Las relaciones entre Colombia y Venezuela han estado signadas por una intermitente tensión y amenaza de enfrentamiento bélico a lo largo de su historia.
Durante el gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro no ha habido un respiro de paz en las políticas con el país hermano, en las cuales, por lo menos la lengua se la mostraron.
Las relaciones Álvaro Uribe-Hugo Chávez se interrumpieron 5 veces desde 2005, afectando el diálogo y el comercio.
Tras los tumultuosos años vividos entre los 2 mandatarios, la llegada de Juan Manuel Santos al Palacio de Nariño el 7 de agosto de 2010 supuso el inicio de una especie de luna de miel entre las 2 naciones. Eso se acabó.
El gobierno de Venezuela dio de facto por finiquitado el dulce momento al acusar a Santos de conspirar en su contra y anunciar que evaluaba abandonar su rol de «garante» en las negociaciones entre Colombia y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
Todo después de que el Presidente colombiano recibiera en Bogotá al líder opositor Henrique Capriles, excandidato presidencial que no reconoció la legitimidad de la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones del domingo 14 de abril de 2013.
El candidato del chavismo obtuvo el 50,66 por ciento de los votos, y Henrique Capriles el 49,07 por ciento, según los datos difundidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
El hombre al que Hugo Chávez ungió como sucesor político, candidato de la Patria, como lo llamaba la propaganda oficial, logró un ajustadísimo triunfo sobre su opositor, quien dijo que no lo aceptaría hasta que se hiciera un recuento completo «voto por voto».
Maduro logró 7.505.338 votos, mientras que Capriles obtuvo 7.270.403 en unas elecciones convocadas tras la muerte de Chávez el 5 de marzo.
Como se observa, las 3 gestiones presidenciales colombianas anteriores tuvieron relaciones convulsas con Maduro y Chávez. En el rechazo al régimen de Caracas confluyeron, además de Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos, quien ejerció el cargo desde el sábado 7 de agosto de 2010 hasta el martes 7 de agosto de 2018 siendo reelegido en 2014, e Ivan Duque, próximo a entregar su mandato.
El último gobierno colombiano que se va el domingo 7 de agosto del año en curso, mantuvo una fuerte querella con el de Venezuela desde que se inició el martes 7 de agosto de 2018.
Duque asumió como Presidente de Colombia en un clima de elevada tensión con Venezuela, sucediendo a Juan Manuel Santos, a quien el mandatario venezolano acusó de intento de magnicidio.
En su campaña presidencial abogó por incrementar la presión internacional contra el régimen de nuestro país.
Ahora, el aún Presidente de Colombia considera que Gustavo Petro deberá decidir si «reconoce al peor dictador de la historia», al referirse a su homólogo venezolano, o si opta por la administración interina del país petrolero, liderada por Juan Guaidó.
Fue el año 2017 el escenario para que Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela y Juan Manuel Santos, de Colombia, desenterraran el hacha de la guerra manteniendo un cruce de declaraciones, extendiéndose hasta el año 2021, esta vez con un nuevo mandatario, Iván Duque.
En noviembre de 2017 el Presidente colombiano catalogó a “Venezuela como su peor pesadilla”, al considerar que una “implosión en la nación vecina podría convertirse en un problema tremendo para el proceso de paz y su país en general”.
Denunció posteriormente la existencia de una crisis humanitaria que empujó a cientos de miles de venezolanos a emigrar a su país.
El 2 de noviembre del 2017 Maduro evidenció que el gobierno de Colombia impidió que Venezuela comprara a un laboratorio de ese país medicinas para combatir la malaria y el paludismo que se presentaba en varios estados nuestros.
Dos años antes, en el 2015, luego de una serie de altercados en la línea divisoria, el mandatario venezolano anunció el 15 de agosto el cierre por 72 horas de la frontera con Colombia en San Antonio del Táchira y Ureña.
El motivo, según las autoridades, fue que 3 militares venezolanos resultaron atacados por supuestos paramilitares colombianos. Se declaró estado de excepción y se cerró el límite, por lo cual casi 2 mil colombianos que vivían en ciudades colindantes fueron deportados a su país y sus casas allanadas.
Este acontecimiento fue la punta del iceberg de uno de los conflictos más grandes entre estos 2 países en los últimos tiempos, que llegó al seno de la OEA y prometía proyectarse más allá.
Nuevos amores
Ahora con el triunfo del exguerrillero y exalcalde de Bogotá Gustavo Petro, con el cual la izquierda accede por primera vez a la Presidencia de Colombia luego del triunfo obtenido el domingo 19 de junio, otra etapa se le abre a Venezuela para sanas relaciones, no se sabe hasta dónde, de acuerdo a la historia.
El Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, felicitó al izquierdista: “Se escuchó la voluntad del pueblo colombiano que salió a defender el camino de la democracia y la paz. Nuevos tiempos se avizoran para este hermano país», escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
Asimismo, el número 2 del chavismo, Diosdado Cabello, expresó sus mejores deseos a Petro: “Colombia votó por un cambio, deseamos el mayor de los éxitos al presidente y a la vicepresidenta Márquez, al pueblo colombiano: un abrazo bolivariano», señaló el también diputado en la red social.
El nuevo mandatario ya inició contactos con nuestro país “para reabrir las fronteras y restablecer el pleno ejercicio de los derechos humanos en ellas” una vez se posesione.
No ha dado más detalles, pero Nicolás Maduro confirmó haber dialogado sobre “la disposición de restablecer la normalidad de los límites con nuestro país.
De tal manera que el gobierno venezolano ha empezado a coquetear con él. Habrá “un punto de quiebre” en las relaciones recientes de Colombia y Venezuela, considera Félix Gerardo Arellano, docente y articulista especializado en relaciones internacionales, “un giro de 180 grados” en la relación y cooperación entre Bogotá y Caracas.
“Será un cambio radical, profundo”, en comparación con la nula relación de Duque con Maduro y la positiva cooperación con la oposición venezolana, dijo.
A Petro y a Maduro, excanciller del fallecido mandatario y líder de la izquierda latinoamericana Hugo Chávez, “los unen valores ideológicos” que serán fundamentales para recomponer los vínculos entre ambas naciones, dijo Arellano a la Voz de América.
La manifestación más inmediata será reanudar relaciones a nivel de embajadores con el gobierno de su par venezolano, dijo el analista. La reapertura rápida de los consulados de ambos países es “fundamental” para el nuevo Presidente colombiano, dijo Arellano.
De abrirse un compás de armonía entre las 2 naciones y de acuerdo a la historia bélica de Venezuela con el país hermano, ¿Cuánto durará el sueño?
La política diplomática del actual mandatario venezolano ha sido “errática, de confrontación y agresiva” hacia sus pares colombianos, señalan expèrtos.
Así las cosas, como tantas veces a lo largo de su historia de alianzas y desencuentros, Colombia y Venezuela están a punto de iniciar una nueva luna de miel, esta vez para superar las tormentosas relaciones guiadas por Hugo Chávez Frías en el gobierno desde 1999 y el derechista Álvaro Uribe, sucedido en los altercados por su correligionario Juan Manuel Santos tras 2 mandatos consecutivos iniciados el 7 de agosto de 2002, e Iván Duque en los últimos tiempos.
¿Será verdad tanta belleza?
La historia
Las primeras tensiones en las relaciones bilaterales se generaron por el tratado Michelena – Pombo, de 1833, que debía establecer las fronteras entre ambos países.
No obstante, el tratado presentó una “desviación” hacia el Golfo de Venezuela, específicamente hasta el Cabo de Chivacoa en la parte de la línea fronteriza en la Península de la Guajira, que según se había planteado debía seguir en línea recta hacia el norte hasta el Cabo de la Vela.
La diferencia fue sometida en laudo arbitral al Reino de España que favoreció a Colombia fijando la línea fronteriza hacia el Cabo de Chivacoa.
Venezuela lo rechazó pero un nuevo arbitraje por parte de Suiza favoreció a Colombia.
La guerra de los mil días
Una situación que casi desemboca en enfrentamiento bélico entre las 2 naciones se desarrolló a partir de la guerra civil del país neogranadino entre insurgentes liberales y el gobierno conservador entre 1899 y 1902: “La guerra de los mil días” que tuvo como consecuencia la separación de Panamá.
En esa ocasión, el Presidente venezolano Cipriano Castro apoyó con dinero y armas a los liberales colombianos, específicamente respaldando a su líder Rafael Uribe Uribe provocando la tensión con el gobierno conservador.
En 1901 el ejército colombiano invadió a Venezuela comandado por el General venezolano Carlos Rangel Garbiras, pero fueron derrotados en 3 días por el ejército venezolano comandado a su vez por el colombiano Rafael Uribe Uribe. Todo ello desembocó en la ruptura de relaciones en 1906.
Hubo tensiones nuevamente en 1941 cuando una comisión binacional preparó la delimitación de las fronteras. Finalmente el gobierno de Eleazar López Contreras suscribió el acuerdo mediante el cual Venezuela cedió a Colombia 108 mil kilómetros cuadrados.
Antes de la firma del convenio hubo alarma en Venezuela por una presunta movilización de tropas en Colombia hacia la frontera, aunque allí se aseguró que realizaban un empadronamiento.
Una nueva presión militar por parte de Colombia ocurrió en 1952, cuando ese país reclamó el Archipiélago de Los Monjes. No obstante, en esa oportunidad el Presidente Marcos Pérez Jiménez movilizó las tropas y lo ocupó con fuerzas militares.
El Caldas
Un momento de máxima tensión ocurrió en agosto de 1987 cuando un buque colombiano “Caldas”, incursionó en aguas venezolanas mientras Colombia reclamaba derechos en el Golfo de Venezuela.
El gobierno venezolano movilizó a la Fuerza Armada Nacional enviando incluso aviones F-16 al lugar.
Al principio, el navío se negó a abandonar las aguas venezolanas estando acompañado de un submarino pareciendo inminente las hostilidades.
Finalmente el Presidente colombiano de entonces, Virgilio Barco, ordenó el retiro del buque.
Colombia y Venezuela, debido a su cercanía, tienen muchas similitudes culturales y además, geográficamente comparten una enorme frontera de 2. 219 kilómetros de largo que separa a un país del otro. Esta extensión es tan larga que se presta a muchísimos conflictos relacionados al contrabando.
Orlando Peñaloza