Venezuela sigue viviendo momentos de escepticismo, recelo, incredulidad o falta de confianza en la verdad o eficacia del gobierno y opositores.
Se trata de una doctrina filosófica que considera que no hay ningún saber firme, ni puede encontrarse ninguna opinión segura.
Y así se nos ha ido el tiempo, sentados, agachados, acostados, o en cualquier posición escuchando empleos excesivos y repetitivos de políticos venezolanos y extranjeros, como el famoso cuento del “gallo pelón”.
Por un lado, el Presidente Nicolás Maduro maquilla el apocalipsis monetario en Venezuela, y por otro “la verborrea” de los presentadores de concursos, o sea, los opositores y otros agoreros de nuevas organizaciones políticas que crecen como monte agotando mentalmente a los participantes, espectadores venezolanos que cansados han tomado la expresión popular de moda reciente, ¡No y qué!
La población está aterrada y arrinconada. No sabe qué hacer, a quién creer en un país apolillado por la deshonestidad, ya cerca de nuevos sufragios donde comienzan a surgir ilusiones cuando la plataforma unitaria nacional anuncia primarias para escoger un candidato único a la Presidencia de la República con titubeos sobre la salida o no de Nicolás Maduro de Miraflores. ¡No y qué!
El cuento del “gallo pelón” es un juego muy popular en Latinoamérica. Un instrumento de tortura utilizado por nuestros padres y abuelos para desafiar la paciencia de los niños que querían seguir escuchando cuentos y cuentos antes de dormir.
Les preguntaban: «¿Quieres que te cuente el cuento del “gallo pelón»?, y cuando contestaban «sí», volvían a preguntarle: «No es que sí, sino que si quieres que te cuente el cuento del “gallo pelón?”, y así hasta que los pequeños cansados se iban, dándose cuenta que los estaban vacilando.
Ese mecanismo de distracción lo encontramos a diario en medios informativos digitales con declaraciones de políticos y miembros del régimen que a cambio de alegrarnos, nos hacen soltar la expresión citada: “¡No, y qué!”.
Veamos:
“El Senador por Florida, Marco Rubio, solicitó al Fiscal General de Estados Unidos, Merrick Garland, que tramitara ante Interpol la emisión de una alerta roja para el arresto de Nicolás Maduro durante su gira internacional”. Maduro regresó tranquilito al país y está comiendo pollo en Miraflores. ¡No, y qué!
–El embajador ante los Estados Unidos, Carlos Vecchio, acompañó el exhorto promovido por el senador Bob Menéndez desde el Comité de Relaciones Exteriores del Senado para que el mundo alce y exija justicia ante los abusos contra el Presidente interino, Juan Guaidó y el pueblo de Venezuela. ¡No, y qué!
Francia: Condenamos la persecución contra periodistas y defensores de DDHH en Venezuela. ¡No, y qué!
España sobre diálogo venezolano: Nos ponemos a disposición para contribuir con estos avances. ¡No y qué!
Colombia abogó ante la ONU por la liberación de presos políticos en Venezuela. ¡No y qué!
Piden a CPI investigar a Maduro y su cadena de mando por perseguir a Guaidó y su familia. ¡No y qué!
Comunicado: Plataforma Unitaria se reunió con delegación de Estados Unidos que visita a Venezuela. ¡No y qué!
Bachelet expresó su preocupación ante acciones contra defensores de DDHH en Venezuela. ¡No y qué!
–La democracia en América Latina está en peligro, alertó la diputada a la Asamblea Nacional 2015, Mildred Camero, miembro del partido político “Encuentro Ciudadano”, durante su participación en el Encuentro de Relaciones Internacionales de la Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA). ¡No, y qué!
María Corina Machado: El proyecto de Petro es muy peligroso, pero es derrotable. ¡No y qué!
¡Un apagón cada tres minutos!: 14.711 fallas eléctricas se registraron en el país solo en mayo, según ONG. ¡No y qué!
Nicolás Maduro: «Felicito a Gustavo Petro y a Francia Márquez por la histórica victoria en las elecciones presidenciales en Colombia. Se escuchó la voluntad del pueblo colombiano que salió a defender el camino de la democracia y la paz. Nuevos tiempos se avizoran para este hermano país», escribió el mandatario en su cuenta de Twitter. ¡No y qué!
Diosdado Cabello celebró triunfo de Gustavo Petro: “Habló Colombia, la Colombia profunda, la que duele en el sentimiento Bolivariano, buscando su paz y con ella la paz de toda una región. Abrazamos esa gran victoria de un pueblo que ha resistido uno y mil ataques de la narco-política, felicidades. ¡Unidos Nosotros Venceremos!”. ¡No y qué!
Pero entre tanta duda, algo es cierto: Las actuaciones de grupos agresivos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) tanto en el Zulia como en Cojedes contra Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional electa en el 2015 y reconocido por 50 países democráticos como Presidente interino de Venezuela, han sido condenadas en casi todo el mundo.
Antonio José Ledezma Diaz, político y abogado venezolano, quien fue el Alcalde Mayor del Distrito Metropolitano de Caracas hasta 2015, hoy en el exilio en España, hizo duras críticas a la unidad, a la que acusa de haberlo dejado a merced de los secuaces de Nicolás Maduro, desvirtuando aquí el ¡No, y qué!, que hemos venido utilizando.
No lo pregunte. En este laberinto que les cito, el desorden y la corrupción han definido el destino de Venezuela. Parece flagelo incurable. Mientras persista un país así, que camina de espaldas a sus grandes valores nacionales, a su tradición y a su historia, tendremos que lamentablemente convivir con él.
Venezuela clama por una nueva sociedad. Por la formación de un venezolano distinto. De un individuo que no tenga criterio de riqueza a costa de lo que sea. Deslastrado de los demonios de lo cuantitativo y crematístico. Que cultive su sensibilidad e inteligencia, la imaginación y el sueño. Y para eso se necesita cohesión de nuevos políticos que sientan la Patria de Bolívar sin discursos ni denuncias corroídas, marchitas, sin ningún parentesco con el cuento del “gallo pelón”.
Cuando Don Quijote se vio en la campaña rasa, libre y desembarazado de los requiebros de “Altisidora”, le pareció que estaba en su centro y que los espíritus se le renovaban para proseguir de nuevo el “asumpto” de sus caballerías, y volviéndose a Sancho le dijo: –La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los Cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre…
Juan Pablo Segundo expresó: “Por más poderoso que sea un dictador, sólo es un hombre. No tengáis miedo”.
De nada sirve que el sol alumbre para quien cierra los ojos.
Orlando Peñaloza