El huracán Orlene se cernía el lunes sobre la costa mexicana del Pacífico, cerca del puerto turístico de Mazatlán.
El meteoro perdió fuerza después de pasar por las Islas Marías, una antigua colonia penal que se está desarrollando como atracción turística. La isla tiene una escasa población de empleados del gobierno y sus edificios están hechos de ladrillo o concreto.
Para el lunes en la mañana, los vientos de Orlene habían bajado a 155 kilómetros (100 millas) por hora, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos. Su centro se encontraba a 120 kilómetros (75 millas) sur de Mazatlán y avanzaba a 15 km/h (9 mph).
Las autoridades a lo largo de la costa suspendieron las clases, cerraron las marinas y habilitaron refugios.
Había una alerta de huracán vigente desde San Blas hasta Mazatlán.
El gobierno del estado de Jalisco, donde se encuentra Puerto Vallarta, suspendió las clases el lunes en las localidades costeras. La oficina de protección civil de la entidad publicó un video en que se ve fuerte oleaje impactando un muelle de Cabo Corrientes.
En Sinaloa, donde está Mazatlán, se instalaron algunos albergues de emergencia.
El centro de huracanes de Estados Unidos indicó que es posible que la tormenta comience a debilitarse a medida que se acerca a la costa, aunque aún se proyecta que toque tierra siendo un huracán.
El fenómeno meteorológico podría causar inundaciones y precipitaciones de hasta 25 centímetros (10 pulgadas) en algunos lugares, así como inundaciones costeras y oleaje peligroso.
Los puertos de Manzanillo y Puerto Vallarta quedaron cerrados a los barcos de mayor eslora, y la Armada de México anunció que los puertos de Mazatlán, San Blas y Nuevo Vallarta estaban cerrados a las pequeñas embarcaciones.
La Comisión Nacional del Agua indicó que Orlene podría causar deslaves e inundaciones en áreas bajas, y elevar los niveles de ríos y arroyos.