Hoy se conmemoran 50 años de la promulgación de la Ley de ejercicio del periodismo en Venezuela, y 28 años de su última reforma.
Allí nació el Colegio Nacional de Periodistas que ha asumido la defensa de los valores democráticos de la sociedad venezolana, recogiendo el legado de luchas que dejó a lo largo de su existencia la Asociación Venezolana de Periodistas.
Se trata de una fecha histórica, porque la Ley nace con la misión de defender la democracia mediante la libertad de expresión, garantizando el derecho de información que protege constitucionalmente a todos los ciudadanos venezolanos.
Asimismo establece la función de comunicar a través de medios masivos, de periodistas egresados de las universidades, apegados a la responsabilidad, ética, y vocación democrática.
Hoy rendimos homenaje a esa legión de colegas de todo el país miembros de la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP) que se fajaron en una lucha tenaz por la aprobación que se concretó el 4 de agosto de 1972, hoy, hacen 50 años.
Donde había una seccional de la AVP allí hubo un bastión de fuerza por la libertad de expresión contra la censura oficial de medios.
Fue dura la lucha de los colegas del Táchira, del Estado Zulia, de Lara, Falcón, Carabobo, Aragua, Bolívar y, por supuesto, Caracas donde siempre ha estado el asiento del poder político.
Ese hermoso texto, vio luz en esa fecha de la mano de un grupo de hombres formados en la Venezuela que dejaba los vestigios de la pobreza, las carencias de los servicios públicos, el paludismo, la tuberculosis, la lepra y entraba a la Venezuela moderna, con mejores hospitales, mejor alimentación, mejores escuelas y un buen número de universidades.
De esas aguas y lodos vienen los creadores de nuestra Ley.
El peligro sigue
Hoy sufrimos la misma epidemia contra la libertad de expresión.
La Junta Directiva del Colegio Nacional de Periodistas publicó en un documento conmemorando su día el 27 de junio del 2009 que “la profesión ha recorrido un largo camino histórico hasta alcanzar la naturaleza académica universitaria que hoy la distingue”.
“Quienes la amenazan, desde cualquier flanco ideológico o de poder, nos encontrarán de frente, dispuestos a evolucionar conceptual, gremial y democráticamente, pero nunca a flaquear ante las agresiones y pretensiones de reducirnos a estadios profesionales superados desde 1972, cuando fue aprobada la primera Ley de Ejercicio Profesional del Periodismo”.
Hoy, ese ideal es solemne cuando la institución trata de ser aguijoneada por la Asamblea Nacional oficialista que busca reformar la Ley, “elevando las acciones para responsabilizar a los profesionales que incumplan con las normas”, así como reconocer a los “comunicadores populares” como periodistas.
La comisión permanente de Medios de Comunicación del Parlamento, afín al régimen de Nicolás Maduro, instaló el miércoles 13 de julio mesas de trabajo para transformarla. El objetivo, según el bloque, es “adaptarla a los nuevos tiempos”.
¿Cuáles podrían ser las reformas?
Una de las novedades incluiría el reconocimiento de los denominados “comunicadores populares” como periodistas que para la Diputada oficialista Carola Chávez, propulsora de la idea, son “los que no pasaron por la universidad académica, sino por la universidad de la vida”.
¿Serían capaces estos licenciados de la vida sostener aquella frase de Francisco Zarco, «No escribas como periodista lo que no puedas sostener como hombre»?
Zarco fue un destacado político, periodista e historiador mexicano.
La Ley establece en el artículo 2 que, para el ejercicio de la profesión, se requiere poseer el título de Licenciado en Periodismo, Licenciado en Comunicación Social o título equivalente, expedido en el país por una universidad o título revalidado legalmente.
Además, se debe estar inscrito en el Colegio Nacional y el Instituto de Previsión Social del Periodista (IPSP).
La primera directiva del Colegio Nacional de Periodistas fue presidida por Héctor Mujica en el período, 1976-1978; y consecutivamente ejercieron el cargo Pedro Francisco Lizardo (1978-1980); Gilberto Alcalá (1980-1982 y 1982-1984); Carlos Jaén (1984-1986); Domingo Eduardo Viña (1986-1988); Luis Vezga Godoy (1988-1990); Santiago Betancourt Infante (1990-1992); Eduardo Orozco (1992-1994 y 1994-1996); Manuel Isidro Molina (1996-1998); Levy Benshimol Rodríguez (1998-2008), y luego de 10 años sin haberse celebrado elecciones para escoger directivos, es presidida por William Echeverría para el período 2008-2010. Actualmente la conduce Tinedo Guía.
A través de su historia y con la dirección de sus juntas directivas, el Colegio Nacional de Periodistas ha asumido la defensa de los valores democráticos de la sociedad venezolana, recogiendo el legado de luchas que dejó a lo largo de su existencia la Asociación Venezolana de Periodistas.
Para el presidente del Colegio Nacional de Periodistas, Tinedo Guía, la iniciativa de reforma de la Ley busca darle mayor poder al régimen de Nicolás Maduro, ya que durante los últimos años se ha atacado a través de distintas vías a los periodistas y se ha limitado el ejercicio periodístico.
“La consecuencia principal de esta reforma es controlar a la gente, evitar que haya controversia”, indicó.
Los medios de comunicación en Venezuela enfrentan distintas dificultades, incluyendo la censura y el hostigamiento a periodistas, lo que limita el ejercicio en el país. Esto ha provocado que periódicos nacionales y regionales hayan dejado de circular.
Los especialistas indicaron que, luego de observar las modificaciones hechas anteriormente a otras leyes por el oficialismo, es probable que los nuevos cambios se traduzcan en más restricciones y censura para el ejercicio del periodismo en Venezuela.
Si se aprueba esta Ley, se mantendrá la desinformación y censura. El principal perjudicado será el pueblo.
La Ley ya con 50 años clama por un rejuvenecimiento que habrá que dárselo cuando el país recupere su democracia. No ahora cuando el régimen quiere hacerlo a su antojo.
Diversos sectores, incluyendo instancias internacionales, han denunciado que en Venezuela se han agudizado las amenazas contra la libertad de prensa y de expresión en el país.
El viernes 15 de julio, el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) se pronunció sobre la reforma a la Ley, en la que trabaja la Asamblea Nacional electa en 2020.
La intención del parlamento, de mayoría chavista, es adecuar las normas a “las nuevas realidades” con las que los periodistas llevan a cabo su profesión.
Ante esto, el CNP señaló que aunque en los últimos años “las herramientas para la búsqueda, procesamiento y difusión de la información han cambiado, el espíritu, propósito y razón de ser de la actual legislación han permanecido intactos”, y que la necesidad de llevar la noticia a la sociedad venezolana aún prevalece.
El Colegio Nacional de Periodista es, según el Artículo 5 de la Ley, una “corporación de derecho público, dotado de personalidad jurídica, patrimonio propio distinto al Fisco Nacional; es custodio y defensor del derecho del pueblo a ser y estar informado veraz e íntegramente y, al mismo tiempo, del derecho del periodista al libre acceso a las fuentes informativas”.
El CNP es garantía en Venezuela del ejercicio responsable del periodismo, o sea, que el profesional sea consciente de sus obligaciones, hable o transmita, sin que haya judicialización ni cárcel para quienes, sea por la razón que sea, se aparten de estos.
Recuerda en su comunicado que en los 23 años de la llamada revolución bolivariana “el gremio periodístico ha visto la drástica disminución de medios de comunicación independientes, el cierre de espacios de opinión y la instauración de una cultura de ocultamiento sistemático de la información pública”.
En sus últimos acuerdos leídos en el LVI Secretariado Nacional reunido en el municipio Chacao, estado Miranda, entre los días 29 y 30 de julio de 2022 establecen:
1.- Rechazar todo tipo de reforma que atente contra los principios fundamentales contenidos en la actual legislación y que vulneren la profesionalización, la independencia y el apego a la ética periodística, así como también a todo intento de alterar, a espaldas del gremio, los instrumentos legales concernientes a la colegialización y a la libertad de expresión.
2.- Ratificar la vigencia del Código de Ética del Periodista Venezolano, reformado en la XV Convención Nacional de 2013 y alertar que ningún ente externo al gremio periodístico tiene competencia para su modificación.
3.- Instar al órgano legislativo en funciones a hacer público el anteproyecto para su deliberación discusión por parte de los entes gremiales, académicos, estudiantiles y de activistas de los Derechos Humanos, puesto que una ley de esta envergadura tiene un efecto transversal en toda la sociedad venezolana.
4.- Invitar a los venezolanos a no llamar periodistas a aquellas personas que ilegalmente usurpan nuestro título, ya sea desde los medios alternativos o tradicionales, o desde las plataformas digitales, sino denominarlos difusores o infociudadanos.
5.- Exigirles a los medios de comunicación y a los entes gubernamentales o privados que tengan en sus estructuras cargos con funciones periodísticas a apegarse a la ley vigente, en cuyo artículo 2 establece que los periodistas deben ser licenciados en Comunicación Social y deben estar inscritos en el Colegio Nacional de Periodistas.
6.- Hacer un llamado al Ministerio Público para que actúe contra el ejercicio ilegal de la profesión de periodista, tal como lo ha hecho en otras que se rigen por leyes de ejercicio.
7.- Respaldar el comunicado del 15 de julio fijando su posición sobre una posible reforma de la Ley de Ejercicio del Periodismo en Venezuela.
8.- Exhortar a todos los gremios profesionales del país, a las universidades, los sindicatos, las organizaciones no gubernamentales, a los estudiantes y a la sociedad civil en general a sumarse a nuestra causa en defensa de la Ley de Ejercicio de Periodismo, cuya vulneración pondría un ladrillo más en el muro de silencio y de censura que oprime a Venezuela.
9- Recordarles a todos los entes gubernamentales que la ley vigente establece que el CNP tiene que ser consultado como ente orientador de las políticas comunicacionales del Estado venezolano, cierra en sus acuerdos el secretariado nacional.
Se debilita el oficio
Dos hitos simbolizan el declive de la libertad de expresión en Venezuela. En 2007, un Hugo Chávez incómodo con la crítica ordenó cerrar RCTV (Radio Caracas Televisión), el canal que había iniciado la era de la televisión en el país.
En mayo del 2021, Diosdado Cabello, número 2 del chavismo, se ha quedado con la sede del periódico “El Nacional”, una institución cultural con 77 años de historia, tras un largo y cuestionado proceso judicial que acabó con el embargo del edificio.
Y no se nos olvida la detención del periodista Roland Carreño, por quien seguimos pidiendo su libertad.
La pluma de Simón
En estos momentos tan difíciles recordamos a nuestro Libertador Simón Bolívar, padre de la Patria, quien como escritor y periodista su pluma fue tan eficaz como con su espada al librar muchos combates en feroces batallas y vencer en todas las guerras que se le presentaron.
El Correo del Orinoco fue el principal órgano de su guerra intelectual. Además, fundó periódicos como El Peruano, decano de la prensa del Perú hasta nuestros días. Ahí escribió infinidad de cartas, ensayos y críticas literarias.
Nuestro Libertador, como precursor en muchos aspectos para las ciencias jurídicas, políticas y sociales, tuvo la oportunidad de emitir sus criterios en relación al ejercicio de la libertad de expresión, a la que concibió supeditada a los intereses supremos de la República y del pueblo, en aras de procurar que la misma atendiera al verdadero bienestar del pueblo y no en su contra, como elemento de destrucción y de perjuicio.
Así, Bolívar fue claro en manifestar a través de varios de sus Decretos que el ejercicio de la libertad de expresión no podía encontrarse en contra de la moral pública, por atender a un interés supremo del Estado al que todos y cada uno de sus ciudadanos debían coadyuvar.
Por eso su sentencia: «La primera de todas las fuerzas es la opinión pública».
Pero ese poder que posee el ciudadano común y corriente solo se manifiesta en todo su esplendor en un sistema democrático. En una dictadura o monarquía como la que vivimos, está soportado por la fuerza de las armas.
«Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias».
Ryszard Kapuscinski
«Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala».
Albert Camus
Orlando Peñaloza