En mis visitas que realizó por todo el país, estoy haciendo una invitación a toda la población para lograr una Concertación Ciudadana, así en mayúscula, que derrote a la barbarie roja encabezada por Nicolás Maduro y su camarilla, declaró el doctor César Pérez Vivas, exgobernador, exparlamentario y docente universitario.
No le demos tregua a quien desmembró nuestras vidas, las de millones de personas, expresó. Reiteramos la importancia de realizar unas primarias abiertas y con el arbitraje de organizaciones independientes de la sociedad civil, para que el ciudadano confíe en el proceso y sea quién pueda escoger al abanderado de la sociedad democrática.
Pérez Vivas manifestó que en la base de la tragedia política y social de Venezuela está presente una grave falencia de valores democráticos, de principios éticos y de responsabilidad ciudadana.
Si bien es cierto que la llamada república civil forjó una importante cultura democrática, tampoco es menos cierto que en el seno de nuestra nación subyacían las taras del autoritarismo, que por más de dos siglos marcaron protuberantemente a nuestra sociedad.
El caudillismo dejó profundas huellas como la barbarie, la arbitrariedad y la corrupción, lo que hizo que se levantara contra esa situación la democracia para fundar un modo de vida de toda la sociedad.
Pero, la irrupción del chavismo hace despertar el autoritarismo y el caudillo se hace dueño y señor del país.
Es por ello que partidos políticos, sindicatos, gremios, universidades y asociaciones han dejado de experimentar la vida democrática.
La presidencia vitalicia que Hugo Chávez diseñara en la Constitución de 1999 y en su posterior enmienda, tocó por igual a todas esas agrupaciones. Y hoy tenemos autoridades entre comillas en todas ellas, donde ni se hacen elecciones auténticamente democráticas, ni funcionan los órganos colegiados.
Buena parte de los sectores que rechazamos el madurismo queremos adelantar la lucha en el terreno político y electoral.
Transitar ese camino y rehacer la mayoría supone derrotar la estrategia del madurismo, que tiene dos componentes básicos claros:
Uno, dividir al máximo posible a la sociedad democrática, aprovechando las debilidades exorbitantes, tanto de los valores y comportamientos democráticos, como las derivadas de los intentos fallidos de concretar el cambio que aspira la población.
Y el otro, desalentar y desmoralizar a la ciudadanía. De esa forma, los venezolanos seguirán huyendo de nuestro territorio o seguirán repudiando lo político y refugiándose en sus propias debilidades.
Nuestra lucha debe, entonces, centrarse en lograr unir la diversidad y reanimar con firmeza la participación y la responsabilidad ciudadana.