En su más reciente informe. FundaRedes denunció que las bandas criminales que operan en Venezuela «adoptan estructuras de la guerrilla colombiana» y añade que la «coexistencia de estos actores» ha conllevado a confrontaciones y disputas por territorios y espacios de poder, así como a alianzas, en algunos casos.
«Esta interacción ha creado paradigmas de mutación de la criminalidad y de sus agentes en Venezuela; en los últimos años bandas con un número de integrantes y de armamento cada vez mayor han adoptado estructuras organizacionales, sistemas logísticos e incluso estrategias de imagen corporativa de la guerrilla», apunta FundaRedes.
«A la vez, la evolución de la violencia obliga a las bandas a establecer nuevos organigramas de funcionamiento, asignación de tareas específicas y nuevas jerarquías dentro de la estructura criminal que encuentran un modelo a seguir en organizaciones armadas de larga trayectoria y visibilidad internacional. En pocas palabras, la guerrilla de origen colombiano se ha convertido en una escuela para algunas bandas venezolanas», añade.
En el texto, la ONG señala que lo que hace dos décadas se denominaba “delincuencia común” ha migrado hacia las «organizaciones criminales con alto poder de fuego que se manejan con prácticas y estructuras organizativas similares a las de la guerrilla y el paramilitarismo».
Añaden que estos grupos «recurren a estrategias de identidad corporativa que se convierten en símbolos de poder en las comunidades en las que ejercen influencia».
De igual forma, FundaRedes indica que las llamadas «megabandas» han extendido el control territorial desde sus estados originarios hacia la frontera o hacia otros estados vecinos, estableciendo “rutas seguras para el tráfico de mercancías, sustancias ilícitas, combustibles y metales preciosos».
«Además han establecido nexos internacionales con grandes mafias del narcotráfico y redes de trata de personas; tienen reclutadores, recaudadores, sicarios, lugartenientes, jefes de grupo, comandantes por zonas; logos y uniformes que les permite ser identificados en el territorio que controlan, lo que a su vez les da estatus y mayor poder», aseveró.
La ONG detalló que las labores de «monitoreo» que desarrolla en los territorios fronterizos de Zulia, Táchira, Apure, Bolívar, Amazonas y Falcón, así como en otros estados que registran un incremento en la actividad delictiva, «han permitido identificar que por lo menos 22.500 personas forman parte de organizaciones armadas, entre las que destacan al menos 18 megabandas de unas 40 organizaciones delictivas con alto poder de fuego».
Por último, destacó FundaRedes que ante esta situación presentaron una denuncia ante la Fiscalía General de la República el pasado 23 de mayo, para solicitar se establezca «una política integral de protección de los derechos de los venezolanos y por ende, una política integral de desarticulación de los grupos armados irregulares, las bandas y megabandas que ponen en riesgo la integridad y la vida de la población», concluye FundaRedes en su informe.
