Un 17 de octubre llegaste al mundo, Maracay te recibió y acunó en su seno con mucha alegría. Bajo una tarde cargada de arreboles viniste a alegrar nuestro hogar. Hoy eres todo un profesional, orgullo de la familia, hogar que enarbola pretencioso el haber dado al mundo un hombre honesto, íntegro, hijo bueno, inteligente, trabajador, amoroso, amante de su familia y de su patria Venezuela.
Muy temprano fui hasta la ventana para mirar el cielo azul, azul, azul. Es 15 de Octubre, sobre el verdor de las colinas del Turbio las celestes y grises manchas que cubren el cielo, traen a mi corazón la nostalgia del increíble azul de aquella tarde en que naciste, tarde que allá en Calicanto se llenó de alegría, de brindis y de abrazos.
Hoy es sábado, me acuerdo de ti mientras allá en el cielo las campanas del alba se despliegan sobre el lejano tul del valle del Turbio. El sol despereza sus albores y el sueño de los cielos se despierta al compás de un arpa, un cuatro, las maracas y la voz callada inolvidable de Simón Díaz, (oriundo igual que tú de Aragua) voz y música que nunca dejará el viento de soltar desde el cielo sobre los valles de Aragua, su tonada de La luna llena, Su querencia, La vaca mariposa, Romance en la lejanía o su famoso Caballo viejo. Bonito mes este de Octubre para recordar a quien tanto le cantó a su tierra y a ti poeta que llevas años componiendo versos al amor, a la tierra y a la mujer, poemas que no se pueden dejar desteñir por el tiempo ni morir en aquel cofre donde duermen el sueño de un amor bonito, imperecedero.
He aquí uno de los versos de tu autoría que quiero dedicarte como un homenaje en este mes de tu nacimiento, compartiendo a la vez con mis lectores en esta fecha antesala de tu cumpleaños.
Carta sin Ortografía (Mauricio Victoria)
Esta sencilla carta que verán tus ojos claros, la escribo porque el alma me reclama que la dejes vivir, porque tú me acompañas en el tiempo, porque eres lo simple, lo callado, lo dulce,
Lo pequeño, ese mínimo saldo de vida que deja sentirnos algo buenos.
Escribirte es llevar el paisaje en los morrales que madrugan en busca del paseo,
Es ver la noche desde la terraza elemental y simple de un lucero,
Es sorprender el trompo de colores, hecho de brisa, de luz y movimiento,
Es guardar la esperanza en la alcancía para comprar todos tus besos,
Es seguir siempre tus pasos por los mil y un insomnio de mi sueño,
Es ir de polizón en un navío y conocer un pirata a barlovento,
Es seguir por los lagos de Letonia la huella de uno de tus pies,
Es remar hacia la Europa y fatigar la rosa de los vientos.
Escribir es ponerle balaca al pensamiento, es ignorar la pobre Ortografía
Que sin sí no admite sentimiento, es seguir un sendero de arreboles,
Para encontrar las seis del universo,
Es ver el crepúsculo en el camino que conoce el país de los recuerdos,
Es robarse en las noches de Diciembre de una constelación dos luceros
Para hacerle compañía a los ojos que ahora leen,
Es volver a vivir sencillamente, Es encontrarme elemental y bueno,
Es fechar esta carta desde el alma y de estampilla colocarle un beso.
Larga vida te dé el cielo, muchas satisfacciones y bendiciones.
Feliz cumpleaños mi poeta preferido.
Siempre, mamá.
