Resulta ser muy común en nuestros días el escuchar a algún venezolano citar como su fuente de información una red social, sin ser ello algo nuevo, porque fueron pioneros inicialmente los portales de chat creados para conocer personas y posteriormente mutaron a sitios donde su hoja de vida podía colgarse como algo permanente, caso badoo por citar un nombre, hasta que finalmente Facebook, Twitter y diferentes redes que ahora forman parte de nuestras vidas digitales llegaron transformando la manera de entretenernos y hasta de relacionarnos. Ya no existe marcha atrás para detener una segunda vida transmitida por imágenes o videos donde los esquemas de consumo son reinventados en forma permanente, no quedando exento de ello los contenidos políticos.
Esta realidad conocida por todos genera interrogantes como por ejemplo ¿hasta qué punto la inteligencia artificial puede incidir en la política del país? porque todos los ciudadanos del territorio están fuertemente influenciados ante las tendencias que en la red surjan. Por lo tanto, si consideramos variables de influencia existentes, se deben nombrar los programas capaces de simular conductas humanas (bot) de igual manera los botnets que son enjambres conformados en su totalidad por cuentas automatizadas creadas para posicionar hashtag. Sumándole a ello los filtros autóctonos de las redes conducidos por algoritmos, dando como resultado una receta perfecta para la no existencia de espontaneidad, matando las preferencias reales de los individuos, que al trasladarlo a lo político se impondrán los contenidos creados en laboratorios digitales.
También existe otra herramienta de información que cada día se alimenta más con los datos aportados por los usuarios al usar estos servidores gratuitos, caso google y sus diferentes aplicaciones, las mismas van creando lo denominado BIG DATA, una compleja base sostenida por las pautas de conducta humanas originadas al usar un teléfono móvil o cualquier dispositivo con capacidad para conectarse a internet. Siendo un recurso explotable con infinidad de posibilidades para crear acciones en el ámbito económico, social y político, aun entendiendo las grandes limitaciones del país para acceder a tecnología, la BIG DATA ya es verificable en Venezuela y con ello vendrán las nuevas tendencias que en el tema de políticas públicas pueden ayudar a resolver problemas del ahora, siempre y cuando sea bien aprovechado este recurso.
Por otra parte, existe en Venezuela un sistema controlador dirigido desde el poder político que va más allá de la censura a portales digitales, en tal sentido, el internet se ha convertido en un frente en la batalla por el espacio público digital, cuyo único fin es provocar una fatiga cognitiva alrededor del tema político con capacidad de afectar el nivel emocional de la población. Los diferentes medios que tengan como fin informar serán presa fácil, al sucumbir ante grandes enjambres de botnets creados para tal fin, lo cual deja como tarea hacer una interacción con las redes más cautas, y confiar así en los medios de comunicación con renombre nacionales e internacionales.
En resumen, ya puede ser casi imposible renunciar a la entrega de nuestros datos de forma voluntaria a los servidores de grandes conglomerados internacionales, pero si es posible hacer un uso más consciente de las redes sociales, apoyando en mayor medida las iniciativas que busquen verificar la autenticidad del contenido viralizado en la web, además se deben entender aspectos sobre la opinión pública, porque esta no es ajena a nuestras demandas individuales y por lo tanto está guiada por los valores que nos definen como sociedad. Si existe algo que los algoritmos y la inteligencia artificial no podrán definir jamás es la determinación de una ciudadanía por sus derechos.
Finalmente, los venezolanos para la fecha en curso vamos resolviendo el país por nuestros propios medios, y ante una realidad no percibida de forma física, estamos obligados a reinventarnos sin apoyos externos, por lo cual debemos aprovechar las ventajas del conocimiento gratuito disponible en toda el internet, apostando siempre a romper paradigmas con la esperanza puesta en las figuras de líderes emergentes, para que ellos sean sujetos a la altura del momento histórico vivido y ante los desafíos del ahora sepan construir el futuro aspirado por todos.
Eduin Adjunta
@adjunta90