Históricamente América Latina se ha debatido entre la pobreza y desigualdad siendo uno de sus mayores problema complicado por los lastres de la violencia, dictaduras. Es lo que se conoce como el fenómeno social del subdesarrollo
Por ello es terreno propicio para las falsas revoluciones, democracias corruptas, dictaduras ineficaces y el populismo de derecha e izquierda con sus vicios. Un escenario en que también tiene amplio campo de cultivo el abismo entre los políticos demagogos y corruptos y la indefensa ciudadanía a merced de sus abusos. Es el caso de Leopoldo López y familia, de la oposición venezolana, dedicados al engaño y los trajines, entre otros jugar irresponsablemente con la libertad de los presos políticos.
En ese orden de ideas circula el libro “No perdamos también el siglo XXI” escrito por el pensador cubano Carlos Alberto Montaner (1943). Sus diez capítulos están signados por el candente tema del subdesarrollo en América Latina abordado desde diversos enfoques temáticos. Para esto parte de nuestros orígenes culturales en la antigua Mesopotamia con sus posteriores e inevitables fusiones, entre cuyos componentes tenemos las expresiones judeo-cristianas. Proceso que concluye en la cultura occidental.
Montaner pone el dedo en la llaga al problema con su lúcido diagnóstico ajeno al dogmatismo izquierdista cuya raíz ideológica es la del marxismo-leninismo, que tradicionalmente echa la culpa del mismo a factores externos como el imperialismo. Esto sin reparar en los errores propios en concordancia con la manoseada teoría del centro y la periferia según la cual el centro es el malo y la periferia el bueno víctima del primero.
Así llegamos a las claves para alcanzar el deseado desarrollo el cual Montaner atribuye a la inteligencia, sabiduría humana, trabajo y el compromiso con los medios de producción. El ejemplo al que apela es Japón, quien se levantó de las ruinas de la Segunda Guerra Mundial a fuerza de inteligencia transformadora y trabajo disciplinado. Nunca se quejaron ni echaron la culpa de su desgracia a otros.
En tal sentido CAM presta especial atención a la educación para lograr la prosperidad de los pueblos iberoamericanos. Le asigna una función vital en el desarrollo de toda sociedad. Es el caso de Finlandia sin recursos naturales, pues vive de la madera y la agricultura. No obstante, es una potencia tecnológica y educativa valorando en sumo el conocimiento humano. Es el país del mundo donde los educadores son los mejor pagados. Es la supremacía del conocimiento. También Noruega creó un fondo para el mejor uso del ingreso petrolero controlado por el Estado para que los políticos corruptos no se lo roben. Es la supremacía del correcto uso de los recursos naturales, el trabajo y eficiente gerencia pública.
Todo lo contrario ha ocurrido en países como Cuba y Venezuela a merced de un destructivo sistema sociopolítico como es el socialismo. Ambos aniquilaron sus florecientes economías para culpar, como siempre por el disparate, al imperialismo norteamericano. En ambos se cumple al pie de la letra la máxima popular que reza: ”Tanto nadar para terminar en la orilla”. Los mismos han retornado a la tan odiada y condenada economía capitalista de mercado.
El escritor demuestra en su obra las inmensas ventajas del liberalismo con su forma política de democracia basada en elecciones libres, división de poderes y economía de mercado generadora a gran escala de bienes y servicios para el consumo masivo de la población. Otra cosa es el liberalismo salvaje y peor aún el socialismo salvaje tipo Cuba donde lo que se tiene seguro es una existencia infeliz. Demostrado que el liberalismo con una democracia superior, es el camino para superar la miseria, desigualdad, injusticia, violencia y tiranías.
Este es un excelente ensayo de sociología política hecho con las herramientas metodológicas del experto investigador, analista y escritor cubano en el obligado exilio. El autor de otros catorce libros en los géneros literarios del ensayo y la narrativa más una intensa actividad periodística en numerosos periódicos del mundo. Montaner es un escritor al que se lee con avidez de comienzo a fin por su virtud de una esmerada prosa signo de que sabe escribir. Más el dominio y conocimiento, en este caso, de un tema como el del subdesarrollo en Latinoamérica tratado con acierto científico en esta obra. Un certero diagnóstico del por qué no hemos alcanzado el desarrollo y la modernidad. Un problema, a juicio de Montaner, superable sin los extremos de la lucha de clases propugnada por el obsoleto comunismo.
Freddy Torrealba Z.
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