Los seres humanos nacemos, crecemos y morimos. De hecho, nacemos para morir. Pero morir no es el fin de la vida, sino el comienzo de la Verdadera Vida. Eso sí: Verdadera Vida, si entramos por la puerta angosta.
Eso de la puerta angosta nos lo dijo Jesucristo (Lc 13, 22-30). Y estaba hablando de la puerta al Cielo. También dijo que era difícil entrar por ella, y que la del Infierno era ancha y fácil para entrarle. (!!!)
Sin embargo, hay una tercera opción que tenemos al morir: el Purgatorio. Esa es provisional: las almas que pasan por allí es para purificarse antes de entrar al Cielo, pues nadie puede entrar al Cielo sin estar totalmente limpio. (cf. Ap 21, 27)
Pero Jesús nos dice que para llegar al Cielo hay que
esforzarse: “Esfuércense por entrar por la puerta, que es angosta”. Y agrega que la puerta del Cielo es “angosta” y que “muchos tratarán de entrar (al Cielo) y no podrán”.
“Entren por la puerta angosta, porque la puerta ancha y el camino amplio conducen a la perdición, y muchos entran por ahí. Angosta es la puerta y estrecho el camino que conducen a la salvación, y pocos son los que dan con él” (Mt 7, 13-14). O sea que, según estas palabras de Jesucristo, no sólo es fácil llegar al Infierno, sino que muchos van para allá… y es difícil llegar al Cielo y pocos llegan a allí.
¡Con razón nos dice el Señor que necesitamos esforzarnos! ¿Y en qué consiste ese esfuerzo? En buscar y en hacer la Voluntad de Dios.
Hacer la Voluntad de Dios es, ante todo, cumplir sus Mandamientos. Primero, los 10 completos (amar a Dios de verdad, verdad, sobre todas las cosas, no matar, no mentir, no robar, no cometer adulterio ni consentir en pensamientos y actos impuros, no envidiar lo que tienen los demás, etc.). Además tenemos los 5 que nos manda la Iglesia. Y a eso hay que agregar todos los demás que Jesús nos enseñó y nos mostró.
Entre lo que Jesús nos enseñó está perdonar a los enemigos y a los que nos hacen daño, hacer el bien a los que nos ofenden, orar por los que nos persiguen, devolver bien por mal, no estar resentidos ni vengarnos, tratar a todos como queremos que nos traten a nosotros, etc. etc. etc.
Si actuamos así, estamos realizando ese esfuerzo que nos pide el Señor para poder entrar por la “puerta angosta” del Cielo. Pero si no buscamos la Voluntad de Dios, si no cumplimos con sus Mandamientos, si lo que hacemos es lo que nos venga en gana sin tener en cuenta a Dios, podemos estar yéndonos por el camino fácil y ancho que no lleva al Cielo, sino al otro sitio.
Dos visitas al Infierno
www.homilia.org/inmortalidad/visitas-infierno.html
¿Cómo se sabe que el Infierno existe?
www.homilia.org/preguntash/existeInfierno.htm
O buscar en www.buenanueva.net
Isabel Vidal de Tenreiro