El mundo inestable podría volverse aún más peligroso si la OTAN no se mantiene fuerte y unida, manifestó el jueves el jefe de la alianza militar al finalizar una cumbre en la que los líderes occidentales calificaron a Rusia como “una amenaza directa” para la seguridad de sus naciones.
Durante su cumbre de tres días en Madrid, los miembros de la OTAN analizaron un panorama geopolítico marcado por la peligrosa de rivalidad entre grandes potencias y una miríada de amenazas, desde ciberataques al cambio climático.
En sus reflexiones sobre geopolítica, los asistentes acusaron a China de plantear “desafíos graves” a la estabilidad mundial, pero la invasión rusa de Ucrania dominó la cumbre.
“Vivimos en un mundo más peligroso y vivimos en un mundo más impredecible. Vivimos en un mundo donde tenemos una guerra activa en Europa”, afirmó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. “Al mismo tiempo, también sabemos que esto puede empeorar”.
Es por eso por lo que la alianza militar occidental tiene la “responsabilidad central” de evitar que la guerra en Ucrania se extienda a otros países, al tiempo que le deja claro a Moscú que “protegerá cada centímetro del territorio de la OTAN”, agregó Stoltenberg.
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Ese territorio está a punto de crecer. Durante la cumbre, los líderes de la OTAN invitaron formalmente a Finlandia y Suecia a unirse a la alianza, tras superar las objeciones de Turquía. Sin embargo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que aún podría bloquear la membresía de los países nórdicos si ambos gobiernos no cumplen sus promesas.
Si los 30 estados miembros aprueban el acceso de los países nórdicos, la OTAN tendrá una nueva frontera de 1.300 kilómetros (800 millas) con Rusia.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, advirtió que respondería de forma proporcional si los países nórdicos permitían que se instalaran tropas e infraestructura militar de la OTAN en su territorio. Dijo que entonces Rusia tendría que “crear las mismas amenazas para el territorio desde el que se crean amenazas contra nosotros”.
La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, dijo que las amenazas de Putin no eran “nada nuevo”, aunque minimizó las probabilidades de una guerra a gran escala. “Por supuesto, debemos esperar algún tipo de sorpresas de Putin, pero dudo que vaya a atacar directamente a Suecia o Finlandia”, afirmó Kallas.
“Veremos ciberataques sin duda. Veremos ataques híbridos, hay una guerra de información abierta, pero no la guerra convencional”, agregó.
Para su última jornada, la agrupación dirigió la mirada a la inestabilidad política en la región africana del Sahel y Oriente Medio, agravada por el cambio climático, y la inseguridad alimentaria, lo que ha empujado a un gran número de migrantes hacia Europa.
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Estados Unidos y otras naciones occidentales también hablaron de la creciente influencia de China y Rusia en el mundo en desarrollo. Stoltenberg afirmó que “Moscú y Beijing están utilizando el apalancamiento económico, la coerción y enfoques híbridos para promover sus intereses en la región”.
El gobierno de Beijing replicó calificando a la alianza de ser un “remanente de la Guerra Fría” y la acusó de “atacar y difamar maliciosamente” a China al incluirla en la lista de desafíos globales de la OTAN.
Sin embargo, Stoltenberg dijo fue la invasión rusa de Ucrania la que ha provocado “la mayor revisión de nuestra defensa colectiva desde el final de la Guerra Fría”. En respuesta la incursión rusa, la OTAN ha llevado tropas y armas al este de Europa a una escala que no se había visto en décadas.
Los mandatarios acordaron en la cumbre aumentar de forma drástica la presencia militar de la alianza en su flanco oriental, donde países como Rumania o los estados bálticos miran con preocupación los planes futuros de Rusia.
La organización anunció planes de multiplicar casi por ocho su fuerza de acción rápida, de 40.000 a 300.000 efectivos, para el año que viene. La mayoría de las tropas estarán asignadas a sus países de origen, pero estarán dedicadas a tareas específicas en el este, donde la alianza tiene previsto acumular reservas de equipamiento y munición.
Los estados miembros han dado a Ucrania miles de millones de dólares en ayuda civil y militar para reforzar su resistencia.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, que se dirigió a la cumbre por videoconferencia, pidió más. Instó a la OTAN a enviar más sistemas modernos de artillería y otras armas y advirtió a los líderes que o bien proporcionan a Kiev la ayuda que necesitan, o “a ustedes mismos les tocará enfrentar una guerra demorada con Rusia”.
“La cuestión es, ¿quién es el siguiente? ¿Moldavia? ¿El Báltico? ¿Polonia? La respuesta es todos ellos”, advirtió.
El presidente estadounidense Joe Biden, cuyo país proporciona la mayor parte de la potencia de fuego de la OTAN, anunció un fuerte impulso a la presencia militar de Estados Unidos en Europa, incluida una base permanente tropas norteamericanas en Polonia, otros dos destructores de la Armada estadounidense en España y dos escuadrones F35 más en Reino Unido.
“Antes de que comenzara la guerra, le dije a Putin que, si invadía Ucrania, la OTAN no solamente se fortalecería, sino que se uniría más”, dijo Biden a los periodistas. “Y que veríamos democracias en el mundo ponerse de pie, oponerse a su agresión y defender el orden basado en reglas. Eso es exactamente lo que estamos viendo hoy”.
Aun así, han surgido tensiones entre los aliados de la OTAN ante el aumento del costo de la energía y otros productos esenciales, debido en parte a la guerra y a las duras sanciones occidentales contra Rusia. También hay diferencias sobre cómo terminará la guerra y qué concesiones, en su caso, debería hacer Ucrania.
El dinero también sigue siendo un tema sensible, ya que apenas nueve de los 30 miembros del grupo cumplen el objetivo de dedicar a defensa el 2% de su producto interno bruto.
En lo que Stoltenberg describió como una cumbre “transformadora”, los mandatarios también actualizaron su llamado Concepto Estratégico, el documento que enumera las principales preocupaciones de seguridad de la OTAN para la próxima década.
La versión anterior del documento, de 2010, describía a Rusia como “socio estratégico”. Ahora, la OTAN la acusa de emplear “coacción, subversión, agresión y anexión” para ampliar su influencia.
El texto de 2010 no mencionaba a China, mientras que el nuevo aborda la creciente expansión económica y militar de Beijing.
“China no es nuestro adversario, pero debemos tener claros los importantes desafíos que representa”, dijo el miércoles Stoltenberg.
La OTAN dijo que China “aspira a socavar el orden internacional basado en normas, lo que incluye los ámbitos espacial, cibernético y marítimo” y advirtió sobre sus lazos estrechos con Moscú.
China replicó que la OTAN estaba “creando problemas en todo el mundo”.
“Dado que la OTAN sitúa a China como ‘desafío sistémico’, tenemos que prestar especial atención y responder de forma coordinada. Cuando se produzcan actos que socaven los intereses de China, daremos respuestas fuertes y firmes”, sostuvo una declaración de la misión de Beijing ante la Unión Europea.