Por: Marisol Bustamante
¿Por qué el régimen busca degradar condiciones salariales de los docentes?.
¿Por qué no promueve búsqueda de alternativas para pagos justos y puntuales de bonificaciones establecidas?. Son preguntas éstas que todos los ciudadanos deberíamos hacernos, inclusive aquel mínimo porcentaje de venezolanos que pueden acceder a una Educación privada y a condiciones de vida óptimas; porque los países no avanzan con minorías, avanzan y se desarrollan con mayorías.
Eso en las primeras de cambio, porque si vamos más allá, al explicar las razones de la responsabilidad que todos tenemos en la organización del país y en la importancia que tiene la educación en todos sus niveles veremos que de ésta depende nuestra existencia y supervivencia.
Todo desarrollo nacional, tiene como indicador principal a la Educación, fundamentalmente. El gran proyecto de vida democrático venezolano, que se forjó en los años 60 y 70 (S.XX) con planes ambiciosos e innovadores en el área de infraestructura, salud, industria, agricultura y servicios públicos del cual fueron testigos ciudadanos de los más recónditos lugares del mundo y que hicieron de este país su segundo hogar, tiene como palanca a la educación.
La Educación Superior con sus universidades y docentes de trayectoria brillante y reconocimiento en el ámbito internacional fue prioridad de la agenda pública: legislación, recursos y esfuerzos institucionales se conjugaron de forma planificada para hacer de Venezuela, la «tacita de plata» de Latinoamérica. No sólo fue el petróleo y las ventajas comparativas que teníamos en distintos sectores económicos (y se mantienen) en relación a otros países del continente; aquí la gran diferencia competitiva de referencia mundial (como el caso de PDVSA), fue marcada por el uso de la tecnología y preparación académica de nuestros profesionales en todas las áreas de saberes científicos.
El país avanzado y nivel alcanzado que tuvimos, fue producto del sistema educativo y del diseño curricular pensado para formar ciudadanos competentes, libres y responsables. Y es por esto, que los gobiernos de turno dando cumplimiento con el mandato constitucional para garantizar una sociedad con altos niveles de desarrollo, aseguraron un presupuesto para pago bien remunerado de nómina nacional de docentes que les permitiera mantener un nivel vida digno.
Nadie puede negar, que salarios tanto de personal docente, administrativo y obrero de Min-E les permitió adquirir vivienda, vehículos, otros bienes y un nivel de vida ajustado a ingresos por escala. Es así, que vista hoy las acciones contra los docentes y demás trabajadores adscritos a la administración pública, ¿Quienes seguirán creyendo en las promesas de futuro por parte del régimen?. ¿Quienes seguirán creyendo en sus promesas de desarrollo?. Sencillo, sin educación no hay ni Ffuturo ni desarrollo. Aquí, está en juego la existencia de nuestro propio país.
Marisol Bustamante
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