#COLUMNA Soliloquios de café: ¿Imposible pero cierto? (Parte I) #24Jul

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Estimadísimos lectores, estimo conveniente comenzar esta zaga de artículos, pidiéndoles el favor de que los concatenen a fin de puedan sacar sus propias conclusiones, son la transcripción de un trabajo, presuntamente realizado por Yolaiza Boada (a quien no conozco). Lo recibí de un amigo, compañero de ideales, luchador social y soñador político, trabajo al cual califico como excelente.

Se trata de un relato, que pareciera haber salido de una terrorífica narrativa de ciencia ficción y que pudiese ser un manual perfecto, para destruir un sistema productivo icono de un país que se desarrollaba proyectándose para ser líder entre las potencias económicas mundiales, además de estar arraigado a la historia Patria y a la preservación de la vida, por haber sido un ejemplo en la producción de alimentos, de la defensa de la biodiversidad, del ambiente, de la fauna, de la flora autóctona y de un sistema educativo fraguado para las generaciones futuras…

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¡Un símbolo de lo que fue Venezuela!

Se trata del… “HATO EL FRIO.”

(Cito) Al referirnos a El Hato El Frío lo primero que podemos decir es que su historia se remonta a finales de la Guerra de Independencia, momento en el cual el General Simón Bolívar otorga reconocimiento a varios militares que contribuyeron en forma decisiva a la victoria venezolana en el conflicto armado; es por ello que en el año 1824 Bolívar le otorga al General José Antonio Páez la propiedad del Hato El Frío, entregándole tanto las tierras como sus bienhechurías con una mesura de aproximadamente veinte leguas. Con el transcurso del tiempo la propiedad fue traspasada a Bárbara Nieves, compañera de Páez y madre de 4 de sus hijos. Luego los hijos de Páez en la señora Nieves a través de sus representantes legales vendieron El Frío a la firma comercial Bauditz y Gorrín de Puerto Nutrias. Más tarde, en el año 1911, la viuda de Fernando Bauditz quien integraba aquella firma comercial con don Gregorio Gorrín, venden la propiedad del hato al Dr. Samuel Darío Maldonado. 

La ubicación del Hato El Frío está en los llanos venezolanos; en el municipio Muñoz, entre las poblaciones de El Samán y Mantecal, parroquia Mantecal del estado Apure. Se ubica aproximadamente a unos 180 kms al oeste de San Fernando, la capital de estado. Con clima de región tropical, tiene dos estaciones bien diferenciadas durante el año: verano e invierno; cada una de ellas modifica drásticamente el paisaje llanero. Un territorio de amplias planicies atravesado por numerosos arroyos y ríos con algunas secciones del bosque llamado de galería los cuales caracterizan a esta parte de nuestro país.

Maldonado y sus herederos familiares diversificaron sus intereses económicos hacia el ramo de los Seguros, la Banca y otras actividades urbanas, de manera que para finales del siglo XX constituían un emporio económicamente importante en el país. Uno de sus hijos Iván Darío Maldonado, dedicado entre otras cosas al tema de la conservación se propuso impulsar claras y estrictas normas conservacionistas, en ese sentido prohibió los perros en toda la geografía del hato, prohibió a los llaneros toda forma de fuego, matar, capturar o comercializar cualquier animal silvestre, así como mantenerlos en cautiverio. Este joven heredero no solo prohibió tocar o molestar la fauna, también se dedicó pacientemente a dar charlas constructivas para que estas reglas fuesen ley entre los llaneros y que, además, fueran cumplidas gustosamente. El cumplimiento de estas medidas generó un gran aumento en la fauna del hato, lo que motivó a adoptarlas en otros fundos y fincas vecinas.

En las sabanas del Frío se creó y desarrolló de manera consciente y progresiva la idea de “aprovechamiento”, dando paso al concepto de ganadería ecológica, donde se procuraba obtener beneficios razonables  de las bondades que ofrecían los humedales, sin la intromisión de químicos ni flora exógena que pudiera alterar el balance natural de las cadenas alimenticias que evolucionaban en perfecta armonía, prosperando de esta manera un ecosistema extremadamente rico en diversidad genética y producción de oxígeno. Esta visión proponía que la ganadería fuera solo una actividad entre varias, un sistema fundamentado en el uso racional de la amplia gama de recursos naturales disponibles y para lograrlo se debía integrar conscientemente al hombre con su medio ambiente, con ello se garantizaría el desarrollo socio económico y el bienestar de las comunidades apureñas en tiempo presente y futuro.

En el año 1948 Iván Darío Maldonado lideró un grupo de ganaderos de Venezuela para constituir la Compañía Anónima de Inversiones Venezolanas Ganaderas (INVEGA), empresa dedicada a la cría, levante y ceba de bovinos; así como a la investigación científica en torno a la mejora de razas de ganado y el cultivo de diferentes tipos de pastos. De esta manera el Hato El Frío pasó a funcionar bajo la figura de esta sociedad mercantil, pero también pertenecía a la familia Maldonado…” (F de C.)

CONTINUARÁ…

Maximiliano Pérez Apóstol

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