#OPINIÓN La juventud es nuestra mejor carta #12Ago

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Toda sociedad guarda sus esperanzas en el porvenir y lo avizora en sus jóvenes, como depositarios de ilusiones colectivas surgidas por las dificultades padecidas en el presente, y en nuestro país la juventud quedó a la deriva sin instituciones capaces de cubrir sus derechos. Los herederos de la república fueron depuestos quedando sin oportunidades para hacerse profesionales y con su accionar poder regir en su tierra, porque el sistema político imperante le teme a los cambios y desprecia la nobleza que arropa a quienes son el fermento de los ideales del mañana; sin embargo, en la crisis se forjan los individuos que rompen paradigmas para crear de su trabajo una realidad acorde a sus demandas.

Por lo antes descrito, cabe resaltar que en Venezuela se ha reactivado como un motor de progreso la juventud que hoy en día lucha por recuperar sus espacios, hechos visibles al revisar como las casas de estudio superiores vienen siendo acondicionadas por camadas de alumnos que en época pos-pandémica vieron en sus manos las soluciones a sus problemas y comenzaron tomando medidas necesarias para corregir las injusticias permitidas por quienes dejaron a la deriva el país desentendiéndose de sus obligaciones. Esa misma generación que fue puesta a un lado hoy trabaja para generar cambios, además de ser el motor de la economía que emerge de las cenizas, gracias a un recurso humano menor de treinta años, capaz de atender como mano de obra de bajo costo el incesante consumo disparado en nuestros días.

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De igual forma, adaptarse fue el único recurso que les quedó a esas generaciones que no alcanzaron capacitarse en las ciencias porque simplemente lo que denominamos como “el país” colapsó, y una gran masa de personas calificadas en diferentes áreas del saber humano abandonaron el barco, dejando a los más vulnerables a su suerte, panorama que hoy se ve superable porque la juventud decidió tomar los espacios vacíos al acudir a las aulas de clases aun sin condiciones para que el conocimiento surja. De igual forma ocurrió cuando se convirtieron en mano de obra en una economía sin ley, contextos que permiten ir delineando la pertenencia del nuevo país que se aspira construir, que será heredado por las generaciones que hoy luchan para levantar su propio futuro.

Por otra parte, un nuevo accionar, permite a las generaciones de relevo crecer sin complejos en lo económico, porque ya no existen subsidios que encuben distorsiones ilusorias en sus vidas; cada rebanada de pan que se consume, se paga con el sudor del esfuerzo, ya no es posible los consentimientos y se tiene como propio lo que su trabajo les permite. Las regalías en alimentación, educación y salud son un recuerdo de unas generaciones privilegiadas que no apostaron por el futuro. Pero a pesar de lo padecido nuestras nuevas generaciones conocen de valores y han aprendido de forma brusca que su destino lo forjan ellos mismos, no es responsabilidad de terceros la solución a todos sus males, lo cual es un aprendizaje que regirá en el país en los tiempos venideros.

Asimismo, estas castas de seres virtuosos con múltiples posibilidades parecen tener todo servido para liderar su territorio, solo es cuestión de tiempo para que de sus filas se levanten los sujetos con suficiente reconocimiento y capacidad transformadora que serán quienes revolucionen diferentes ámbitos más allá de lo estético, porque en la complejidad de lo humano lo simbólico tiene peso, de allí partirán los nuevos individuos deponiendo los símbolos que atentan contra la dignidad civil. Viene el tiempo de quienes fueron los últimos, de esos jóvenes llevados a la madurez ante la dificultad padecida. 

Finalmente, la juventud que pervive en Venezuela no posee ninguna atadura con el pasado, lo cual le concede una libertad de accionar sin complejos y transformar todos los espacios que le sean propios. Los cambios en puerta los lideran unas camadas de jóvenes invisibles ante la opinión pública, pero que pronto se comenzarán a notar desde lo más íntimo del humano lo teológico, pasando por la economía y terminando en donde se originó todo el problema padecido en la política, actividad forjadora de progresos que rescribirán las páginas de la historia venidera de la mano de los jóvenes del presente.   

Eduin Adjunta

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