunos casos podrían tardar meses.
“Los desafíos son grandes porque las defensas y medios antiaéreos son los mismos que había al principio de la guerra”, dijo Ihnat. Algunos equipos antiaéreos proporcionados por Occidente sólo pueden utilizarse de día cuando los objetivos son visibles, añadió.
Después de meses en los que los ataques en el centro de Kiev eran inusuales, los ataques de madrugada de la semana pasada en la capital y el resto del país volvieron a poner a la gente en vilo.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que los ataques de la semana pasada eran una represalia por la explosión en un puente que conecta la Península de Crimea con el territorio continental ruso. Putin atribuye a Ucrania la planificación del ataque, que interrumpió el tráfico por el puente y limitó la capacidad de Moscú de emplear esa vía para aprovisionar a las tropas rusas en las regiones ocupadas del sur de Ucrania.
En los últimos días se han intensificado los combates en las regiones orientales de Donetsk y Luhansk, mientras Ucrania continúa su contraofensiva en el sur cerca de Jersón y Zaporiyia. Zelenskyy, dijo la pasada noche en su mensaje vespertino que había intensos combates en torno a las ciudades de Bajmut y Soledar, en la región de Donetsk.
Donetsk y Luhansk forman la mayor parte de la región industrial en el este conocida como el Donbás, y son dos de las regiones anexionadas por Rusia en septiembre en contra del derecho internacional.
El gobierno respaldado por Rusia en la región de Donetsk dijo el domingo que Ucrania había atacado su principal edificio administrativo en un impacto directo. No se reportaron víctimas.