En el Programa Mínimo que el Ifedec y el movimiento social independiente han puesto a la orden de la opinión pública, el primero de los cinco puntos tiene que ver con el cambio político.
Y el primer punto del cambio político tiene que ver con la necesidad de sustituir la cultura de la confrontación por una cultura del diálogo civilizado y de la búsqueda de consensos para facilitar la solución de los grandes problemas nacionales. Si queremos construir una democracia nueva que funcione y que tenga la capacidad de resolver los problemas fundamentales de la gente, tenemos que dejar atrás la violencia verbal y, peor todavía, la violencia armada que ha caracterizado el debate político en Venezuela en los últimos veinte años.
Una cita del presidente norteamericano, Franklin Delano Roosevelt, ilustra estupendamente lo que quiero decir: -Si queremos que la civilización sobreviva tenemos que cultivar la ciencia de las relaciones humanas, la habilidad de todos los ciudadanos para vivir juntos y trabajar juntos, en el mismo mundo, en paz.-
Vivir juntos, trabajar juntos, cultivar las virtudes democráticas de la tolerancia y del respeto por la opinión ajena. Veinte años de violencia verbal no le han dejado nada positivo a Venezuela ni a los venezolanos.
El cambio político supone además promover el estado de derecho, la primacía de la Constitución, el respeto a los derechos humanos, la igualdad frente a la ley. Fortalecer las instituciones democráticas, un gobierno que gobierne y que no abuse ni atropelle, una asamblea nacional que legisle y le haga seguimiento a la gestión de la administración y una rama judicial encargada de administrar justicia con dignidad y competencia.
Además, nos toca trabajar para mejorar la actividad del Ministerio Público, de la Contraloría General y, desde luego, del poder electoral que debe recuperar su prestigio en la opinión pública y la confianza de los ciudadanos.
El cambio político supone profundizar el tímido esfuerzo de
descentralización que se inició en 1989. Hay que hacer realidad el modelo federal de organización del estado transfiriendo competencias y recursos a los niveles regionales del gobierno.
Y es indispensable fortalecer los niveles locales de gobierno. El éxito de la democracia norteamericana se explica, en gran medida, por la existencia de gobiernos locales con capacidad para resolver los problemas de los ciudadanos.
El cambio político supone además contar con una Fuerza Armada profesional y con una Política
Internacional que tome en cuenta el interés de Venezuela en la comunidad de las naciones.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
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