Para mantener la estabilidad del tipo de cambio y lograr que ello se traduzca en una baja significativa de la inflación, el régimen aplica una política monetaria y fiscal draconiana, advierte el economista y miembro del Observatorio Venezolano de Finanzas, José Guerra, a través de su cuenta oficial en Twitter.
«El BCV ha venido aplicando una política de semi anclaje cambiario procurando que la estabilidad del tipo de cambio se traduzca en una baja significativa de la inflación. Para ello aplicó una política monetaria y fiscal draconiana«, señala el especialista.
Explica que es así como entre 2018 y 2021 el encaje bancario de casi 100% y la reducción brutal del gasto público profundizaron la recesión y la inflación cedió notablemente pero no lo suficiente. Asegura que el efecto es que los precios suben mucho más que lo que aumenta el tipo de cambio.
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Advierte que esto hace que los productos elaborados en Venezuela sean más caros que los importados lo que ha hecho florecer bodegones pero no hay industrias. Producto de lo anteriormente explicado los salarios reales cayeron en 7% durante el primer semestre de 2022.
Afirma Guerra que la política de estabilidad del tipo de cambio ha significado que el BCV intervenga vendiendo dólares, lo que ha implicado una caída de las reservas internacionales de $606 millones hasta julio 2022. En medio de un boom petrolero el BCV ha perdido $ en vez de acumular.
Destaca que en la medida que el régimen aumenta el gasto en 2022, en esa misma medida sube la presión en el mercado cambiario, porque el público no demanda bolívares porque no le cree al régimen. Tremendo dilema: gastar más y perder reservas o frenar el gasto para estabilizar los precios, señala Guerra.