Ni Nicolás Maduro, ni sus colaboradores, gobernadores y alcaldes, tienen la más mínima intención de buscar mejorar la crítica situación por la cual estamos atravesando los venezolanos, motivo por el cual los movimientos y partidos de oposición deben hacer el mayor esfuerzo para conformar la unidad a fin de que, mediante condiciones justas, pueda haber unas elecciones presidenciales que logren el cambio al cual aspiramos los demócratas, que somos la inmensa mayoría que aún quedamos sobreviviendo a duras penas.
La declaración fue hecha por Lorenzo Monasterios, presidente de Un Nuevo Tiempo en el estado Lara, quien añadió seguidamente que el régimen desesperadamente busca apoyo internacional para mantenerse en el poder, a pesar de la pésima gestión que han tenido.
No es una concesión gratuita la que hace Maduro cuando ofrece, como si él fuese el dueño del territorio nacional, un millón de hectáreas de tierras cultivables a los iraníes, violando descaradamente la Constitución, que él mismo firmó como constituyente.
Ese mismo funcionario no lo pensó dos veces para otorgar el permiso para que el Fuerte Terepaima haya sido utilizado en la realización de los llamados juegos de guerra rusos, cuyo propósito es determinar la capacidad que tienen francotiradores de diversos países aliados en el momento en que tengan que ser utilizados contra sus enemigos, llámese Estados Unidos, la OTAN o como ya ha pasado con Ucrania, que fue invadida desde febrero de este año y cuyas secuelas no sólo las sufre el pueblo de ese país, sino otras naciones que recibían. mediante contratos de importación, alimentos porque los ucranianos se han caracterizado por ser ejemplares productores agrícolas.
Más allá de esos juegos, que son terribles porque encierran en la iniciativa sembrar muertes con proyectiles a distancia, está la presencia de Rusia en Venezuela, para ser expandida a otras naciones, ya que el régimen de Vladimir Putin es de recobrar la fuerza imperial para el dominio de países débiles como son todos los de la América Latina.
Esta política de sumisión a potencias y países extranjeros no es propia de Maduro, aunque él la mantiene, sino que arrancó con Chávez, quien entregó el Esequibo como si también hubiese sido un territorio de su propiedad. Y por eso la cancillería no ha hecho nada.
Chávez comenzó con la cubanización de Venezuela y esa misma línea la ha mantenido Maduro, porque no sólo se destinaron los recursos de la salud a los CDI controlados por los cubanos, sino que los cubanos también están asesorando a las fuerzas armadas, en los registros y el servicio de identificación, así como en los ministerios.
Y si hubo dinero para regalar cuando el petróleo alcanzó sus mayores precios, ahora que no lo hay, entonces, Maduro ofrece todo lo que puede ofrecer porque su afán es seguir imponiendo un régimen que violenta derechos humanos e hipotecando el futuro de las nuevas generaciones.
Nada le ha importado que siete millones de venezolanos, incluyendo profesionales de todas las ramas, se hayan ido al exterior, para ofrecer sus conocimientos y experiencias, mientras aquí los servicios de salud y educación cada día empeoran más, y la gente muere y quienes sobrevivimos tenemos que pasar dificultades todos los días.
Todo lo que está haciendo es para mantenerse el poder, porque dentro del país cuenta con el control de todos los poderes públicos, y tiene facilidades y ventajas en un proceso electoral, porque hasta el Plan República está en manos de oficiales que están comprometidos con el llamado socialismo del siglo 21.
Al régimen no le importa aliarse con otros gobiernos criminales como el de Vladimir Putin, que ha invadido Ucrania; ni con el de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko; ni el de Siria, Bashr Háfez al Assad; ni de Turquía, Recep Tayyip Endorgan, para mencionar con los que ha hecho acuerdos comprometedores para Venezuela.
Es lamentable que esté nuestro país en el círculo de países terroristas, razón por la cual el avión de carga de Emtrasur haya sido retenido en el aeropuerto de Buenos Aires, ya que dentro de su tripulación de 19 personas, cinco son iraníes y uno de ellos es miembro del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y al parecer con alto rango en el grupo Quds, entrenado para ejecuciones extrajudiciales.
Como estamos con un régimen muy peligroso, al cual nada le ha importado que aproximadamente siete millones de venezolanos hayan tenido que irse al exterior en busca de condiciones de vida, tenemos que actuar con sentido común y trazar la estrategia política acertada.
Ahora hay que buscar la unidad, planteó Monasterios. No podemos permitir que este régimen siga destruyendo la nación. Ha llegado el momento de unirnos. Se impoe un gran acuerdo nacional, principalmente con una propuesta de desarrollo y con un nombre escogido entre todos, a través de una elección de primaria. Quien quede el que sea, ese será el abanderado de todos.
Ni Nicolás Maduro, ni sus colaboradores, gobernadores y alcaldes, tienen la más mínima intención de buscar mejorar la crítica situación por la cual estamos atravesando los venezolanos, motivo por el cual los movimientos y partidos de oposición deben hacer el mayor esfuerzo para conformar la unidad a fin de que, mediante condiciones justas, pueda haber unas elecciones presidenciales que logren el cambio al cual aspiramos los demócratas, que somos la inmensa mayoría que aún quedamos sobreviviendo a duras penas.
La declaración fue hecha por Lorenzo Monasterios, presidente de Un Nuevo Tiempo en el estado Lara, quien añadió seguidamente que el régimen desesperadamente busca apoyo internacional para mantenerse en el poder, a pesar de la pésima gestión que han tenido.
No es una concesión gratuita la que hace Maduro cuando ofrece, como si él fuese el dueño del territorio nacional, un millón de hectáreas de tierras cultivables a los iraníes, violando descaradamente la Constitución, que él mismo firmó como constituyente.
Ese mismo funcionario no lo pensó dos veces para otorgar el permiso para que el Fuerte Terepaima haya sido utilizado en la realización de los llamados juegos de guerra rusos, cuyo propósito es determinar la capacidad que tienen francotiradores de diversos países aliados en el momento en que tengan que ser utilizados contra sus enemigos, llámese Estados Unidos, la OTAN o como ya ha pasado con Ucrania, que fue invadida desde febrero de este año y cuyas secuelas no sólo las sufre el pueblo de ese país, sino otras naciones que recibían. mediante contratos de importación, alimentos porque los ucranianos se han caracterizado por ser ejemplares productores agrícolas.
Más allá de esos juegos, que son terribles porque encierran en la iniciativa sembrar muertes con proyectiles a distancia, está la presencia de Rusia en Venezuela, para ser expandida a otras naciones, ya que el régimen de Vladimir Putin es de recobrar la fuerza imperial para el dominio de países débiles como son todos los de la América Latina.
Esta política de sumisión a potencias y países extranjeros no es propia de Maduro, aunque él la mantiene, sino que arrancó con Chávez, quien entregó el Esequibo como si también hubiese sido un territorio de su propiedad. Y por eso la cancillería no ha hecho nada-
Chávez comenzó con la cubanización de Venezuela y esa misma línea la ha mantenido Maduro, porque no sólo se destinaron los recursos de la salud a los CDI controlados por los cubanos, sino que los cubanos también están asesorando a las fuerzas armadas, en los registros y el servicio de identificación, así como en los ministerios.
Y si hubo dinero para regalar cuando el petróleo alcanzó sus mayores precios, ahora que no lo hay, entonces, Maduro ofrece todo lo que puede ofrecer porque su afán es seguir imponiendo un régimen que violenta derechos humanos e hipotecando el futuro de las nuevas generaciones.
Nada le ha importado que siete millones de venezolanos, incluyendo profesionales de todas las ramas, se hayan ido al exterior, para ofrecer sus conocimientos y experiencias, mientras aquí los servicios de salud y educación cada día empeoran más, y la gente muere y quienes sobrevivimos tenemos que pasar dificultades todos los días.
Todo lo que está haciendo es para mantenerse el poder, porque dentro del país cuenta con el control de todos los poderes públicos, y tiene facilidades y ventajas en un proceso electoral, porque hasta el Plan República está en manos de oficiales que están comprometidos con el llamado socialismo del siglo 21.
Al régimen no le importa aliarse con otros gobiernos criminales como el de Vladimir Putin, que ha invadido Ucrania; ni con el de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko; ni el de Siria, Bashr Háfez al Assad; ni de Turquía, Recep Tayyip Endorgan, para mencionar con los que ha hecho acuerdos comprometedores para Venezuela.
Es lamentable que esté nuestro país en el círculo de países terroristas, razón por la cual el avión de carga de Emtrasur haya sido retenido en el aeropuerto de Buenos Aires, ya que dentro de su tripulación de 19 personas, cinco son iraníes y uno de ellos es miembro del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y al parecer con alto rango en el grupo Quds, entrenado para ejecuciones extrajudiciales.
Como estamos con un régimen muy peligroso, al cual nada le ha importado que aproximadamente siete millones de venezolanos hayan tenido que irse al exterior en busca de condiciones de vida, tenemos que actuar con sentido común y trazar la estrategia política acertada.
Ahora hay que buscar la unidad, planteó Monasterios. No podemos permitir que este régimen siga destruyendo la nación. Ha llegado el momento de unirnos. Se impoe un gran acuerdo nacional, principalmente con una propuesta de desarrollo y con un nombre escogido entre todos, a través de una elección de primaria. Quien quede el que sea, ese será el abanderado de todos.