Por esos senderos de la filosofía se extiende este primer libro de poesía del escritor, político, abogado y pensador caroreño, Teódulo López Meléndez, publicado en agosto de 1972, por la Casa de la Cultura del estado Lara. El mismo auguraba la voz de un talentoso poeta por la singular señal de la profundidad de pensamiento que se capta desde el principio al anunciar que contará una historia.
Este es un libro de tono testimonial con la sinceridad del autor para relatar sus vivencias existenciales por medio de la palabra poética, a la cual se aferra firmemente desde sus inquietos años juveniles, cuando leyó a Kafka y Whitman y fue dirigente de COPEI en Lara.
Revelar, a través de la escritura, estados de enajenación lo apreciamos en la obra de José Antonio Ramos Sucre y Rafael Cadenas con una evidente crudeza de estilo. En el caso de López Meléndez lo aborda con sutileza evadiendo al exaltado mental. Es quizá una manera de espiar culpas y males cumpliendo, otra vez, la literatura funciones de salvadora del hombre.
No obstante, esta obra es una muestra de excelente poesía sin desperdicio alguno. Alienación Itinerante está poblado por un refinado lenguaje por medio de una lograda sintaxis en riguroso orden del verso en prosa con sujeto, verbo y predicado. Una poesía cuyo soporte principal es el de la esmerada palabra concebida y elevada a su máxima expresión para establecer así una fluida, amena y rápida comunicación con el lector.
Allí reposa el peso y mérito de este primer libro en el género de la poesía de TLM. El magistral despliegue de la palabra poética, que logra el objetivo de atrapar la atención del lector al que sacude y anima muy lejos de la indiferencia. Esta es poesía de depurado y elevado estilo consustancial de un pensador en que convergen lo clásico y moderno.
Al decir del prologuista Rafael Montes de Oca Martínez, a quien citamos aproximadamente, el autor alcanza hondas y transparentes imágenes, manteniendo un nexo ideológico entre el contexto poético-romántico circundante y la realidad social.
Así pues, López Meléndez reflexiona sobre sus orígenes y raíces para viajar a latitudes remotas que es a la vez una forma de remitirnos a la historia del hombre en la Tierra desde el Paleolítico. También se desplaza por un ejercicio experimental del lenguaje cuando repite la letra “y” a lo largo del poema 3 con un aire musical sin desmedro de la calidad del conjunto. En otros viaja por Europa cuando se refiere la estación de la primavera y la capital portuguesa, Lisboa, donde posteriormente cumpliría funciones diplomáticas. En su libro de cuentos Los escribientes moriremos también retoza con esos elementos geográficos generadores de una atmósfera de mundos lejanos.
Una relectura del libro nos ha deparado la misma sensación de placer y meditación de la primera vez, hace 50 años. La poesía de un hombre con dotes de filósofo venido de las tierras del Morere y distinguida por un inmensurable valor estético.
Freddy Torrealba Z.
Twitter: @freddytorreal11