Carlos López, coordinador Nacional de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores y Coordinador de la Federación de Trabajadores Universitarios de Venezuela (FTUV), informó que el pago de los aguinaldos correspondiente a 4 meses para los trabajadores públicos tendrá un intervalo entre 30 y 15 días para la llegada de cada cancelación. De hecho, puntualizó que la primera fecha será el 5 de octubre, la segunda el 2 de noviembre, la tercera es el 30 de noviembre y la última el 15 de diciembre.
El motivo de esta decisión, según Carlos López, es enfrentar la hiperinflación que se evidencia en el país. Ante esto, líderes de gremios y sindicatos del estado Lara se pronunciaron recientemente para rechazar este anuncio, asegurando que solo perjudicará a los trabajadores públicos de Venezuela.
El presidente de la Asociación de Trabajadores de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (Ataucla), Rubén Albornoz, aseguró a El Impulso que «es mentira que los trabajadores públicos vamos a pasar unas buenas navidades«, según su criterio, Carlos López se hace llamar un defensor del obrero, pero solo está del lado de los atropellos y de «la burla» para la clase trabajadora del país.
«¿Cómo va a ser una Navidad feliz si nos están pagando fraccionado el aguinaldo? No va a dar oportunidad para cobrar hallacas, ni pan de jamón, ni para vestir a nuestros hijos (…) es una burla», aseveró Albornoz.
Por su parte, Julio Marín, presidente del Sindicato de Empleados Públicos del estado Lara (Sepeel), comentó que este anuncio no es alguno nuevo, porque son las metodologías de acción por parte del régimen de Nicolás Maduro. «Lo que tenemos que hacer los 8 millones de trabajadores del sector públicos es alzar nuestra voz para poner un parado a esta acción que viene aplicando el gobierno«, comentó.
Desde su perspectiva, en años anteriores, los aguinaldos sí les alcanzaban para tener unas Navidades felices, pero considera que el régimen les arrebató la felicidad a todos los venezolanos. «Nos genera una desmotivación, eso ha llevado a que muchos funcionarios renuncien a sus cargos, los cuales habían conquistado con mucho esfuerzo (…) para los trabajadores no es rentable mantenerse en la administración pública».
