Trabajo de www.correodelcaroni.com
La depresión puede padecerla cualquier persona y según la ayuda que reciban de su entorno y de especialistas, dependerá la superación de los factores que lo llevaron a esa condición, para evitar la última consecuencia, el suicidio.
La reciente muerte de una joven de 18 años en Puerto Ordaz, luego de caer de un puente que une a dos centros comerciales (según testigos, la víctima se lanzó al vacío), no solo conmocionó a los ciudadanos, sino que hace propicio insistir sobre las señales de la depresión y cómo ayudar a quienes la padecen.
En enero de este año, a propósito del Día Mundial contra la Depresión, Correo del Caroní entrevistó a la psicóloga clínica Norelis Álvarez, quien hizo énfasis en que no se trata de una debilidad sino de una enfermedad, la cual no significa solo estar triste, ya que implica un trastorno de salud mental.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud se calcula que la depresión afecta a más de 300 millones de personas en el mundo
“Hay personas que experimentan algunos síntomas similares a la depresión, y el origen no es necesariamente la depresión por sí misma, sino producto de un estrés crónico al estar sometido durante mucho tiempo en una situación sobre la que no se tiene control, como la situación económica”, explicó.
Asimismo, la depresión se puede originar orgánica o fisiológicamente. “Una de las cosas más significativas para determinar que una persona tiene depresión es que hay una alteración importante de su actividad habitual, de su rutina diaria. En una persona con depresión, una de las primeras cosas que se altera son los patrones de sueño, puede ser que duerma mucho o que duerma muy poco; patrones de alimentación, que coma mucho o coma muy poco”, indicó.
Se puede percibir en la persona que disminuye su interés, la motivación y el placer de hacer las cosas de rutina, como levantarse de la cama, cepillarse los dientes, trabajar e interactuar con otras personas.
“Lamentablemente, a veces la persona puede pasar meses en esta situación antes de que busque ayuda, y normalmente son los familiares los que se dan cuenta de que esta persona está experimentando esta situación”, advirtió la especialista en la entrevista.
¿Cómo ayudar?
Para ayudar a una persona con depresión la psicóloga Norelis Álvarez recomienda una escucha empática y no enjuiciadora.
Superar la depresión dependerá también si se originó por una situación circunstancial de la persona o por un desbalance orgánico, fisiológico o neurológico. En este último caso la persona necesitará medicación.
Y he aquí otro problema, al menos en Venezuela. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se calcula que la depresión afecta a más de 300 millones de personas en el mundo.
Escasez de medicamentos
La asociación civil Convite y la Comisión para los Derechos Humanos y Ciudadanía (Codehciu) realizan mensualmente un monitoreo sobre el índice de escasez de medicinas, en el cual los antidepresivos figuran entre los más escasos en farmacias venezolanas.
En su último boletín, correspondiente a mayo de 2022, los anticonvulsivos reportaron 45,7% de escasez, seguido de los antidepresivos con 41,5%, y en tercer lugar con 38,9% los medicamentos para infecciones respiratorias agudas.
El informe indica que “el área metropolitana de Caracas (67,1%), Puerto Ordaz (58,3%) y San Fernando (52,2%) fueron las localidades que presentaron un abastecimiento de medicinas comprometido” para enfermedades como convulsiones, depresión, infecciones respiratorias agudas, hipertensión, diabetes, así como anticonceptivos.
Específicamente para la depresión, en abril de este año Caracas tuvo 78,1% de escasez de medicamentos y Puerto Ordaz 77,1%. El índice general fue de 42,8%. Durante noviembre de 2020, aún en pleno confinamiento por la pandemia de COVID-19, la escasez de antidepresivos en Puerto Ordaz fue de 90,7%.
Suicidios en Venezuela
Una de las consecuencias a la que puede llevar la depresión es el suicidio. En ambos casos se suele estigmatizar el tema, en lugar de abordarlo y que se creen políticas adecuadas para su prevención.
Entre enero y agosto de 2021, el Observatorio Venezolano de Violencia contabilizó 222 muertes autoinfligidas y 30 intentos de suicidio. En 16% de los casos se trató de adolescentes entre los 12 y 17 años de edad.
Sobre el móvil de 10 casos recabados, el OVV pudo determinar que la mayoría de las víctimas de suicidio padecía depresión (11,1%) u otras enfermedades mentales (5,6%). Otro 55,6% tenía conflictos familiares.
Entre los factores de riesgo que conllevan a este problema destacan: el manejo inadecuado de las emociones, impulsividad e irritabilidad, disfuncionalidad familiar grave, con ausencia o poca comunicación entre padres e hijos, presencia de sentimientos negativos (tristeza, incertidumbre, minusvalía, inutilidad, tormento por el aislamiento), depresión.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el 2019 el suicidio representó la cuarta causa de muerte entre los adolescentes de 15 a 19 años.
La Organización Panamericana para la Salud señala como principales medidas probadas de prevención del suicidio:
- Limitar el acceso a los medios para suicidarse (como los plaguicidas y las armas de fuego).
- La identificación temprana, evaluación, gestión y seguimiento de las personas afectadas por pensamientos y comportamientos suicidas.
- Fomentar las habilidades socioemocionales de los adolescentes y educar a los medios de comunicación para que informen de forma responsable sobre el suicidio.
Durante 2021, Cecodap también identificó 156 casos de riesgo suicida en menores de edad, equivalente a 112,32% más que en 2020, cuando pudieron contabilizar 26 casos, de los cuales 26,9% de los suicidios fueron en menores de 13 años.
En el informe se señaló que 30,7% de los detonantes fueron conflictos familiares, 3,8% por abuso sexual, 38,5 sin registro y 23% por otras razones de depresión sin diagnóstico clínico, migración de parientes o retos peligrosos.
Informar sobre suicidios
Las muertes por suicidios no suelen reportarse en medios de comunicación. La Fundación Gabo explica que este tipo de información figura en los manuales como de alto cuidado.
“Es, en efecto, una noticia de particular sensibilidad porque puede dar información y estímulo a personas que están contemplando la posibilidad de suicidio. Estas personas están en situación de incertidumbre porque no están seguras de una decisión que aplazan, o porque no logran decidir el modo de su muerte, o el lugar, o el momento, o dudan de su propia voluntad de morir. Las noticias sobre suicidios pueden aportar respuestas a esas preguntas o convertirse en estímulos para decidir”, aclara la Fundación Gabo sobre este tema.
Sin embargo, hay periodistas que consideran que es necesario documentar este tipo de muertes por temas de prevención o ayudar a las familias. Otros no lo consideran necesario.
Sin embargo, la cobertura periodística genera un dilema ético. Al respecto, la Fundación Gabo señala que, si bien los manuales de estilo recomiendan la cautela sobre este tipo de información, porque si se trata de manera sensacionalista o sin cuidado puede llegar a estimular a potenciales suicidas, también considera la posibilidad de que la información sea irrespetuosa u ofensiva para los parientes de la víctima y para la víctima misma.
Entonces, ¿con qué criterios se debería manejar el tema del suicidio en los medios?
La Fundación Gabo recomienda seguir lo que establecen los manuales de estilo sobre un cuidadoso tratamiento a fin de evitar el manejo sensacionalista.
“Cuando se informa sobre estos hechos con la idea de prestar el mejor de los servicios, aparecen los objetivos posibles: notificar a la sociedad sobre un fenómeno que debe ser mirado como una alerta: el menosprecio de la vida humana, incluida la propia; mostrar y provocar solidaridad con la familia; impedir que sobre el hecho se dé una mirada superficial que lo trivialice y lo convierta en una señal equivocada”, explica.
¿Qué hacer y qué no?
En un documento publicado por la Asociación Americana de Suicidología se establecen 14 principios para informar adecuadamente en casos de suicidios que son de interés público:
- Comparta un mensaje esperanzador recordando que el suicidio se puede prevenir.
- Transmita que los comportamientos suicidas pueden reducirse con apoyo y tratamiento de especialistas en salud mental.
- Proporcione información útil, como señales de advertencia o factores de riesgo de suicidio.
- No proporcione detalles sobre la ubicación de la muerte.
- Proporcione el número de teléfono la línea que en su ciudad o país ofrezca servicios de prevención del suicidio.
- No incluya detalles o imágenes de las herramientas o métodos letales utilizados.
- No ubique la información sobre el suicidio en un lugar destacado de su periódico.
- No describa el suicidio como inexplicable o sorpresivo.
- No comparta detalles específicos sobre las notas dejadas por quien se ha quitado la vida.
- Utilice el lenguaje preferido por los expertos en salud mental, por ejemplo, “murió por suicidio” en lugar de “se suicidó”.
- Utilice fotos que se enfoquen en la vida del individuo en lugar de su muerte.
- No utilice titulares sensacionalistas.
- Evite la explicación de una sola causa de la muerte por suicidio.
- Evite referirse al suicidio como un problema creciente, una epidemia o en aumento vertiginoso.
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