Hagamos del cambio una bandera para la unión de todos los venezolanos y para el progreso de todos los venezolanos.
¿De qué se trata cuando hablamos de cambio? La palabra da para muchas interpretaciones. Queremos un cambio político. La mayoría abrumadora de los venezolanos quisiéramos un cambio de gobierno. No estamos contentos con el gobierno que tenemos. Quisiéramos tener otro gobierno. No terminamos de encontrar una propuesta alternativa en la que podamos depositar nuestra confianza y nuestro voto.
También queremos un cambio económico. La economía venezolana se ha destruido en los últimos veinte años. Queremos una economía que produzca riquezas y oportunidades para todos. Una política económica que aproveche las inmensas potencialidades que tiene Venezuela. Son muchas las áreas en las que Venezuela podría afincar un desarrollo económico formidable: el petróleo, la minería, la industria, la agricultura y la cría, la agroindustria, el comercio, el turismo. En cada una de ellas podríamos generar riquezas para todos y empleos modernos y dignos para todos.
Un cambio social. El tema de la desigualdad está causando estragos políticos y electorales en toda la América Latina. En Venezuela tenemos una situación de desigualdad intolerable. Una minoría opulenta y una inmensa mayoría viviendo en situación de pobreza. Esto tiene que cambiar. Y el cambio social debe venir por la vía de más y mejor educación para todos los ciudadanos, pero, particularmente, educación de calidad y educación para el trabajo, en las familias más pobres y más vulnerables. De la pobreza no saldremos regalando bolsas CLAP. De la pobreza saldremos con más y mejor educación y con empleos modernos y bien remunerados para todos los venezolanos.
Un cambio en materia de servicios públicos. Tener agua, especialmente agua potable y tener luz eléctrica. Energía para el consumo doméstico y energía para el desarrollo industrial. No puede haber desarrollo económico sin electricidad.
Un cambio cultural. No queremos seguir siendo un pueblo sostenido por un estado ineficiente, corrupto y arbitrario. Queremos depender de nuestras propias iniciativas y de nuestra capacidad empresarial. Sin tutelajes estatistas que son fuente de corrupción y de arbitrariedad.
Por último, queremos un cambio moral. Estamos hartos de la corrupción de los que nos gobiernan y de algunos que pretenden gobernarnos y que sin haber llegado al gobierno, ya nos muestran su voracidad y sus apetitos de poder y de dinero.
Hagamos del cambio una bandera para la unión de todos los venezolanos y para el progreso de todos los venezolanos.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
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