“La agricultura se ve fácil cuando el arado es un lápiz y…
se está a mil millas del campo de maíz”
Dwight Eisenhower
Viene de LA AGRICULTURA – PARTE III…
No es creíble que se haya olvidado el apoyo que dio el llamado período democrático a la agricultura venezolana:
La existencia del Instituto de Crédito Agrícola y Pecuario, que otorgaba créditos a los más necesitados, al tres por ciento (%03) anual, y el Banco Agrícola y Pecuario que otorgaba los créditos de mayor volumen, al ocho por ciento (%08) anual, el Fondo Nacional del Café, FONCAFÉ, ente protector del productor del grano que impuso el precio al productor equivalente al setenta por ciento del precio de una taza de café en barra, o sea del precio que pagaba un consumidor en una cafetería o panadería; fomentó la Paccas, cooperativas y Unión de Productores de Café, UPROCAS, especialmente en la PACCAS, aportó el cincuenta por ciento (%50) del Capital Social, el Estado fue el socio mayoritario de estas empresas; repartió tractores para el mejoramiento de la vialidad, creó la “Asociación Nacional Caficultores de Venezuela” y le donó dos (2) Pent Houses que, presuntamente, al igual que muchos tractores, fueron robados por falsos defensores de los caficultores, sin que se hiciera una investigación al respecto..
Hubo un auge ganadero y se creó “El Valle de Aroa.” Se purificaron las razas, se logró la “Raza Carora.” Nos abastecíamos en azúcar y proliferaron los centrales azucareros.
Zonas como la del sur del Lago (de Maracaibo) se constituyeron ícono de producción agrícola, la ganadería de carne y la producción Bananera.
Institutos como el Fondo Nacional de Investigación Agropecuaria, FONAIAP, fueron ejemplos de investigación, internacionalmente.
Existían estadísticas creíbles y se construyeron sistemas de riego con la mayor y mejor tecnología importada de países como Israel, como ejemplo, en el Estado Lara, tenemos el sistema de riego proveniente de la represa “Dos Cerritos”, y el de los parcelamientos de empresas campesinas, ubicados en el Valle del Turbio, canales de riego elaborados en concreto que fueron abandonados y robados, algunos de ellos para hacer comederos para los animales de ostentosos hacendados.
Nadie dice nada del “Fondo Ganadero del Estado Lara”, institución creada con el apoyo del Fondo de Desarrollo Agrícola del Estado Lara, FONDAEL.
Esto, tan sólo, por citar algunos ejemplos positivos, demostración irrefutable de gestiones eficaces y eficientes…
Desde la imposición de la llamada revolución del siglo XXI, las expropiaciones, confiscaciones, expoliaciones, invasiones, saqueos, robos, hurtos, atracos, secuestros, cobros de vacunas, asesinatos e intentos de asesinatos, destrucción de las infraestructuras, de la vialidad, del sistema eléctrico, la falta de combustible, de agro insumos, de agroquímicos para el control fitosanitario, de vacunas, etc., etc., etc. Han campeado por el campo venezolano cual brutal e incontrolable epidemia de langostas.
Inmensas fortunas han surgido de la nada con la importación de alimentos.
Apenas comienza la cosecha de café y ya comienza el juego macabro, a los productores les bajaron el precio, estimándose que con lo impuesto no cubren los costos de producción y está por debajo de los precios internacionales en casi un veinte por ciento (%20).
Es mi deber el recordar que:
“No existe sistema económico que haya logrado trabajar a pérdidas”.
Cuando se agotan los capitales en reservas, es imposible seguir produciendo, pues mientras mayor es la producción, mayor es la pérdida, más aún en un sistema político económico que no ha podido controlar la inflación que ha tenido como consecuencia la desaparición del financiamiento. Motivo suficiente para preguntarnos:
¿Cómo hacen las personas que han servido de apoyo para incentivar un circo sin pan, pues dicen producir hasta ciento veinte (120) quintales por hectárea, bajo un sistema productivo agrícola donde es necesario emplear la más alta y costosa tecnología?
O sea, si usted produce siete (07) quintales por hectárea (media real estimada), usted tendría X perdida, pero si usted produce ciento veinte (120) quintales por hectárea, tendría una pérdida, por hectárea, ciento trece veces mayor. Por favor espero que me corrijan si estoy equivocado en el concepto.
En una empresa en la cual trabajaba hace algún tiempo atrás, aprendí que:
“LOS NÚMEROS NO PAREN.”
No existe sistema productivo que haya logrado violar las leyes económicas impunemente. Los resultados se contabilizan en el llamado “Estado de Ganancias o Pérdidas” y se reflejan visualmente en los colores negro, positivo; rojo negativo.
La actividad agroalimentaria es el sector primario de la cadena de producción y le es imposible trabajar a pérdidas por más que la población necesite de los alimentos. Lo demás es populismo disfrazado de cualquier ismo que pretenda transformar.
Tampoco existe un sistema político que haya logrado desvirtuar esta realidad…
“SIN PRODUCTORES AGROPECUARIOS… NO HAY COMIDA”.
Maximiliano Pérez Apóstol