El periodista Roland Carreño cumple hoy 600 días detenido. Cuando lo hicieron fue trasladado sin consulta a su abogado y obligado a declarar públicamente sin asistencia legal, difundiendo un mensaje previamente escrito, como en los secuestros. Un hombre de paz acusado de terrorismo detenido arbitrariamente a quien le sembraron falsas evidencias.
Lo arrestaron en su casa. Durante 12 horas no se supo a ciencia cierta sobre él. Luego, la policía comenzó a difundir una supuesta acta donde decía que lo habían atrapado en un vehículo en la calle cometiendo actos lascivos. Pero había suficientes testigos de cómo lo sacaron de su apartamento a la fuerza. La mentira se diluyó.
Finalmente, el día 27 de octubre se confirmó que se encontraba en la sede del Sebin en El Helicoide, y 48 horas después de su detención pudo comunicarse con su familia luego de una desaparición forzada.
Acababa de producirse la fuga del país de Leopoldo López, coordinador nacional y fundador de Voluntad Popular, quien desde abril de 2019 se había refugiado en la sede de la Embajada de España en Caracas, cuando fue detenido el 26 de octubre de 2020 junto a los activistas de su partido Yefferson Sarcos y Elías Rodríguez, a quienes dejaron en libertad un día después.
Carreño es coordinador operativo del partido Voluntad Popular.
El abogado y Parlamentario larense Macario González tiene fuertes cuestionamientos a más de 2 años de lo que califica como otra arbitrariedad del gobierno de Nicolás Maduro, e implora a Dios porque, “a 600 días de su secuestro, sea él quien decida su libertad, porque los juicios en Venezuela no dependen de demostrar la inocencia, sino de la voluntad de un dictador”.
–El paisano Roland Carreño, insigne representante del periodismo nacional es víctima de un flagrante y vulgar secuestro. Hasta ahora su juicio es lo que en el léxico del foro jurídico aplica como un proceso kaskiano, porque el mismo ha estado signado por la opacidad, la arbitrariedad en el cual ninguno de los delitos que se le imputan han sido probados, y su abogado Joel García ha podido demostrar en las escasas oportunidades que ha tenido de intervenir en el proceso, que ninguno de los hechos fueron perpetrados por su defendido.
Agrega que por eso el Juez, quien conoce de la causa, cada vez que anuncia audiencias, con cualquier excusa baladí deciden diferir esos eventos procesales. «De manera que Roland está prácticamente en un estado de indefensión porque parafraseando al jurista Enrique Couturo, cuando un Juez no se atreve a decidir una causa con apego a lo que consta en el expediente, el ciudadano no puede dormir tranquilo».
La realidad de Ronald es esa, admite el Diputado González, porque el poder judicial ha declinado su autonomía y espera la señal de Miraflores para decidir el destino del periodista.
Califica como un trato realmente cruel contra él y su familia, que constituye un delito de lesa humanidad. «Para justificar de manera arbitraria mantenerlo en privación ilegítima de su libertad, el régimen dio la orden de hacer recaer la ley del antiterrorismo, y le imputa asociación para delinquir, posesión de armas de guerra, instigación al odio, y miles de dólares. Con ello buscaron la vía de juzgarlo por conspiración».
Todo el mundo sabe, expresa Macario González, que cualquier cosa podrán decir en la campaña de descalificación que han hecho sobre él, y como es costumbre de los regímenes totalitarios, se persigue quebrar moralmente a los disidentes, pero lo que nunca podrá nadie creer es que Roland sea un terrorista, o que alguna vez en su vida haya portado armas, ni siquiera en defensa propia ante la situación de inseguridad que vivimos en Venezuela.
Califica el caso de Carreño como una causa que trasciende la frontera de su partido Voluntad Popular: «Por su libertad se han pronunciado de manera unánime el Parlamento Nacional, la Organización de Estados Americanos, la Comisión interamericana de Derechos Humanos, el Colegio Nacional de Periodistas, y ciudadanos de la sociedad civil independientes al tema político; sin embargo el régimen ha hecho oídos sordos ante este clamor nacional».
“Por cierto, la precariedad de los derechos de Roland como prisionero de la cúpula roja, contrasta con el trato que recibieron los golpistas del 4F del 92 que habiendo hecho uso de las armas de la República, que participaron en un intento frustrado de un magnicidio, que dejaron muertos sobre el suelo venezolano, se les respetaron todos sus derechos, estuvieron presos a cuerpo de Reyes con visitas familiares permanentes, hasta ruedas de prensa daban desde la prisión y finalmente les fueron perdonados sus delitos”.
¿El caso además de ser político entra en el esquema de persecución policial bajo la tesis del derecho penal del enemigo?
-Ese es el esquema con el cual se mueve el régimen. No admite adversarios, para ellos según el modelo clásico del comunismo debe ser considerado un enemigo y tratado como tal como si de una guerra se tratara, que por cierto hasta en las guerras se aplica el derecho internacional humanitario, según la cual a los combatientes capturados no se les puede incomunicar ni degradar, y deben ser sometidos a juicios justos.
Hace historia y subraya que en Venezuela, uno de los promotores de esa rama del derecho fue el General Antonio José de Sucre, quien proclamó el reconocimiento a los vencidos en combate. “Esto por supuesto, es desconocido por el régimen que presume ser bolivariano”.
¿Se puede decir que Carreño es un preso sustituto, es decir, está sufriendo el castigo de que Leopoldo López se haya ido de Venezuela?
-Esa es una creencia voz populi. Y es mi convicción, porque la pregunta es, si sobre Roland ninguno de los delitos que se le imputan está probado, entonces ¿Qué lo mantienen privado de la libertad? No cabe la menor duda de que es una retaliación por la responsabilidad que tenía en el partido que fundó Leopoldo López, cuya fuga de las garras del régimen lo mantienen premiado de odio y deseos de venganza, que es la naturaleza del sistema político que hoy manda desde Miraflores.
¿Cree usted que el trato cruel e inhumano de la dictadura contra Carreño, ha sido por mantener su postura firme contra la tiranía y la defensa de nuestra libertad, o de verdad está sujeto a un orden jurídico?
-Fundamentalmente ellos necesitan tener un trofeo en su poder para saciar la sed de venganza del sector radical del PSUV. Para muchos de ese grupo, si no hay presos, muertos ni exiliados, si no hay diáspora, entonces esto no sería revolución, razón por la cual quienes se mueven bajo ese fanatismo no internalizan la tragedia que estamos viviendo como nación, sino que lo consideran normal bajo el sistema político que defienden, terminó expresando el Diputado Macario González.
La actuación ocurrida contra Carreño no difiere de la actuación judicial contra otros opositores o ciudadanos críticos. El documentado informe de la Misión de Verificación de los Hechos de la ONU ha dejado al desnudo una suerte de modus operandi, en diversos casos de presos políticos, que parecen ser el mismo guion oficial presentado contra Carreño.