La cifra de víctimas mortales en un ataque ruso que coincidió con la celebración del Día de la Independencia de Ucrania se elevó a 25, incluyendo un niño de 11 años que fue encontrado bajo los escombros de una casa y otro de 6 años que perdió la vida en un incendio en un auto cerca de la estación de tren golpeada, informó un funcionario ucraniano este jueves.
El ministerio de Defensa ruso dijo que sus fuerzas usaron un misil Iskander para atacar un tren militar que transportaba tropas y pertrechos ucranianos al frente en el este de Ucrania, y sostuvo que más de 200 reservistas “fueron destruidos camino de la zona de combate”.
Otras 31 personas resultaron heridas en el ataque del miércoles, indicó Kyrylo Tymoshenko, subdirector de la oficina presidencial ucraniana, quien actualizó el número de fallecidos. No aclaró si los 25 muertos eran todos civiles.
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El ataque en Chaplyne, una población de unos 3.500 habitantes en la región central de Dnipropetrovsk, fue un doloroso recordatorio de que Rusia es capaz de emplear una fuerza militar que puede causar sufrimiento a la población civil y poner a prueba la resistencia de los ucranianos tras seis meses de una agotadora guerra.
En Ginebra, la jefa de derechos humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, calificó de “inimaginablemente horrible” el tiempo transcurrido desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, envió tropas al país vecino. En su declaración desde Ginebra el jueves, pidió a Putin que “detenga los ataques armados contra Ucrania”.
Antes del ataque, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, advirtió que Moscú podría intentar “algo especialmente cruel” esta semana coincidiendo con el aniversario, el miércoles, de la declaración de independencia de la Unión Soviética de 1991. Ese mismo día se cumplían seis meses desde el inicio de la invasión rusa.
Horas antes del ataque, Moscú insistió en que estaba haciendo todo lo posible por evitar a los civiles, a costa incluso de ralentizar su ofensiva en el país vecino.
Durante una reunión con sus homólogos de una organización de seguridad encabezada por Rusia y China, el ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, afirmó el miércoles que las tropas del Kremlin realizaban ataques con armas de precisión sobre objetivos militares ucranianos, y “se hace todo para evitar víctimas civiles”.
“Sin lugar a dudas, esto disminuye el ritmo de avance de la ofensiva, pero lo hacemos de forma deliberada”, indicó Shoigu por segunda vez. La primera vez que realizó esta afirmación fue a finales de mayo.
En el resto del país, tres personas murieron y una más resultó herida en la región oriental de Donetsk el miércoles, explicó el gobernador, Pavlo Kyrylenko, en Telegram.
Nikopol, la ciudad situada a la otra orilla de la central nuclear de Zaporiyia, sufrió más bombardeos rusos durante la noche, indicó Valentyn Reznichenko, gobernador de la región de Dnipropetrovsk.