Los olvidos son la omisión más frecuente a la hora de un recuento o de alguna enumeración de cualquier tipo o género y probablemente no contemple excepciones. Así en estos paseos por el panorama de la música popular más representativa de los países iberoamericanos se han quedado en el tintero varios nombres de significación. Más de un telefonema se ocupó de las advertencias…
—Compañero como se te olvidó citar al precursor de las rancheras, actor y cantante de renombre como fue Tito Guizar y entre las féminas que cultivaron esa línea lírica dejaste fuera a la Tariácuri…Otros recordatorios señalaron a la Lecuona Cubans Boys, la orquesta femenina de Anacaona y el muy grave pecado de no citar a Guillot
También dejé fuera a la gran orquesta de los Hermanos Palau, y la omisión más preocupante: El TRÍO MATAMOROS. Pocas veces en la historia de los pentagramas se ha producido tanta música con tal economía de recursos. Tanto así que al escucharlos se me ocurre lo que calificarán de exabrupto; les comparó con el Brahms de música de cámara, en particular sus cuartetos. De todas formas en todo trabajo de recuentos, recopilaciones, antologías, sin importar cuanto indagues o consultes, siempre habrá lagunas y con mayores riesgos si buena parte de las fuentes proviene de la memoria.
En Colombia hay una buena cantidad de cultores de la música llanera y celebran festivales dedicados a la especialidad. Y me alejo de la hermana república recordando a tres singulares exponentes de la canción, algo separados en el tiempo. Estilos opuestos dado el cultivo académico de uno, tan alejado de la espontaneidad instintiva de otro y la audiencia del más actual. El primero a nombrar fue un Barítono de amplio registro y bella voz, Carlos Ramiírez, luego el mandamás de las rocolas Julio Jaramillo; para concluir con Carlos Vives, los tres han disfrutado de especial favor entre sus target de audiencia. Vale recordar que rivalizó abiertamente en popularidad con Jaramillo, otro campeón de bares y rockolas, el ecuatoriano Olimpo Cárdenas.
Pasamos al Brasil, que como todo país de gran extensión fue tentado por la independencia autárquica, hasta que el encanto de la samba y la bossa nova más el talento de sus compositores y la profundidad expresiva de sus intérpretes derrumbó el despropósito autárquico. La presencia musical del país amazónico fue casi explosiva; Melodías como “Desafinado” y “La chica de Ipanema” se universalizaron calando a fondo en el ámbito de esa música tierna, vibrante, juguetona, doliente y dulzona a la vez, especial e indefinible como es el jazz; marcando sólida afirmación de Clío, Euterpe y Talía una extensa lista de compositores, intérpretes y baladistas. De tan vasto panorama musical no es posible un extenso comentario o enumeración. Así que intentaremos escoger lo más significativo de algunos campos y nombraremos un reducido grupo a título de muestra.
Citar a María Betania y a Ellis Regina, es dar a conocer al menos la mitad de la pasión y expresividad de la canción brasileña. Chico Buarque, Jair Rodríguez junto a Roberto Carlos y su millón de amigos, cubren un buen espacio interpretativo, al que agregamos voces cercanas al folklore o cultoras del mismo como Sergio Reis, Carlinhos Masafolis, más la presencia de Valdir Azevedo y su cavaquinho.
Cerramos este paseo musical con una reseña de lo que significa el vals —valsa en portuges– para Brasil, llevado por las manos del compositor austríaco Sigismund Neukomm, en tiempos del Emperador Pedro I., de quien fue su profesor. pues el numen imperial compuso también sus valses.
Francisco Mignone pianista y compositor, tiene algo más de 40 años al terminar “As Valsas de Esquina” obra en la que según comenta Luiz Paulo Horta, logra un resumen genial de lo popular y lo clásico de la musicalidad del Brasil, “utilizando el piano como un cuaderno de notas o un diario íntimo …al hacerlo cantar como el mejor de los serenateros”. Mignone aprovechó estos valses para reunir su experiencia de músico popular, tanto como su formación académica y mostrar un nuevo estilo que combina la simplicidad de lo popular con la sofisticación de lo clásico”. Mignone escribió muchos otros valses entre los que están los 16 inspirados valses para solo de fagot, grabados por Noel Devos”.
Convertido en el músico más completo de Brasil, no tenía vergüenza de ser tomado por un sentimental, que dejaba hablar a su corazón al tiempo que lo protegía “con su ciencia musical para no repetirse o caer en lugares comunes”. Por su parte Arthur Moreira Lima al piano, convierte esta música en el rielar de las lunas de plata del nordeste brasileño. “Melodías simples y misteriosas que a veces intensifican la melancolía”…hasta que un grupo de notas “más agudas cual un collar de perlas o gotas luminosas recién caídas de las estrellas”, eluden grácilmente el aire nostálgico.
Hacia el Pacífico y donde nace el gigantesco rio amazónico, un símbolo musical como fue y es Chabuca Granda, de tierras peruanas, donde también surgió el fenómeno de voz que brilló en la garganta de Ima Sumac. Este breve toque culmina en los días actuales citando del mundo operático la figura descollante de Juan Diego Florez Salóm, tenor lírico de privilegiada voz para la corolatura belcantista.
Bajamos rumbo al sur y encontramos un notable guitarrista clásico en Agustín Pío Barrios (Nitsuga Mangoré o más simple, Mangoré Barrios) compositor Paraguayo-Guaraní. Entramos después en la República Oriental del Uruguay donde un niño francés nacido en Toulouse, llegó acompañando a su madre a la capital. De Montevideo pasaron a Mar del Plata y su destino le llevó de los barrios porteños bonaerenses al mundo adulto, por un camino ascendente de melodías que lo convirtió en el primer fenómeno de popularidad en el campo del espectáculo y en uno de los símbolos argentinos de la identidad nacional. Carlos Gardel, el tango y Argentina, un triángulo casi mítico que al paso del tiempo, crece, brilla y se prestigia más.
Otros intérpretes cultivaron el género, y si no superaron a Gardel avivaron el gusto y la pasión por el tango. Citaremos los más conocidos. Hugo del Carril, el de más renombre y con unas cuantas películas en su haber. Una gran diva como Libertad Lamarque que exiliada en México dejó una vasta filmografía. De amplio repertorio agregaremos a Charlo, Alberto Castillo, y Agustín Magaldi. Un personaje de especial significación, acusado de barbarie y herejías por sus detractores, tanto como alabado y ensalzado por sus admiradores, es Astor Piazzola. gracias a su contribución a la evolución musical del género,
Por otros lares del pentagrama están además de los milongueros los cultores de baladas y melodías de vasta audiencia: Leo Dan, Sandro, Amanda Miguel y el inconfundible estilo de Piero. De los cultores del rock, Gustavo Cerati, Charlie García Y el eterno Fito Páez, 100 % vigente. Nos despedimos de Mar del Plata y las extensas pampas saludando a tres grandes en la audiencia: Héctor Roberto Chavero más conocido como Atahualpa Yupanqui y Facundo Cabral cantautores, poetas y Mercedes Sosa, artistas a los que se dedican todos los panegíricos, más que merecidos.
En la delgada y angosta geografía extendida entre las cumbres andinas y el Pacífico, tierra de la cueca chilena han brillado en el mundo del espectáculo un buen número de artistas cultores de melodías populares, bajo el prestigioso amparo del Festival de Viña del Mar. Una muestra significativa incluye a Los Cuatro de Chile, Los Angeles Negros, Ginnette Acevedo y el inconfundible Lucho Gatica, entre los muchos que han destacado.
Pedro J. Lozada