En el estado Lara, durante los primeros siete meses del año 2022, las evidencias registradas por el Observatorio Venezolano de Violencia Lara (OVV Lara), demuestran el mantenimiento de las tendencias en las dinámicas criminales del postconfinamiento: aumento del delito en el espacio urbano, sostenimiento de la violencia intrafamiliar y basada en género y el incremento de la violencia escolar.
Del total de los registros, 34% corresponden a agresiones físicas graves o leves; 18%, coacción-extorsiones y 3%, secuestros. En general, seis de cada diez de los delitos, corresponden a sucesos vinculados a acciones que pretendieron afectar el patrimonio de los ciudadanos.
Los datos indican que 28% de los casos de violencia delictiva terminaron con víctimas que fueron agredidas de manera simultánea en un mismo suceso, es decir, fueron robos y lesiones; lesiones y coacción, secuestro y lesiones, etc. Lo que agrava aún más la realidad de quienes han tenido que vivir experiencias de este tipo de violencia. El menor uso de las armas de fuego, y a su vez la mayor utilización de objetos contundentes para la comisión de delitos estaría provocando esta tendencia.
Para el sociólogo Carlos Meléndez, coordinador del OVV Lara, en el 2022, hay una nueva realidad de la violencia en el post confinamiento: “En los primeros seis meses de 2022 observamos la vuelta casi absoluta de las actividades de calle, entre ellas, las actividades comerciales, mayor circulación de dinero en efectivo (bolívares y divisas), la movilización en el transporte público, entre otras. Estas relaciones, con la timidez propia del contexto humanitario agravado por la pandemia, pero mayor al vivido en el confinamiento, generan cambios sobre el que el crimen se adapta y va generando sus propias dinámicas, muy orientado a la búsqueda de la renta a través de hechos violentos y no violentos como son los robos, robos con agresión, hurtos, entre otros”, explicó.
Por otra parte, el equipo de investigadores del OVV Lara, constató, el sostenimiento de la violencia intrafamiliar. Si se compara con años anteriores los primeros siete meses del año ya evidencian un aumento significativo de este tipo de violencia. En 2020 y 2021 (tiempo de confinamiento por la pandemia) el año cerró en 19% y 21%, respectivamente. En lo que va de 2022, ya el porcentaje va en 16%.
El incremento de este tipo de violencia, sigue siendo noticia en los medios independientes y entre lo que más se comunica en los portales oficiales. “Esto es parte de las consecuencias que ha dejado la pandemia; y ahora en el proceso del postconfinamiento, el Estado no ha dado ninguna respuesta efectiva en materia de protección a los NNA” dijo Meléndez.
A juicio del coordinador del OVV Lara, la vida cotidiana tuvo alteraciones durante 2020 y parte de 2021, la familia tuvo que pasar la mayoría del tiempo confinada y observó expresiones de cambios que se transformaron en otros problemas de salud pública, como la violencia basada en género y la intrafamiliar. Durante los primeros siete meses de 2022 esto cambió, la escuela y el colegio se reactivaron permanentemente con sus respectivas desigualdades.
“En las instituciones educativas hay una nueva oleada de violencia escolar. Que incluyó aumento de las agresiones y la violencia sexual. Sin embargo, la respuesta del Gobierno ha sido castigar simbólica y laboralmente a los educadores y directivos de las instituciones educativas”, recalcó Meléndez.
“Durante este año 2022 y todo el 2021, el discurso oficial, insiste en comunicar la violencia que no considera de su competencia directa y esconde aquella en la que pudiera mostrarse mayor vinculación directa. Por medio de la espectacularización de la justica, la fiscalía y los cuerpos policiales castigan discursivamente a la familia por ser causante de la violencia existente en la sociedad y esconden con la mentira oficial las actuaciones de los funcionarios públicos”, destacó finalmente Meléndez.
Con información de: Prensa OVV