Luego de que el ataúd de la reina Isabel II de Inglaterra arriba a la capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor, se dio inicio a la ceremonia religiosa previo a la sepultura.
El decano de Windsor, el reverendo David Conner, dio la licitación para abrir el servicio religioso.
“Aquí en la capilla de San Jorge, donde ella adoraba con tanta frecuencia, estamos obligados a recordar a alguien cuya fe cristiana sin complicaciones, pero profunda, dio tantos frutos, frutos en una vida de servicio incansable a la nación, la Mancomunidad de Naciones y el resto del mundo”, dijo Conner.
Agregó que “en un mundo que se agita rápidamente y con frecuencia, su presencia tranquila y digna nos ha dado confianza para enfrentar el futuro como ella lo hizo con coraje y esperanza. Como con corazones agradecidos, reflexionamos sobre estas y muchas otras formas en las que su larga vida ha sido una bendición para nosotros. Oramos para que Dios nos dé la gracia de honrar su memoria siguiendo su ejemplo”.
Posteriormente, Conner retiró el cetro del ataúd de la reina, seguido del orbe y la corona del Estado imperial y los ubicó junto al altar.