Las autoridades sanitarias y grupos comunitarios de España luchan por contener un brote de viruela símica que ya causó la muerte a dos jóvenes.
Se dice que fallecieron de encefalitis, como se denomina a una inflamación del cerebro que puede responder a algunos virus. La mayoría de los contagios de la viruela símica, no obstante, tienen síntomas leves.
España tiene 4.577 casos confirmados desde el inicio del brote hace tres meses. Expertos creen que los brotes son producto de dos fiestas en Europa en las que hubo contactos sexuales.
El único país con más infecciones que España es Estados Unidos, una nación mucho más grande, con 7.100 contagios.
En total se han registrado más de 26.000 casos en casi 90 países desde mayo. Se cree que hubo 103 muertes en África, sobre todo en Nigeria y el Congo, donde hay una variante del virus más letal que la de Occidente.
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Expertos del campo de la salud dicen que esta no es una enfermedad que se propaga exclusivamente a través de contactos sexuales, aunque ha afectado mayormente a gays y hombres bisexuales que se contagiaron por esa vía. Esa comunidad representa el 98% de las infecciones registradas afuera de África.
Cualquier persona que mantiene un contacto físico estrecho con una persona infectada, su ropa o sus sábanas puede contagiarse.
Parte del desafío por delante es combatir el virus sin estigmatizar a los hombres que mantienen relaciones con otros hombres, asegurándose de que los sectores más afectados reciben las vacunas y la información adecuada.
España ha distribuido 5.000 dosis de la vacuna, que requiere dos dosis para funcionar, y espera otras 7.000 de la Unión Europea en los próximos días, según el ministerio de salud.
Distintas organizaciones trabajan para garantizar que las vacunas sean distribuidas entre los gays, los bisexuales y las mujeres transgénero.
En Barcelona, BCN Chekpoint, agrupación que trabaja en la prevención del Sida y el VIH en las comunidades gay y trans, está contactando a personas en riesgo y ofreciéndoles una de las preciadas vacunas.
Igual que ocurrió con la pandemia del coronavirus, el rastreo de contactos para identificar a personas que podrían estar infectadas es vital. Pero a diferencia del COVID-19, que se transmite a cualquiera a través del aire, el hecho de que la viruela del simio se transmita a través de contactos sexuales hace que mucha gente se muestre reticente a compartir información.
“Estamos teniendo un goteo de casos en crescendo y posiblemente tengamos algún otro fallecido. ¿Por qué? Porque el rastreo de los contactos de casos es muy complicado y por los perfiles de sensibilidad que tienen los afectados, a quienes en ocasiones les cuesta decir quién ha sido su pareja sexual”, expresó Amós García, epidemiólogo y presidente de la Asociación Española de Vacunología.