Si queremos una nación de primera línea debemos comprometernos con urgencia a dar más de lo que la gente espera y no esperar que nos den o triunfe aquello donde la ignorancia habla, la inteligencia se calla y si no se es muy inteligente debe sobrar la voluntad que también es válida y está por sobre cualquiera dificultad por fuerte que sea; no hay ninguna razón para hacerse el indiferente, nuestra patria es la madre de todos y debemos unidos tratar por salvarla, en donde todos podamos vivir y compartir como familiares cercanos, con amor, respeto, que nuestra forma de ser sea como un acto sagrado que invite a la convivencia, a la unión y no a la desintegración como es el caso lamentable donde muchos coterráneos por sus graves carencias se han visto en la necesidad de marcharse por caminos inciertos que no van a ningún destino seguro sino directo al sufrimiento y sacrificio.
Comparto estas reflexiones con la esperanza de que ayuden en algo a levantar el ánimo de tantos venezolanos que por una u otra razón andan cabizbajos y desesperados, a la vez viendo el pecador dónde
está el santo; les digo que su aporte es muy necesario y sus pensamientos positivos contribuyen a una mejor salida para que se den cuenta o se convenzan de que el peor temporal ya está pasando y que esta nación no se acaba, será y seguirá siendo la más bella y rica del planeta; eso lo sabe todo el mundo, menos los que gobiernan y no dudo de que ya Dios los iluminó y convenció de que están en un camino equivocado y deben rectificar más temprano que tarde, cambiar el tercio y todos a marchar democráticamente con ideas propias y pensamientos libres, que triunfe la inteligencia, la educación, todos que se sacrifiquen trabajando honestamente, amen al país y deseen un buen futuro para sus descendientes.
Que Dios los ilumine para que se den cuenta de que universalmente los países prosperan trabajando aliados al sector privado y productivo, son sus mejores adeptos y gozan de apoyo, motivo de mucho respeto y alianzas que benefician a la nación; hago un llamado que es difícil de entender, nuestra nación creo que es la única del mundo que el sector bancario es como un jarrón chino donde no hay negocios, ni financiamientos para el sector primario, ganadería, agricultura, industria, comercio, construcción, transporte y todo lo que genere empleo, pague impuesto y alimente la población; no dudo de que esto son los requerimientos de la alta población que desea trabajar, producir y compartir, a no sea que se cumpla lo que dejo dicho Euripides: “Aquellos que los Dioses quieren destruir primero los vuelven locos”.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
José Gerardo Mendoza Duran