Trabajo de www.correodelcaroni.com
A partir de la tarde de este jueves 25 de agosto los mercados populares del centro de San Félix y Chirica -y establecimientos comerciales formales aledaños- bajaron sus santamarías ante las amenazas de saqueo por el alza de precios (ocasionado por el aumento del dólar) y la negativa de mayoristas asiáticos a aceptar pagos con bolívares en efectivo.
La Asociación de Comerciantes e Industriales de San Félix (Asocomercio San Félix) pidió a los cuerpos de seguridad del régimen garantizar la seguridad del sector comercio y servicios.
“Hubo un desorden en el centro de San Félix, pero no hubo daños. Nosotros estamos a la expectativa de que el precio del dólar se estabilice. Mientras tanto, el llamado es al sector comercial a cobrar con base en la tasa del BCV. Y a los organismos de seguridad, a garantizar la seguridad del sector comercio y servicios”, declaró Miguel Gómez, presidente del gremio en entrevista con Correo del Caroní.
El detonante del conflicto que -afortunadamente- no se concretó fue el alza del precio del dólar que se compra con bolívares en efectivo, cuyo precio – después de estar varios puntos por debajo- llegó este jueves a 7 bolívares, es decir, a la par del precio del dólar a la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV), que también va en aumento por la desestabilización del mercado cambiario.
Esto elevó casi al doble el precio de los productos que -en condiciones normales- suelen ser más económicos con bolívares en efectivo: Si un kilo de arroz costaba 4,5 bolívares, este jueves comenzó a costar 8 bolívares, por ejemplo.
Los comerciantes informales reportaron que los comercios mayoristas asiáticos (donde suelen comprar la mercancía que revenden) dejaron de recibir bolívares en efectivo como forma de pago.
“Entonces uno recibe pagos de bolívares en efectivo, y tiene que comprar el dólar casi al mismo precio de la tasa del BCV, y cuando quieres reponer inventario los mayoristas te cobran en dólares y más caro y toca remarcar precios. Así no podemos, no queremos perder nuestros puestos que con tanto trabajo nos ha costado mantener”, manifestó Henry Martínez, vendedor de productos de aseo personal en el mercado de Chirica.
A las 2:00 de la tarde ya Martínez estaba en su casa. Como él, otros comerciantes informales y formales cerraron sus establecimientos para resguardar su mercancía.
“Pero volveremos a trabajar porque nosotros dependemos es del día a día. Gracias a Dios la situación se controló rápido, pero en los próximos días no sabemos qué es lo que pueda pasar”, expresó por otro lado Josefina Maneiro, vendedora de alimentos del mercado de Chirica.
“Esto se puede transformar en la descapitalización del sector comercial si no se atiende con tiempo”
Esta semana, la brecha entre el precio del dólar del BCV y el dólar paralelo creció al menos 28%: Mientras el dólar BCV está en 7,83 bolívares, el paralelo está en 9,30 bolívares (tasas actualizadas hasta el 25 de agosto).
El alza del dólar disparó el precio de los productos (en más de 20%), y obligó a los comerciantes a modificar su estructura de precios para proteger -todo lo posible- el margen de ganancias. Eso mientras esperan que el BCV intervenga y oferte más dólares para estabilizar -artificial y temporalmente- el mercado cambiario que colapsó cuando la inflación ya estaba desacelerando.
“En esta economía que tenemos, no vender no es una opción. Sin embargo, la mayoría de los comercios prefieren recibir dólares y quienes reciben bolívares les toca recibirlo a la tasa del BCV mientras los proveedores cobran a la tasa paralela. Muchos tienen que incrementar los precios para proteger el margen de ganancias”, explicó Catherine Wilson, presidenta de la Cámara de Comercio e Industrias del municipio Caroní.
Wilson informó que hasta el momento no ha habido amenazas de saqueo en Puerto Ordaz, ni cierre masivo de comercios.
El génesis del desequilibrio que economistas y empresarios ya pronosticaban, fue el pago de salarios y bonos vacacionales que el Estado hizo a los empleados públicos. En la práctica, este pago implicó más emisión inorgánica de bolívares en el mercado, y una demanda de divisas superior a la oferta.
Como resultado, no había dólares disponibles para comprar en las mesas de cambio de la banca pública y privada, y la compra de dólares “al precio que sea” disparó su cotización tanto en el mercado paralelo como en el BCV.
¿Cómo pretende el Estado controlar la situación? Inyectando millones de dólares en el mercado cambiario para oxigenar la oferta y demanda de divisas. La estabilización, si se logra, será temporal, en tanto el régimen no reconduzca su política monetaria y reduzca el gasto público, advierten economistas.
“La cadena sigue, y siempre el más perjudicado será el consumidor final. Desde el productor, hasta el que vende evitará perder y los costos siempre serán trasladados al consumidor final y lo que hará es que volvamos a tener un incremento abismal de una inflación que estaba desacelerando”, concluyó Wilson.
“Esto (alza del dólar) se puede transformar en la descapitalización del sector comercial. Esperamos que el BCV intervenga, y que el Estado aplique políticas orientadas a lograr el equilibrio”, manifestó por su parte Austerio González, presidente de Fedecámaras Bolívar.
“Lo que se quiere es que esto no afecte el proceso de recuperación de la economía en Venezuela. Ahorita, como sector empresarial no estamos centrados en la pérdida que pueda ocasionar esto en las dos semanas que lleva, sino en pedir que no se prolongue, para poder llegar al equilibrio”, concluyó el empresario.