Para que todas las personas puedan gozar de un trabajo digno, debe existir un ambiente ideal donde se obtenga un ingreso justo que permita tener calidad de vida, hacer posible la protección social a las familias, garantizar seguridad a los trabajadores y promover la libertad de expresión y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Todos los venezolanos tenemos derecho, por ley, a gozar de un trabajo digno. Sin embargo, en la actualidad, los derechos sociales y laborales en el país son vulnerados a diario con malas políticas públicas y corrupción, lo que ha llevado a los trabajadores a padecer infinidad de dolencias.
Estas últimas semanas, gremios de trabajadores han salido a las calles a protestar de manera pacífica, exigiendo las reivindicaciones laborales que merecemos para que se dignifique nuestro trabajo. Las protestas son el resultado del constante atropello de un régimen que se sigue burlando de la gente y que pretende sepultar para siempre nuestros derechos.
La lucha de los docentes, médicos y demás gremios por la derogación del instructivo ONAPRE y para que sean respetados los derechos laborales, es la lucha de todos los venezolanos que aspiramos a vivir mejor. Ese instructivo, una norma creada por el régimen, eliminó de manera unilateral los beneficios y primas de los trabajadores, sin ningún tipo de consulta ni acuerdo previo. Asimismo, a través de esa norma se disminuyó el pago del bono vacacional que corresponde a los docentes y demás personal de las instituciones educativas.
Toda esta injusticia generó un profundo malestar. Los gremios de trabajadores respondieron de la mejor forma posible: con organización, entendiendo que querer vivir mejor no se trata de un color político y que ante tanto atropello, solo la Unidad de todas las fuerzas podrían conducir a buen puerto. Ante la presión, el régimen no tuvo más remedio que dar marcha atrás y pagar el bono vacacional en su totalidad. Pero aun con este logro, es una victoria a medias. El objetivo final es la eliminación de una norma que desangra aun más los hogares venezolanos.
Es por ello que las protestas aun continúan en el país porque las exigencias de los docentes y demás gremios van más allá de un pago vacacional. Su lucha es por salarios que dignifiquen el trabajo, por el respeto de sus beneficios laborales, por la derogación del ONAPRE, y porque no quieren seguir viviendo en la miseria y con hambre. Querer tener calidad de vida no es un delito, por eso están en las calles y no se quedaron ni se quedarán callados. Sus voces, perseverancia y organización son ejemplos para todos.
La transformación que exige nuestro país sí es posible, estamos trabajando diariamente para lograrla, y es clave entender que solo como gran mayoría unida y organizada podremos hacerla realidad. El bienestar colectivo debe ser siempre nuestro norte, y eso nos hace trabajar con más ahínco por la Venezuela que merecemos. Pronto tendremos una nación donde todos los trabajadores gocemos en plenitud de nuestros derechos y vivamos en un ambiente que garantice calidad de vida.
Stalin González
