El presidente panameño Laurentino Cortizo anunció el viernes el fin del uso obligatorio de la mascarilla en espacios cerrados.
Al rendir su informe anual a la nación ante la Asamblea Nacional en el inicio de su cuarto y penúltimo año en el poder, Cortizo informó que a partir del 11 de julio se levantará la medida sanitaria del uso obligatorio de cubrebocas con excepción de las instalaciones de salud pública y privada y el transporte público de pasajeros.
El mandatario, de 69 años, habló ante la Asamblea luego de que ésta reeligió por un año más al presidente del Legislativo Crispiano Adames y sus dos vicepresidentes Kayra Harding y Miguel Fanovich -de la coalición oficialista- para el nuevo año legislativo que también comienza el viernes.
Cortizo rindió el informe en momentos en que al igual que otros países enfrenta la presión de sectores que le exigen un freno al aumento de la gasolina y los alimentos, pero también la incertidumbre sobre su enfermedad.
“Después de la presentación de este informe viajaré este domingo y estaré de vuelta el sábado 9 de julio”, dijo el presidente. Cortizo había anunciado hace dos semanas que fue diagnosticado con síndrome mielodisplásico de “riesgo intermedio” y que, siguiendo recomendaciones médicas, luego del informe a la nación viajaría a Texas para una evaluación especializada.
Al predio de la Asamblea Nacional llegaron temprano educadores de la Asociación de Maestros Independiente en protesta por el alto costo de vida y en demanda de respuestas a graves y viejos problemas como el deterioro de las instalaciones educativas y mejoras en la calidad de la enseñanza.
Otros grupos sociales y de trabajadores también anticiparon que se presentarán en el Congreso para exigir medidas para enfrentar el incremento de la gasolina, que superó los seis dólares el galón, el mayor precio registrado hasta el momento en el país, pese a que el viernes comenzó a regir una disminución de entre 27 y 31 centavos de dólar por galón. Los precios de la gasolina se revisan cada dos semanas en Panamá.
La escalada de la gasolina ha incrementado el costo de la canasta básica de alimentos, por lo que varios sectores reclaman un congelamiento del precio de los combustibles. Las autoridades sostienen que esa alternativa no es viable.