Venezuela vive una crisis humanitaria como nunca la habido en su historia republicana, con índices de pobreza,enfermedades,violencia e irrespeto a los Derechos Humanos que tienen conmovida a la opinión pública internacional y han obligado a la gran mayoría de países democráticos del mundo a denunciar la gravedad de nuestro drama y solicitar solución mediante vías pacíficas y constitucionales.
El más grave obstáculo para enfrentar este pavoroso y dantesco escenario de pobreza que sufrimos es la negativa del Gobierno Nacional en aceptar la realidad. El Presidente Maduro y las instituciones que lo sostienen en el Poder niegan que en Venezuela exista un colapso económico de monumentales dimensiones y que nuestra población deambule como mendiga dentro y fuera del territorio nacional.
Por ello, para nosotros, integrantes de un Movimiento que representa al amplio espectro de la Sociedad Civil Venezolana, lo prioritario es que en nuestro país se asuma con absoluto apego a la verdad la auténtica dimensión de la emergencia humanitaria que nos abate. Para ello citamos las palabras de un líder espiritual, quien para muchos de nosotros es Dios y para otra referencia espiritual insoslayable, Jesucristo, quien afirmó que solamente la verdad nos hará libres.
Si en Venezuela no colocamos en el centro de cualquier negociación política la auténtica dimensión del apocalipsis civilizatorio que padecemos, cualquier intento de encontrar una salida democrática a nuestra deplorable situación será inútil.
Es indudable que la mejor vía de solución a esta encrucijada fatal es la electoral y para su concreción respaldamos sin ningún tipo de reservas ni condiciones, las posiciones públicas varias veces reiteradas por la Conferencia Episcopal Venezolana, bastión de dignidad ciudadana y trinchera moral inquebrantable que en todo momento ha pedido al gobierno y a la oposición ponga sus oídos y corazón en los llamados angustiosos del pueblo venezolano, actualmente hundido en la miseria y luchando con sus últimas fuerzas para sobrevivir a la hecatombe nacional causada por el marasmo político de los últimos veinte años.
A estas propuestas, nacidas de un análisis l social profundo, bien argumentado y contundente, nosotros como Movimiento Democrático únicamente agregamos un llamado a todos los venezolanos de buena fe, que existen dentro de todos los partidos y organizaciones política: Unámonos para aceptar la verdad, obliguemos al Gobierno a que asuma la gravedad de nuestro drama humanitario y se comprometa a buscarle una solución democrática, obliguemos a la oposición a centrar su pedimento base dentro de la negociación al reconocimiento de esta verdad.
El pueblo venezolano se muere de mengua y todos quienes todavía podemos luchar estamos obligados a realizar un esfuerzo total para salvarlo, para salvarnos. En nuestra Constitución están las soluciones, incluidas las electorales, a esta Constitución nos apegamos. Por Venezuela y el triunfo de la verdad hacemos un llamado al Gobierno y al mundo político para que veamos al país con los ojos y el sentimiento del pueblo y no con los de la ideología y las aspiraciones de Poder.
La variedad de espectáculos musicales que se ofrecen en Caracas, las mega tiendas que se montan en algunas ciudades del país, los restoranes de lujo en sectores urbanos privilegiados, no pueden ocultar el drama de pobreza y enfermedad que abate a la nación. Es para buscar alivio a esta emergencia humanitaria compleja que se deben reunir las élites políticas de Venezuela. Venezuela sigue agonizando y este drama no tiene espera. Dios con nosotros.
Jorge Euclides Ramírez