El primer semestre del 2022, que podría haber sido bueno para la economía venezolana, porque en el último trimestre del año pasado había empezado a bajar la hiperinflación de cuatro años consecutivos, durante los cuales hubo dos reconversiones monetarias, ha resultado preocupante por la modificación de la Ley de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (LIGTF), que ha tenido un efecto inflacionario.
Al hacer un somero balance de este período, el licenciado Pedro José Chirinos, presidente de Fedecámaras Lara, dice a Elimpulso.com, que en el momento en que se estaba comenzando un nuevo arranque en las actividades económicas, éstas han tenido que frenar un poco a causa de las disposiciones de ese instrumento legal.
La LIGHT, que tras ser aprobada por la Asamblea Nacional fue publicada en la Gaceta Oficial número 6.687 extraordinaria del 25 de febrero de este año y puesta en vigencia el 28 de marzo, le pega al consumidor por las operaciones que tenga que hacer.
El consumidor final puede ser una persona natural o una empresa, que es pechada por las transacciones que se hagan en moneda extranjera, particularmente en dólares por ser ésta la divisa que más se utiliza en Venezuela.
En los primeros seis meses del año, de acuerdo con el dirigente gremial, hay algunos sectores que han experimentado crecimiento, como el farmacéutico, salud y el de alimentos en distribución, supermercados y afines.
El sector industrial se mantiene operando al 20% de su capacidad por diversos factores: poca capacidad de consumo en el país, competencia por la importación de productos terminados a los cuales la administración de Maduro les ha otorgado exoneración aduanera y demás impuestos, servicios públicos costosos y con frecuentes fallas, lo que ha motivado el contratar transporte para trabajadores, comprar agua a los cisternas, adquirir plantas para suplir las interrupciones del Sistema Eléctrico Nacional, adherirse a empresas privadas con el fin de tener Internet y, en fin, incurrir en gastos, además de pagar una serie de impuestos.
Y continúan rezagados y, prácticamente paralizados, el sector construcción y la industria automotriz en lo que respecta al ensamblaje de vehículos.
Dentro de los problemas que enfrenta el empresariado está el crédito bancario, el cual está desaparecido casi totalmente, ya que son muy pocos y limitados los obtenidos por algunas empresas, sobre todo en el ramo de alimentos.
Necesitamos para tener una verdadera reactivación económica, fundamentalmente, que todos los sectores logren su recuperación y muy especialmente, el de la construcción, ya que éste lleva consigo la reactivación del crédito a las empresas constructoras, el crédito hipotecario y el crédito para la adquisición de viviendas. Igualmente el crédito para adquisición de vehículos y crédito al consumo que se le otorga a los ciudadanos a través del microcrédito o tarjeta de crédito.
Nosotros apostamos al mejoramiento de la economía, declaró. A pesar de todas las dificultades seguimos trabajando, invirtiendo, creando puestos de trabajo y haciendo lo posible por lograr el poder adquisitivo de nuestros trabajadores- Y, por supuesto, luchando por este país.