Se cuenta la historia de un hombre religioso, creyente, estudioso de Las Sagradas Escrituras y de mucha oración, que al levantarse toda las mañanas lo primero que hacía antes de bajarse de su cama era abrir su Biblia ¡Eso es bueno!. La abría al azar, colocaba su dedo sin ver de manera específica lo que quería leer y decía “vamos a ver qué es lo que Dios me quiere decir hoy” ¡No es la forma!. Y de acuerdo al texto que escogía, sin considerar su contexto. Es decir, sin relacionarlo con otros textos, siempre al azar, orientaba sus actividades del día, como algo que Dios le instaba a que hiciera y se sentía satisfecho. Sigue contando la historia que una mañana, al abrir su Biblia puso su dedo en el libro de Mateo 5:27 que dice exactamente, refiriéndose a Judas “…y fue y se ahorcó”. El hombre quedó perturbado grandemente. Cerró la Biblia y se preguntó ¿Qué es esto?¿ Qué será lo que Dios quiere decirme que haga hoy? La cerró y luego la abrió nuevamente y por las dudas hizo el mismo procedimiento, su dedo cayó en el mismo versículo “…y fue y se ahorcó”, el hombre concluyó que ese era el mensaje de Dios… y fue y se ahorcó.
La veracidad o no de la historia, es irrelevante, pero no nos extrañaría que fuera verdad. El enemigo de Dios y de su Palabra quiere llevarnos por senderos de destrucción. Y se afinca en la tendencia de confundir y mal orientar a los cristianos, ofreciéndoles alternativas teóricas, tradicionalistas y hasta filosóficas a los seguidores de Cristo. Y esto se entiende, por cuanto conoce perfectamente las escrituras. Sino vean como atacó a Jesús en el desierto de la tentación, utilizando la Biblia, por lo cual nuestro Señor respondió la forma como debemos responder nosotros, con un “…escrito está”
“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”Mat.4:1-4
La Biblia debe leerse y estudiarse los textos en su debido contexto y ser como los bereanos. En tiempos bíblicos, los Bereeanos fueron habitantes de la ciudad de Berea, también conocida en la Biblia como Beroea. Hoy en día esta ciudad es conocida como Veria en lo que es hoy Macedonia. Cuando Pablo los visitó y les habló del Evangelio de Salvación dice la Palabra. “Los bereanos eran mucho más nobles que los tesalonicenses, y escucharon gustosos el mensaje. Todos los días examinaban las Escrituras para comprobar si lo que Pablo y Silas decían era cierto” Hechos 17:11. ¿Desconfiaban de Pablo? No. Simplemente les gustaba verificar lo que les decía, con las Sagradas Escrituras que es la voz de Dios. Ese, es el ejemplo que nos conviene, sobre todo en estos tiempos, imitar a los bereanos, cuando se han multiplicado los medios informativos y con ello las tergiversaciones de la Palabra de Dios.
¡Hasta el próximo artículo!
William Amaro Gutiérrez