Trabajo de www.eltiempove.com
Según el director de la encuestadora Datincorp, Jesús Seguías, si las elecciones presidenciales fuesen hoy, seis de cada diez electores no votarían ni por el chavismo ni por la oposición. Revela que el desprestigio de los partidos políticos supera incluso al de la Fanb y las policías. Apunta que la población, que en un 55% percibe una leve mejoría de la situación, “más que conformarse se está resignando”.
De ser hoy las elecciones presidenciales…
–Tendríamos un panorama bastante complicado, porque 63% de los venezolanos quieren que el presidente de la República no sea ni chavista, ni opositor. Pareciera que andan en la búsqueda de una alternativa distinta. Hasta ahora no sabemos cuál es la fórmula que pudiese surgir en este momento.
¿Un outsider opositor que se asoma?
–Hasta ahora, aparentemente, no aparece nadie que reluzca como precandidato, a excepción de las figuras conocidas. Años atrás tuvimos el caso de un candidato que estaba fuera de todos los grupos políticos y partidistas, como lo fue Lorenzo Mendoza.
¿Un posible candidato del oficialismo?
–Hasta ahora el candidato consolidado es Nicolás Maduro. En caso de que Maduro descubra que no puede ganar las elecciones, sin duda buscarán al chavista que garantice la mayor posibilidad de victoria. Para el chavismo es un tema de vida o muerte desde el punto de vista político. Sin embargo, hay dos figuras de relevo: Rafael Lacava y Héctor Rodríguez.
“El régimen de Maduro llegó a un techo de aceptación del 20%”, señala Jesús Seguías / Foto: Versión Final
¿Se percibe a la dirigencia opositora como aliada del régimen?
–La oposición venezolana tiene dos vertientes en estos momentos: una que está en modo-ira, en modo-odio, con razones o sin razones; y la otra que está en modo-solución, que trata de buscar una salida a la crisis apelando a los únicos recursos que pueda tener a la mano, aprovechando las rendijas que ofrece un chavismo que ha jugado duro, que tiene el control absoluto a través de poder de coacción. Esto es un reto político gigantesco para la oposición. Los opositores que están en modo-solución han entendido que la única salida es negociar acuerdos con el régimen para obtener las mayores concesiones posibles en materia electoral, una vez descartada definitivamente la rebelión civil, el golpe militar, los marines o cualquier intervención militar internacional; menos aún con el actual panorama latinoamericano y europeo. Aquí no cabe el apelativo de que quien hable de elecciones es pro-gobierno. Todo el mundo está consciente que no hay otra solución; los que piensan distinto no tiene ninguna responsabilidad política, están mayoritariamente en el exterior, haciendo catarsis, drenando rabia, odio, ira. Podrán tener razón, pero esa no es la vía.
¿Ya no hay venezolanos que siguen pensando en una intervención?
–Son muy pocos; creo que no queda casi nadie. Queda la resiliencia y la vía electoral.
Alto costo
¿Insistirá la oposición con su actitud abstencionista?
–No ha sido una buena decisión política, y eso se ha pagado caro, aunque hoy la mayoría de la oposición está en una onda preelecciones.
¿Cuántos connacionales se han ido y cuántos esperan hacerlo?
–Se calcula que se han ido aproximadamente seis millones de personas. Es muy difícil establecer una cifra exacta, la cual se incrementará en la medida en que no se vea una salida a la crisis y se mejore la calidad de vida del venezolano. Esto es necesario no solo para que no se vayan, sino para que retornen los que se han ido y que viven en condiciones extremadamente difíciles.
–¿Huye el que emigra?
–Sin duda que hay una dosis de huida, pero en realidad lo que buscan es una mejor calidad de vida. 82% se ha ido por estas razones.
–¿Qué espera la gente del Gobierno?
–Que resuelva los problemas y que gobierne de verdad para resolver la megacrisis económica, de los servicios, social y política, lo cual ha generado una megacrisis emocional, que es la peor de todas.
¿Y de la oposición?
–Que no sigan prometiendo salidas que no ocurrirán nunca. Que construyan una ruta confiable. Tiene que unificar a todos quienes aspiran un cambio, no importa que algunos sean moderados y otros radicales.
¿Es recuperable la confianza en la oposición?
–La confianza se renueva a partir de personas confiables. El 80% de los venezolanos no confía en sus líderes. El chavismo está mucho más cohesionado que la oposición.
¿Y en el actual régimen?
–La tiene más difícil. Lleva más de 20 años en el poder y el resultado ha sido catastrófico. Llegó a un techo de aceptación del 20%, que representa 25% de la población que queda en el país. Puede ser que crezcan un poco si recuperan a esos 4 millones de chavistas que se fueron del Psuv, luego de que Chávez murió. No sabemos si Maduro podrá lograrlo.
Lenta mejoría
¿Cree la gente que la situación ha mejorado?
–El 55% sostiene que ha mejorado levemente, lo que significa que la megacrisis ocasionada por la hiperinfación ya cesó. Las cifras macroeconómicas aportadas por organismos internacionales confirman esta recuperación, sobre todo en el área de servicios, comunicaciones y comercio. No tanto a nivel industrial dada la inmensa crisis de energía.
¿Se está conformando la población?
–Más que conformarse se está resignando un poco. Quedarse en Venezuela significa o quedarse llorando, gritando, odiando, insultando, agrediendo o simplemente ayudando a resolver los problemas económicos.
¿Son fidedignas las estadísticas oficiales?
–Nunca he tenido confianza en ellas. El Estado manipula mucho esto. El Banco Central ya no es un organismo autónomo, sino una dependencia más del Palacio de Miraflores.
¿Cómo va la imagen de Juan Guaidó?
–Tuvo una amplia aceptación en 2019. Hoy día tiene un rechazo de 88%, mayor que el de Nicolás Maduro. Para los venezolanos que todavía lo siguen y los países que lo reconocen como presidente legítimo esto debe decirle mucho.
¿Fluctúa la imagen de la Asamblea Nacional?
–Tanto la actual como la electa en 2015 son rechazadas por el país, así como el resto de las instituciones, a excepción de la iglesia y las universidades.
¿Cómo es visto el socialismo del siglo XXI?
–Eso ya está extraviado y no tiene ningún asidero. Casi nadie habla de eso. Esa fue una de las travesuras políticas de Hugo Chávez. Es ese socialismo que juntó todas las teorías del marxismo-leninismo, que son hoy los gobiernos socialdemócratas que vemos en Europa y América Latina.
¿Tiene efectos la utilización de Chávez en la propaganda oficial?
-–Chávez generó una buena imagen en muchos venezolanos: Es uno de sus activos más importantes. Algo parecido a lo que ocurrió con el peronismo en Argentina. Aunque hoy la simpatía hacia Chávez no la misma del año 2012. Muchos que eran chavistas hoy lo cuestionan.
¿Qué dicen las encuestas de las encuestas?
–Deberíamos medir eso. Pero la población se da cuenta cuando una investigación carece de ética.
Un refrán español reza: “Lo que el médico yerra, lo cubre la tierra”. ¿Y el estadístico?
–Los errores en las encuestadoras lo pagan con la falta de credibilidad hacia ella. Se sabe cuando una encuesta está mal hecha al distar mucho de los resultados electorales.
¿Cree más el venezolano a un astrólogo o a una encuestadora?
–Nosotros hacemos un trabajo basado en las ciencias sociales. Quien los hace bien tendrá buenos resultados. Todas las encuestadoras deberían coincidir en los mismos resultados, quizás con un punto más o un punto menos.
Desprestigio armado
¿Ha mejorado la imagen de las Fanb?
–Las fuerzas armadas siguen en el sótano de la confianza del venezolano, igual que las policías. Se perciben un poquito mejor que los partidos políticos, que están de último en el escalafón.
¿Resurgen los Ni-Ni?
–Están en el orden del 60%.
¿Hacia dónde van los independientes?
–A ninguna parte. No tienen partidos, ni movimiento, ni liderazgo. Hoy tenemos un escenario muy parecido al del año 98, cuando los venezolanos esperaban una alternativa distinta al chavismo y la oposición. Hoy juntos llegan a 40% de aceptación. Hace diez años sumaban 80%.
¿La imagen de Venezuela en el mundo?
–Ya Venezuela no es el ombligo del mundo, ni nunca lo fue, a excepción de los años 2019-2020, cuando el presidente Trump trató de elevar el perfil de Venezuela como pate su estrategia de campaña. Necesitaba ganar la Florida; creyó que un gruñido fuerte tumbaría a Maduro y fracasaron. Venezuela hoy está fuera del radar de preocupación del mundo. Más bien, están buscando como coexistir con el gobierno de Maduro, sobre todo en materia energética. Con el nuevo mapa rojo y rosado de Latinoamérica está en otra onda muy distinta a la que ocurría en el 2019. Colombia, que tiene a Venezuela como el espejo más cercano, votó por un gobierno izquierdista. Hoy el mundo está concentrado en la pandemia y la crisis de Ucrania.
¿Imagina unas elecciones sin estudios previos?
–Consultar a los electores es clave para definir una estrategia política, así como los productores lo hacen con las preferencias del consumidor.
¿Una elección dudosa durante este siglo?
–La de Nicaragua, y en el caso venezolano la del 2013 entre Maduro y Capriles, cuando se suponía que este último ganaba por un punto. En el estado Bolívar ganó Andrés Velázquez, pero hubo un fraude clarísimo.
¿El futuro del país según las encuestas?
–Hay mucho escepticismo Puede que esté mejorando levemente.
Un mundo sin encuestas…
–Como la medicina sin rayos X, sin tomografía, sin resonancia magnética. Así pasará con el mundo si no se consulta lo que quieren los ciudadanos. De lo contrario se caerá por un barranco.
¿Imagina que el régimen también interviniese los estudios de opinión?
–Hasta ahora, Datincorp no ha sido víctima de ese proceso de intervención, ni se ha agredido a nuestros equipos de trabajo. Algo positivo cuando en estos momentos se busca una solución pacífica a la crisis. Datincorp no aceptaría ningún tipo de intervención gubernamental.
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