Ni siquiera pueden ser absorbidas las aguas de lluvias en un sitio donde hay tres drenajes, como ocurrió en la calle donde al frente de la misma hay una panadería que se inundó por completo la noche del martes de esta semana, porque el sistema de Barquisimeto está totalmente colapsado.
Y cada vez la situación es peor, dice a El Impulso. El ingeniero Julio César Gutiérrez, especialista en gestión urbana e ingeniería vial, vicepresidente del Colegio de Ingenieros del estado Lara y quien fue principal directivo de la desaparecida empresa estatal Hidroccidental.
¿Por qué cada vez son peores las inundaciones en Barquisimeto?
Esa no es una situación propia del sistema de drenaje de Barquisimeto y de la Cabudare, sino del país entero.
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¿Por qué?
Porque la mayoría de estos sistemas se construyeron en los años cincuenta cuando se creó el Ministerio de Obras Públicas y luego el Instituto Nacional de Obras Sanitarias (INOS), que eran los organismos que realizaban, entre otras labores, los drenajes. El último de los cuales se encargaba de otorgar los permisos para el alcantarillado, la recolección de aguas servidas, el agua potable y los drenajes para las aguas de lluvias.
Pero, cuando en la década de los ochenta y comienzos de la del noventa, al crearse Hidrocapital y otras empresas regionales, esas facultades dejan de ser nacionales. Y corresponden a las alcaldías todo lo que es mantenimiento, control y construcción de los nuevos drenajes de cada uno de los municipios.
¿Y eso por qué?
Eso se debió al proceso de descentralización administrativa. En 1989 se hicieron las primeras elecciones para las alcaldías y gobernaciones, así como legisladores y concejales, a través del voto universal, directo y secreto. Desde entonces, los permisos fueron otorgados por las alcaldías para nuevas soluciones habitacionales, complejos comerciales y urbanizaciones, incluyendo las variables fundamentales de los servicios urbanísticos. La Dirección de Control Urbano y Planificación de cada municipio ha tenido la responsabilidad de establecer los drenajes en cada sitio donde se van a construir calles, aceras, viviendas, etcétera. En cada uno de sus lugares se va a crear un área contributiva de corrientes superficiales.
Éstas son las correspondientes a las aguas de lluvias y que ya no van al subsuelo o se van a evaporar. Hay que buscar cómo sacar esas aguas y controlarlas, a través de los drenajes primarios y secundarios, que luego son transportadas hasta la disposición final.
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¿Qué ha pasado para que ahora haya tantas inundaciones en todas partes?
La respuesta es muy clara: eso se dejó de hacer desde un poco más del año 2.000. Aquí en Barquisimeto se hicieron obras de ese tipo durante el mandato de Macario González y mediados del de Henri Falcón.
¿Cuál fue la razón para dejarlas de hacer?
Porque hasta entonces existían dos instrumentos muy importantes, que el Ejecutivo Nacional eliminó. Me refiero al Fondo Intergubernamental para la Descentralización y la Ley de Asignaciones Económicas Especiales, que les permitía a los estados elaborar sus presupuestos adecuados a las necesidades y, por supuesto, que las alcaldías dispusieran de recursos. Pero, el Ejecutivo Nacional centralizó todo y dispuso sólo beneficios a los estados y alcaldías que le eran afines.
Claro está, la situación se agravó porque bajó la producción petrolera, ya no hay ingresos como antes y para colmo de males, Iribarren no tiene un Plan de Desarrollo Urbano. La ciudad ha crecido y los problemas se han agravado.
